CANAS Y CUENTOS 3z4n4l

Todas tuvimos una Nancy, el podcast realizado por mujeres nacidas en el Baby Boom.

Con Ana Calatayud y la Boomer coordinación de Ángels Bibancos.

Desde los estudios de Radio Cornelá en el 104.6 de la FM.

Y los saludos técnicos de Mark Ford.

¿Qué tal, Boomers? ¿Todo bien? Pues empezamos.

Bienvenidas y bienvenidos a un nuevo episodio que hemos querido titular, Canas y cuentos.

Y en este episodio nos vamos a soltar la melena.

¿Una melena canosa o no? Va a gustos. Y además vamos a poner en entredicho algunos de los cuentos que siempre han circulado sobre envejecer.

Y que no nos gustan, ¿eh? Y no son ciertos.

Canas, imagino que como metáfora de irnos haciendo mayores.

Eso. Y cuentos, porque para nada es real esa idea que nos cuentan, y a veces nos contamos, sobre lo terrible que es envejecer.

Triunfa la idea de que hay que hacer todo lo posible para parecer jóvenes el mayor tiempo posible.

Eso os avisamos. A la larga, o no tan larga, es una guerra perdida.

Precisamente la idea de este episodio empezó cuando nos hicimos esta pregunta.

¿De verdad nos creemos que la juventud es el único momento de la vida que merece la pena? Hoy vamos a cuestionar esas ideas que nos venden los anuncios de productos antiedad.

Como si cumplir años fuera una especie de catástrofe.

Ay, nos vamos a reír de todo eso.

Envejecer no es algo que debamos temer, ni mucho menos ocultar.

A veces es un lujo porque nos hace más libres, más auténticas, más sin miedo.

Así que, cógete, si alguna vez te has sentido presionada por el miedo a las arrugas, o te han dicho que las canas son una tragedia...

Entonces este episodio definitivamente es para ti.

Vamos a poner en valor la sabiduría que viene con cada año que sumamos.

Vamos a repasar y a repasarnos también.

Para saber de verdad cómo llevamos eso de envejecer tanto los hombres como las mujeres.

Empieza tú, Ángels, con el repaso.

A ver, ¿cómo llevas eso de irnos haciendo mayores, o digámoslo con todas las letras, envejecer? Mira, no recuerdo el momento exacto en el que mirando en el espejo una mañana, me fijé en las canas que se iban abriendo paso.

Y en esas arruguitas de expresión de la cara las ves, ¿eh? Pero sí que pensé, uy, parecía que no nos íbamos a hacer mayores nunca en Mera.

Vaya, un día coges un álbum de fotos, pongamos de hace 20 años, y te ves.

Y miras también a tu familia y amigos.

Y también piensas, uy, cómo hemos cambiado.

Oye, a mí me gusta esta chica de mi álbum, vamos, mi yo de hace unos cuantos años.

Sí, sí, a mí también me gusta.

Recuerdo que entonces casi no me gustaba yo en ninguna foto.

Pero ahora sí, claro.

¿Sí? Ay, que en esta casi cierro los ojos.

O no me gusta esa sonrisa como de hámster que estoy haciendo en esta otra.

Y hoy, mirando atrás, nos gustamos en casi todas.

Ay, todo el mundo está estupendo.

Claro.

Vale, y ahora, vengamos a la obra, ¿eh? ¿Te gusta también esa sensación de hacerte mayor? Mira, yo creo que hace muchos años que mi mente y mi cuerpo llegaron a un cuerpo a un pacto de no agresión.

Bien.

Un pacto de protección.

Vale, vale.

De cariño.

Que traducido quiere decir...

Quiere decir que me siento bien.

Pues claro.

Que me cuido.

Que me gusta verme guapa.

Lo estás.

Pero gracias, pero que no quiero hacer nada de nada para simular que soy más joven o disfrazarme de joven.

Y mucho menos dedicar tiempo a sacrificarme para ello.

Entiendo.

Ni quirófano para rejuvenecer.

Y tal.

Ni dietas asfixiantes.

No.

Ni ropa y cabello de moda, pero que a ti no te gusta.

No.

Vivir a mi gusto, sin que importe casi nada lo que la otra gente pueda pensar.

Es cierto.

El tiempo se nos hace valioso.

¿Cómo para perderlo? Mira, lo decía hace muchos años Charles Aznavour.

Ayer tenía 20 años.

Y yo.

Acariciaba el tiempo y jugaba con la vida.

Vivía las noches sin contar con que mis días huían en el tiempo.

Y tú, Ana, ¿cómo llevas esto? Pues la verdad es que nunca me ha preocupado demasiado.

Vale.

No, supongo que me conformo con ver que mi cuerpo va cambiando porque es ley de vida.

¿Lo tienes asumido? Sí, podríamos decir que sí.

A ver, cuando después de tantos años sin vernos...

Al menos unos 20.

Unos 20.

No reconocimos en aquel momento.

Sí, sí.

Esto quiere decir que no habíamos cambiado tanto.

Pues no.

Lo que no llevo muy bien es que...

A ver...