DISIMULANDO s5f1z

Todas tuvimos una Nancy, el podcast realizado por mujeres nacidas en el baby boom.

Con Ana Calatayud y la Boomer coordinación de Ángels Bibancos.

Desde los estudios de Radio Cornelá en el 104.6 de la FM.

Y los saludos técnicos de Markford.

¿Qué tal, Boomers? ¿Todo bien? Pues empezamos.

¿Alguna vez has intentado esconder algo, ya sea un secreto, una sonrisa traviesa o un accidente en público? Ángels, creo que todos somos expertos en el arte del disimulo.

Esa habilidad casi mágica para aparentar que no pasa nada, cuando en realidad a veces está pasando de todo en nuestro mundo.

Vamos a explorar cómo, cuándo y por qué decidimos convertirnos en maestras del no pasa nada.

No lo vi. No lo escuché.

O no fui yo.

Hoy hablaremos de algo que todos hacemos, a veces sin darnos cuenta y otras veces con una intención muy clara.

Disimular.

Y disimular no es sólo para situaciones incómodas, sino que forma parte de nuestra vida cotidiana.

Desde lo más trivial hasta lo más serio, todos tenemos alguna técnica de disimulo.

Así es, Ana. Por ejemplo, ¿alguna vez has tenido que disimular que sabías algo en una conversación, cuando en realidad estabas completamente perdido? Sí, pero hay que ser una verdadera artista para lograrlo.

Pues venga, artista, ¿cómo definirías tú exactamente disimular? Dice así, ocultar algo para que no se vea o para que parezca distinto de lo que es.

O lo que es lo mismo y a más, ocultar o encubrir con astucia lo que se piensa o se siente.

Fíjate que hay frases que hemos dicho y hemos escuchado frecuentemente y que demuestran que somos expertos en el arte del disimulo.

Mira, mira esta. Disimula que aún no nos ha visto.

O esta, intenta disimular lo mal que le cae pero se le nota...

O una peor, intentaba disimular la gravedad de lo que acababa de hacer.

En el ámbito profesional, disimulamos para mantener buenas relaciones laborales.

Cierto, es posible que alguien se esfuerce en poner buena cara ante un comentario poco acertado por parte de un superior o superiora.

¿Y qué vas a hacer? Disimular.

A nivel personal, disimular en ocasiones puede ser casi un acto de compasión.

Pues sí, evitamos mostrar tristeza frente a alguien que ya está soportando una fuerte carga emocional.

Otra cosa, Ana. Seguro que en algún momento has disimulado desagrado por un regalo para no ofender a quien te lo ha dado.

Vaya, sí, claro. Es que a ver, no siempre te lo acierta.

Pero apuesto lo que quieras a que en ningún momento se han dado cuenta de que ese regalo no me ha gustado demasiado.

Bueno, hay que tener en cuenta que tú eres una profesional del teatro.

Ya, ya, pero no, no, ahora en serio. Pienso, ay pobre, lo ha hecho con todo el cariño. ¿Cómo le voy a decir que no lo ha acertado? En definitiva, tienes que poner esa cara de ¡qué bonito! Mientras por dentro piensas, ¿qué hago con esto? Vamos a continuar con algo bastante común, disimular el cansancio.

Todos hemos estado en una reunión o en una cita y aunque solo queramos dormir, tenemos que mantenernos alerta y dar la imagen encima de estar a tope.

A veces el cuerpo te pide un descanso, pero tu rostro tiene que disimularlo.

Eso pasaba, bueno, para yo no tanto, o casi nada, cuando habíamos tenido una noche fiestera y de empalme. Recuerda, solo una ducha y haga el trabajo.

¡Qué día más terrorífico disimulando normalidad! Si hablamos de no mostrar lo que sientes, hay otro tipo de disimulo que todos conocemos, ocultar nuestras emociones.

¿No os ha sucedido que habéis disimulado un enojo o una tristeza frente a alguien al que no querías preocupar? Eso sí que es todo un arte. A veces sientes que varias cosas te están apretando por dentro y tienes que poner esa cara de ¡todo está bien! Es curioso, porque disimular a veces se convierte en una forma de proteger a los demás. No queremos que los demás se sientan incómodos con lo que estamos pasando.

Exacto, y muchas veces ni siquiera nos damos cuenta de lo que estamos haciendo.

Lo hacemos tan automáticamente que parece natural.

¿Sabes cuándo es bastante evidente que alguien está disimulando algo? Por ejemplo, cuando te preguntan si estás bien y dices ¡sí, sí, sí, todo bien! Eso, con una sonrisa bien gigante, pero que claramente grita lo que está pasando.