
Descripción de 38. Mientras aún hay tiempo 81p4c
Hoy no vengo a hablarte de grandes teorías, vengo a recordarte algo simple y profundo: la vida pasa rápido, y a veces, lo más importante se nos escapa en lo cotidiano. Este episodio es una carta abierta a mamá, una invitación a no dejar para después ese abrazo, esa llamada, ese “te quiero” que quizá hace tiempo no pronuncias. Si todavía la tienes, celébrala. Si ya no está, honra su memoria viviendo con gratitud lo que te dejó. Escúchalo y haz lo que tengas que hacer… mientras aún es tiempo. 16146h
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Hoy quiero hablarte de algo que a veces dejamos para después, de esas palabras que nos cuesta decir, de esos abrazos que creemos que podemos posponer, de ese te quiero, que asumimos que mamá ya sabe.
A veces la vida nos lleva por etapas que no siempre entendemos en su momento.
A los 3 años, mamá es nuestro mundo, todo gira en torno a ella y un simple te quiero le ilumina la vida.
A los 10 todavía buscamos su abrazo, su mirada que da seguridad, aunque empezamos a ensayar la independencia diciendo, yo puedo solo.
A los 13 o 14 años creemos que lo sabemos todo, y es ahí donde empezamos a poner distancia, a pensar que sus consejos son exagerados, que sus advertencias solo son obstáculos.
A los 18 sentimos que ya no cabemos en esa casa, queremos volar, salir, encontrar nuestro propio camino, creyendo que el mundo nos espera con los brazos abiertos.
A los 25 la vida comienza a darnos sus primeras lecciones, de pronto recordamos esas palabras que no quisimos escuchar, tenías razón mamá, a los 30 hay días en los que daríamos lo que fuera por volver a casa, por ese abrazo que no pide explicaciones, por ese plato de comida que no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma.
A los 50 entendemos lo frágil que es el tiempo, y no queremos imaginar la vida sin su voz, al otro lado del teléfono.
Y a los 70, muchos, con un nudo en la garganta, susurran, lo daría todo por tener a mi madre aquí, aunque fuera un momento más.
Hoy te pregunto, ¿hace cuánto no le dices a tu madre lo que sientes?, ¿hace cuánto no la abrazas sin prisas?, ¿no la escuchas con paciencia?, ¿no le das las gracias por lo que hizo?, incluso, por lo que no entendiste en su momento.
Porque la vida, aunque larga, pasa en un abrir y cerrar de ojos, así que, si la tienes, abrázala.
Si puedes, visítala.
Y si algo quedó pendiente, suéltalo, perdónalo y quédate con lo bueno.
Hoy es un gran día para decir, te quiero, mamá, mientras aún puede escucharlo.
Gracias por acompañarme en este episodio.
Y si esta reflexión tocó algo en ti, no la guardes solo para ti.
Haz la acción, haz la vida, y nos escuchamos en el próximo episodio de Un Nuevo Habitante del Mundo, donde recordamos que siempre es posible volver a empezar, mientras aún hay tiempo.
Comentarios de 38. Mientras aún hay tiempo 5in41