Operación Unthinkable. Los Aliados contra Stalin [Capítulos de Historia 260] 1g3y68

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Mientras el ejército rojo de Stalin se abría paso hacia el Geister de Berlín a finales de abril del 45, un extraño rumor comenzó a extenderse por los refugios subterráneos de esta ciudad.

La historia, de ser cierta, sería sensacional.

Como diría un berlinés, los yanquis y rusoalemanes se han peleado con el Iván y están pensando en unirse a nosotros.

¿Podría ser esto cierto, acaso? ¿Podrían los aliados occidentales estar realmente contemplando un ataque junto a los alemanes contra las fuerzas soviéticas para expulsarlas de Alemania? Nadie sabía que creer, recordaría este mismo berlinés.

Con el tiempo se descubriría que estos rumores eran ciertos, es decir, que contenían cierta pizca de veracidad.

Mientras el ejército rojo reforzaba su control sobre Berlín en la primera semana de mayo, el primer ministro británico Winston Churchill ordenó a su Estado Mayor Conjunto y parte del Ministerio de la Guerra que planificaran en secreto una ofensiva masiva terrestre, aérea y naval, contra las fuerzas soviéticas.

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En este capítulo de su historia vamos a hablar sobre la operación Unzinkable, el ataque aliado contra la Unión Soviética.

Como sabemos, feroz anticomunista, Churchill había sostenido durante mucho tiempo que en realidad Stalin representaba la mayor amenaza para la seguridad de la Europa de posguerra, a pesar de haber brindado con él como un amigo en quien podemos confiar.

Todo esto en la conferencia de Yalta, menos de tres meses antes.

El hecho de que este líder soviético estuviera incumpliendo muchos de estos acuerdos alcanzados en la cumbre, por ejemplo la promesa de celebrar elecciones libres y justas en Polonia, confirmaba esta creencia de Churchill.

Si los aliados occidentales conseguían infligir una derrota rápida y aplastante al ejército rojo, se creía que Stalin estaría obligado a replantearse su plan de dominación de la Europa del Este.

La operación Unzinkable fue concebida como una ofensiva militar en el corazón de la Europa ocupada por los soviéticos con el objetivo de imponer a Rusia la voluntad de los Estados Unidos y del Imperio Británico, todo esto como se afirmaba en un informe de los jefes militares británicos hacia el primer ministro.

Esta petición de Churchill de un plan supuso una dramática escalada de su antiguo odio hacia el gobierno comunista de Moscú.

Desde la revolución rusa del XVII, Churchill había intentado asestar un golpe demoledor al régimen soviético en varias maneras.

Por ejemplo, en 1919 había logrado que el Reino Unido enviara fuerzas a Rusia, tanto en la península de Crimea como en el norte, para ayudar a los ejércitos de los rusos blancos antisoviéticos y anticomunistas para que lucharan contra los bolcheviques de Lenin.

En ese momento, Churchill describiría a los comunistas como una liga de fracasados, criminales, nervosos, trastornados y perturbados, mientras que quienes les apoyaban eran simplemente alimaños portadoras de tifús.

Sin embargo, ya con el paso de los años y la guerra contra Hitler, todo esto había llevado a Churchill a una alianza no deseada, pero pragmática con el propio Stalin.

Ahora que la victoria de Yasuo en el Tercer Reich estaba hecha en el alcance de la mano, el primer ministro volvió a esta creencia de que la Unión Soviética era el principal enemigo del mundo libre.

El arquitecto estratégico de esta propuesta defensiva terrestre de la operación Thinkable fue el brigadier Geoffrey Thompson, ex comandante de la artillería real con experiencia profesional en el terreno de la Europa del Este.

Dentro de su plan de batalla se preveía un amance evasivo desde el oeste de Alemania a Berlín y más allá.

En cuanto a números, en total se calcula que se tomarían 47 divisiones británicas estadounidenses.