El primer anuncio en la experiencia de María. 63a5m

El primer anuncio en la experiencia de María, pienso que el título de esta ponencia está a medio camino entre el primer misterio y el segundo misterio gozoso.

El primero que dice el anuncio de la Arcángela María y el segundo la visitación de María e Isabel.

¿Por qué digo que está a medio camino entre los dos misterios? Porque los alcanzados por Cristo se convierten en misioneros.

Hoy en día, desde esos retiros de primer anuncio que estamos haciendo diríamos, los caminantes se convierten en servidores.

Y así María recibe el anuncio y se pone en camino en la visitación.

María nos enseña a coger el anuncio, a encarnarlo en nuestra vida para poder así llevar a Cristo al mundo.

De hecho, San Francisco de Sales habla de esta visitación de María e Isabel como la primera procesión del corpus.

Esa es una expresión de San Francisco de Sales. Fue la primera procesión del corpus.

La que fue desde Nazaret hasta Incaren. Y María era la custodia y llevaba a Jesús. María era Cristóforo.

Cristóforo. Es la misma experiencia de Pablo, ¿no? Quien dice, no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí.

Fijaros esta expresión en labios de María. Si la dijo San Pablo, no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí.

¿Qué podría decir María llevando en su seno a Jesús camino de Incaren para visitar a su prima Isabel? Pues bien, para centrar esta reflexión, permitidme comenzar con una anécdota.

Cuando Don Vicente, no se asuste Don Vicente, cuando Don Vicente, el rector de la Basílica, me comentó que habían pensado poner como lema del jubileo Santa María, puerta del cel, pues yo recuerdo que le dije, hombre, la puerta del cielo es Jesús.

Dice Juan XIX, yo soy la puerta. María es la primera que pasó por la puerta.

Pero recuerdo que Don Vicente me dijo, a ver, señor obispo, en las letanías rezamos todos los días puerta del cielo.

Le dije yo, ah, pues es verdad. Y esta noticiación es recurrente, porque de la misma manera que decimos que Jesús es señor, a ella le llamamos señora. O cuando afirmamos que Jesús es el único mediador, a ella le llamamos medianera.

De la misma manera que afirmamos que Cristo es nuestro redentor, a ella muchos santos le han llamado la corredentora.

En realidad, bien sabemos que lo que se dice de María estamos llamados a serlo todos, a serlo todos y cada uno de nosotros.

La explicación está en que somos cristóforos, llamamos a Cristo. Es Cristo quien vive en nosotros, y nos permite participar de su señorío, de ser mediadores, de ser la puerta, de ser corredentores.

Por lo tanto, sí, María es modelo del primer anuncio. Estamos llamados a ser mediadores, puerta, a prolongar el ministerio de Jesucristo en el mundo, como lo prolongó María.

Pero por otra parte, ese pasaje evangélico de la visitación también da respuesta a una inquietud pastoral en nuestros días, que tanto hemos prodigado en la diócesis, primer anuncio, primer anuncio, primer anuncio.

Hemos hecho muchísimos retiros de primer anuncio, y lo que te rondaré morena, que queremos hacer muchos más.

Pero ya nos hacemos la pregunta, ¿y después del primer anuncio qué? ¿Y después qué? ¿Cómo lo prolongamos? ¿Cómo lo continuamos? Pues bueno, pues fijémonos en María, fijémonos en ella, porque ella continúa, después de haber visitado a Isabel, continúa su gestación, hasta completar el tiempo de dar a luz a Jesús para la vida del mundo, ¿no? En efecto, el neoconverso, que ha tenido su primer encuentro con Cristo, está llamado no sólo a servir, sino a continuar creciendo en Cristo.

No es que deje de ser, ¿eh? Deje de ser caminante para convertirse en servidor, no, no.

Tiene que seguir siendo siempre caminante, tiene que seguir siempre creciendo en Cristo, acoger el mensaje de Cristo en mayor plenitud, formarse mejor, no solamente en un querigma,