39.Saldrás de esta 5x4915

Hoy quiero hablarte directamente a ti, sí, a ti que quizás estás atravesando uno de esos momentos en los que el alma pesa, en los que la esperanza parece estar de vacaciones y las lágrimas llegan más fácil que las sonrisas.

Hace tiempo leí unas palabras de Max Lucado que me marcaron profundamente, decían.

Saldrá de esta, no será sin dolor, no será de un día para otro, pero Dios usará esta pena para bien.

Mientras tanto mantén la calma, no seas insensato ni ingenuo, pero tampoco desesperes.

Con la ayuda de Dios, saldrá de esta.

Y hoy quiero repetírtelas, porque a veces lo que más necesitamos no es que nos den soluciones mágicas, sino que alguien nos recuerde que todo estará bien, que esto también pasará.

Quizás hoy no veas la salida, quizás todo lo que ves es oscuridad, pero incluso en la noche más oscura hay una certeza, el amanecer no ha sido cancelado.

Y mientras tanto, respira, no corras, no huyas de tu dolor, permítete sentirlo, reconocerlo, porque en ese abrazo honesto a tu propia fragilidad también empezarás a descubrir que estás hecho.

La resiliencia no es la ausencia de dolor, es la capacidad de caminar con él y no perder la fe en el camino.

Si hoy tus fuerzas flaquean, recuerda, no todo depende de ti, hay un Dios que no se ha olvidado de tus lágrimas, que conoce el peso de tus noches en vela, y que en el silencio que parece más cruel también está actuando.

No será de un día para otro, es verdad, ¿qué tal si hoy das solo un paso? No pienses en todo lo que falta, no te atormentes con el cómo ni con el cuándo, solo concéntrate en un pequeño paso, levantarte cuando no tienes ganas, salir a caminar cuando no sientes ánimo, volver a orar, aunque haga tiempo que no lo haces, y en cada paso, repítete, con la ayuda de Dios, saldré de esta.

Dios no es ajeno a tus batallas, lo que hoy parece un caos, mañana puede ser parte de la historia que contarás con orgullo, como un testimonio de que fuiste más fuerte de lo que creías, y que su gracia te sostuvo cuando tus piernas temblaban.

Así que, no desesperes, esto que vives no te define, solo te moldea, y un día, un día, créeme, mirarás atrás, y entenderás que esta herida fue también el terreno donde creció una versión más fuerte, más compasiva, y más sabia de ti mismo.

Si hoy resuena en tu corazón esta promesa, te invito a hacer la oración.

Señor, no veo la salida, pero confío en que contigo saldré de esta.

Ayúdame a no desesperar, y a recordar que en Dios,