Mc Arthur y la Batalla por Manila. 1945 [Capítulos de Historia 249] 144l4j

Ha muerto uno de los mayores héroes de los Estados Unidos.

Esto declaró el presidente Lyndon B. Johnson tras la muerte del famoso, o infame, general del ejército Douglas MacArthur.

De eso, bueno, pues hay pocas dudas, pero MacArthur era tan bueno como malo.

Era, bueno, básicamente, algunos lo han descrito como un festín, pero también como una hambruna, es decir, un golazo, ¿no?, o un gran fallo.

Nada lo demuestra mejor que la infame campaña de Luzon, ¿no?, en las Filipinas en 1945, y más específicamente, ¿no?, esta batalla por Manila, la cual es considerada por muchos como la mayor batalla urbana de la historia del US Army.

Buenas y bienvenidos a Super Bien Pro Helio.

En este capítulo de esta historia vamos a hablar sobre la batalla por Manila.

Para ponernos en contexto, bueno, pues hay que retroceder.

Es que cuando los japoneses atacaron Pearl Harbor, recordamos, en diciembre del 41, este general, Douglas MacArthur, tenía 61 años ya.

La mayoría de los profesionales de éxito a esa edad, bueno, ya habían desarrollado un método estándar, ¿no?, de funcionar.

Dicho de otro modo, bueno, no antes se volvían regios, es decir, no la gente a esa edad, y más los militares, pues no suelen querer cambios.

Sin embargo, MacArthur no, y demostraría más tarde una destreza profesional bastante impresionante. Dirigió asaltos convencionales de infantería, bueno, como ya había hecho en la Primera Guerra Mundial, pero también utilizó muchas otras formas de su poder militar. El uso de fuerzas irregulares, el poderío aéreo o el asalto anfibio, por ejemplo.

También las tropas aerotransportadas y los medios navales, bueno, pues todo esto le dieron una gran ventaja sobre sus oponentes japoneses.

También utilizó voluntariamente esta inteligencia y la guerra psicológica, y bueno, durante un tiempo, los soldados aliados constituyeron la mayoría de las fuerzas bajo su mando. Estos aliados son útiles, pero bueno, la guerra de coalición siempre conlleva complicaciones políticas y diplomáticas, y MacArthur, dentro de lo que cabe, manejó bien estas dificultades. Al principio, la campaña de Luzón, en el 45, parecía ser más de lo mismo. A las 9 y 30 de la mañana de un 9 de enero del 45, el primer batallón del 129º Regimiento de Infantería, perteneciente a la 37ª División de Infantería, llegó a las cálidas arenas de Luzón.

Desembarcos y no posición. Este fue el escueto mensaje del diario de la unidad. A decir verdad, los japoneses esperaban una invasión de Luzón desde el sur, y así pues, tenían la mayoría de sus defensas orientadas en tal dirección. Como resultado, los soldados del 6º Ejército del US Army lo tuvieron fácil para avanzar tierra adentro. En los niveles superiores de mando, hubo mucha frustración y MacArthur utilizó la velocidad, la sorpresa y la maniobra para abrumar y derrotar a sus oponentes.

El teniente general Walter Kruger, general a mando del 6º Ejército de los Estados Unidos, no estaba de acuerdo y es que lo que MacArthur quería hacer era dejar que se abrieran unas cuantas brechas en su línea. No consideraba factible un avance precipitado con las fuerzas de que disponía inicialmente. La principal razón de estas diferencias era en cómo usar el poderío aéreo. MacArthur tendía a pensar en términos más bien tridimensionales y es que este apoyo aéreo no cubriría los huecos, lo que había que hacer ahora era tomar el control de Manila.

Kruger entendía el poder aéreo por su lado, ya que él había ido a la escuela de vuelo, pero creía que el poder aéreo simplemente carecía de la presencia permanente para compensar esta diferencia y estos huecos. Mientras el 6º Ejército avanzaba lentamente hacia el interior, en el cuartel general de MacArthur corría el rumor de que se estaba gestando un enfrentamiento entre estos dos generales.

Esto en realidad no tenía mayor importancia ya que MacArthur acababa de recomendar a Kruger para una cuarta estrella, pero a su vez presionó a Kruger poniendo su cuartel general más cerca de la posición enemiga. También a su vez permitió al teniente general Robert Eichelberger generar el mando de López.