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Zorra para uno, Santa para los demás. parte 5 Luego de pasar por unos 4 años sin vernos, pudimos concretar en vernos y hacer lo que más nos gusta: tener un buen sexo. si quieres y gustas aportar al canal puedes arnos por o el pay pal [email protected] paypal.me/relatossex fuente / autor https://www.todorelatos.com/relato/207601/ d4z6g
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Ahora así comencemos.
Zorra para uno, santa para los demás, parte 5.
Luego de pasar por unos cuatro años sin vernos, pudimos concretar en vernos y hacer lo que más nos gusta, tener un buen sexo.
Parecía que este día no iba a llegar más, pero llegó.
Después de pasar unos cuatro largos años sin vernos, con una enfermedad que también casi no se para porque él se enfermó, pudimos volver a concretar y esta es la historia.
Hace más de cuatro meses veníamos hablando de que ya había pasado mucho tiempo y sería lindo poder concretar un día de estos y solo le pedí que me avisara con tiempo para poder pedir el día en mi trabajo.
Y así fue un viernes a mediados de junio, ya había pedido el día en mi trabajo, luego de que mi marido se llevara a los niños al colegio, yo me preparé y salí rápidamente para tener un rato más para estar con Anónimo.
Me tomé a un colectivo y nos encontramos en la misma ciudad que la última vez.
En el camino iba muy ansiosa y muy feliz, pensando, ¿algo habrá cambiado en él? ¿Se acordará de mí? ¿Continuaremos con esa fogosidad e intensidad a la hora de coger? ¿Aún le gustará hacerlo como lo hicimos la última vez? Llegué a mi destino y como me había dicho por mensaje, caminé entre todo ese tumulto de gente y valijas y en un sector de viajes de corta distancia.
Estaba ahí parado esperándome. Al verme sonrió con esa bellísima sonrisa y me abrazó y me dio un beso en la mejilla y le dije.
Hola mi vida, cuánto te extrañe. Hola amor, yo también no veía el día que esto volviera a suceder.
Nos besamos con un largo beso fogoso que ya mi sexo húmedo no aguantaba y comencé a mojarme.
Nos fuimos caminando como dos novios enamorados tomados de la mano y fuimos a ese mismo lugar de la última vez.
Pidió una habitación y enseguida que entramos me tomó por la cintura, me hizo girar hacia su pecho y me apretó y de nuevo nos besamos.
Ya había olvidado lo bien y rico que me besaba, con esos gruesos labios carnosos y su lengua tan grande que cada vez que entraba en mi boca, me sentía en el cielo.
Me tocaba suavemente por mi cuello, mis hombros y mi espalda, sus manos seguían bajando hasta que se posó en mi culo y lo apretó como dando pellizcos y caricias.
Así me levantó y me rodeó con sus brazos y me llevó a la cama.
Me puso despacito sobre la cama mientras se quitaba como podía los zapatos y yo me quite los míos y mi pantalón, dejando todo lo demás para que él lo hiciera a su modo.
Vino de nuevo hacia mí pero estaba parado yo que estaba sentada en el costado de la cama.
Fui desabotonando su camisa y me arrodillé en la cama y comencé a besarlo lentamente en sus hombros, su cuello y su pecho.
Él lo disfrutaba, entrecerrando sus ojos y sentía que lo gozaba y excitaba.
Me volví a acomodar y bajé de la cama y me arrodillé pero en el piso.
Jugué con mi boca antes de llegar a su miembro, por Dios ya me había olvidado lo grande y grueso que era.
Asomaba su puntita por su ropa interior y se la saqué junto con su pantalón y salió como un mástil su polla.
Por Dios, qué rica.
Y le besé por entre sus piernas y le pasé la lengua por ahí y sus enormes huevos, por Dios, parecían que iban a explotar.
Metí mi boca y mi lengua era su combo explosivo que lo hacía gemir y disfrutar.
Me dijo.
Amor, no aguanto más, voy a descargarme.
Sigue mi amor, me la tomaré toda.
Y se descargó en mi boca.
Era mucho y estaba muy espesa.
Tiré un poco entre mis pechos para que viera cómo me las lamía y eso le excitaba muchísimo.
Me levantó del piso y me apretó contra su pecho y me besó, me dio esos besos que hacen que me moje y mucho.
Y metí en sus manos por mi ropa interior y me sintió que ya estaba mojada y me recostó sobre la cama y me acomodó con mis nalgas sobre el borde de la cama y aún seguía con mi tanguita y me pasó la lengua por mi vientre y bajo.
Corrió un poco con sus manos mi tanguita y metió su lengua en mi sexo, lo succionaba, lo lamía.
Le daba mordisquitos suaves a mis labios y eso me hacía sentir que me electrizaba y más placer me daba.
Y metió toda su boca en mi sexo y metía y sacaba su lengua, la subía y bajaba y no aguantaba más y le dije.
¡Ahí voy a explotar mi amor! Dale preciosa, lo quiero todo en mi boca.
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