Joseph Metheny, canibal por venganza 171x6v

Estamos en vidas asesinas, casos reales de personas cuyo instinto fue el de matar.

Hombres y mujeres cuyo único reconocimiento ha pasado a la historia porque asesinaron de forma bestial en muchas ocasiones.

Y siempre desde la sinrazón de una mente psicópata y enferma.

Vidas asesinas es criminología en tus manos.

Lo hemos hablado muchas veces, por activa y por pasiva, pero no podemos dejar de preguntarnos qué es lo que impulsa a la mente humana hasta degenerarse para que cualquier tipo de empatía llegue a ser imposible.

Sabemos la respuesta, pero no deja de asombrarnos el deterioro de algunas personas.

Hoy hablaremos de otra cosa importante, ¿qué identifica a un asesino serial? Algunos estudios los clasifican por sus habilidades sociales o por su capacidad de organizarse.

La mayoría de ellos tienen un sistema bien establecido, que lo tienen probado y contrastado.

Hay investigadores que señalan que los hechos traumáticos en niños de edad temprana desatan un comportamiento violento hacia animales u otros niños con apariencia vulnerable.

De edades parecidas, lo que desemboca en un asesino potencial.

Aunque hemos hecho un aviso en otras ocasiones, y es que casi todos los niños seriales han sido niños maltratados y mal queridos, pero no todos los niños maltratados terminan siendo asesinos en serio.

Es verdad que tienen muchas papeletas para desarrollar un instinto asesino, pero es que hay otras causas que empujan al sujeto a ese final como el entorno, la educación recibida, las relaciones de amistad, incluso el descubrimiento de la sexualidad y otros afectos.

La mente de los asesinos seriales nos llama la atención por el morbo que suscita la muerte violenta, pero el morbo debe tener una respuesta superior al hecho en sí de matar.

Sabemos el qué, pero no el cómo y el por qué, que esa es la verdadera razón de existir de vidas asesinas.

Precisamente uno de los casos más perturbadores de los últimos años es el Joseph Maitini, también conocido por el caníbal.

Joseph Maitini es un criminal que se encuentra en prisión por cadena perpetua, un asesino con la dependencia de matar para consumir carne humana.

No ha sido el único en la historia, sin duda. Algunos han sido caníbales por obligación, por salvar su propia vida, y otros por una enfermiza devoción.

Joseph Roy Maitini nació en el año 1955 en Baltimore, Estados Unidos. La fecha de sus asesinatos datan entre 1976 y 1995.

Maitini, en su edad adulta, era un hombre de obesidad mórbida, una sonrisa degenerada y los ojos vacíos, sin expresión, pero penetrantes.

Según el mismo Joseph, había vivido sin familia, rondando de orfelinato en orfelinato, y su vida estuvo siempre situada al margen de la sociedad, en la calle, buscándose la vida.

El caso es que, tarde o temprano, Maitini parece que se estabilizó en su vida y tuvo una esposa, que terminó siendo adicta al crack, y un hijo de seis años.

Un día, al llegar a casa después del trabajo, ve que no hay nada ni nadie, que ni su mujer ni el niño estaban.

Al poco tiempo, se enteró de que ella se había ido con otro hombre, y los encargados de protección infantil asumieron la custodia de su hija.

Pero Joseph no se quedó tan tranquilo, todo lo contrario, como si la bestia se hubiese despertado, los buscó compulsivamente con una idea clara, matarla a ella y a su amante.

A la hora de declarar ante las autoridades, Joe, como le llamaban también, cuando contaba cómo fue en busca de su mujer y el hombre que estaba con ella, los detectivos no sabían si Maitini estaba delirando o riendo.