Relaciones Canadá-USA durant la Segunda Guerra Mundial [Capítulos de Historia 247] 644j4x

Buenas y bienvenidos a Super Game Pro Helio, podcast dedicado a la historia militar e historia
contemporánea. El objetivo secreto de todos los líderes estadounidenses, incluyendo a
Franklin Roosevelt, es dominar Canadá y, en última instancia, poseer el país. Así
lo creía un preocupado primer ministro canadiense, William Lyon Mackenzie King, que confesó
esta preocupación a su diario a pesar de su amistad con el presidente estadounidense.
Esta afirmación estaba marcada por el temor de King a la propia supervivencia de Canadá,
y tenía una base de verdad dadas por todas las invasiones estadounidenses que iban hacia
el norte, por ejemplo en 1775 y 1812, aunidas a actos de agresión de menor envergadura
en 1830 y 1840. Tras la guerra de secesión estadounidense, por los veteranos irlandeses
estadounidenses conocidos como Fenians, iban a ir a Canadá varias veces en un plan extraño
para capturar el país y devolverlo en rescate a Gran Bretaña para librar a Irlanda. Desde
la confederación del país como dominio del Reino Unido en 1867, todos los primeros ministros
habían sido conscientes del precario lugar que ocupaba el dominio dentro de Norteamérica
con esta república más pobrada y rica al sur. Aunque el primer ministro King iraba
al presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, su comentario al diario revelaba,
no obstante, la ansiedad que le embarcaba a él y a muchos de su generalización ante
el creciente poder al sur de su frontera. Y con una guerra ya en el horizonte, pues
todo esto les preocupaba todavía más. Buenas y bienvenidos a Superbia y Proelio,
en este capítulo de Historia vamos a hablar sobre las relaciones entre Estados Unidos
y Canadá antes y durante la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de todo lo mencionado, Roosevelt estaba en realidad poco interesado en engullir el
país septentrional que discurría a lo largo del paralelo 49 y más o menos a lo largo
de 9.000 kilómetros de frontera. Esta frontera, en gran parte indefensa, era sin embargo una
preocupación para la Casa Blanca, sobre todo a partir de la década de los 30 y la crisis
que se avecinaba con los nazis, los fascistas y los militaristas en Japón.
La istración de Roosevelt no había prestado mucha atención a este país de
11,5 millones de subsidios británicos, más centrada en los momentos en la inestabilidad
en América Latina. El empeoramiento de la situación en Europa Occidental y la preocupación
también en el Pacífico, donde Japón amenazaba a sus vecinos y ya estaba en guerra con China
desde hace varios años, también desviaron la atención de la frontera norte.
Cuando por fin estalló la guerra en Europa, en septiembre de 1939, Estados Unidos como
sabemos se mantuvo neutral, pero el parlamento canadiense votó a favor de apoyar a Gran
Britaña en esta guerra. Esto dejó a la zona norteamericana con un país en guerra, Canadá,
y el otro con dos en paz.
Como asegurar conjuntamente el hemisferio norte se convirtió en una preocupación inmediata
para la istración Roosevelt y para el gabinete de King en Ottawa.
En esta zona, Canadá y Estados Unidos se unieron y el comercio y la industrialización
en tiempos de guerra entrelazaron ambas economías. Las autoridades políticas y militares de
Ottawa también tuvieron que lidiar con la neutralidad de Estados Unidos y, a partir
de diciembre de 1941, con la seguridad de Norteamérica y la lucha conjunta en el extranjero.
Mientras tanto, King lidiaba con cuestiones de soberanía tanto con Gran Britaña como
con Estados Unidos al tiempo que ordenaba a los militares del país encontrar la manera
de llevar a cabo operaciones como un aliado fiable.
La guerra estaba impregnada de ironía y Canadá llegó a comprender que para apoyar plenamente
a Gran Britaña en la frente de guerra contra los nazis necesitaba apoyarse en los Estados
Unidos. Y para enviar sus fuerzas expedicionarias al extranjero, incluyendo aquí más o menos
1,1 millones de canadienses que sirvieron en las filas, primero tenían que asegurar
América del Norte.
Si los acuerdos y planes forjados con Estados Unidos, el medio millón de efectivos del
ejército canadiense, su creciente armada y una fuerza aérea también polivalente con
la fuerza de ataque de 14 escuadrones de bombardeos, se habrían mantenido lejos de defender a
su aliado Gran Britaña o de luchar en múltiples campañas terrestres, marítimas y militares.