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Descripción de Parashah 29 Ajarei Mot 1n5o1i
El capítulo 16 de Vayikrá es uno de los capítulos más importantes de la Torá. En este capítulo se encuentran las instrucciones acerca del día de expiación, yom hakipurim que cae en el 10º día del 7º mes, tishrí. Ese día fue el único de todos los días del año cuando el gran sacerdote podía entrar en el lugar santísimo y presentar incienso y sangre ante la presencia de HaShem. El propósito de ese acto es hacer una limpieza general de los pecados y las impurezas de los hijos de Israel que se habían acumulado en el tabernáculo durante todo el año. A pesar de que HaShem dio instrucciones claras acerca de cómo los hijos de Israel tenían que mantenerse alejados de las impurezas rituales para no contaminar el santuario por medio de ellas, era inevitable que el tabernáculo fuese contaminado por ellas. Si alguien entraba en el santuario estando impuro, lo contaminaba. Podían haber entrado allí sin darse cuenta de que estaban impuros o alguien podía haberse olvidado de que estaba impuro en el momento de entrar. Por esto HaShem instituye este día de expiación para purificar los objetos del tabernáculo terrenal. 1i3c5a
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Aleluya, bienvenidos todos a los fundamentos de la Torah, con ustedes Elah Yohanan aquí llevándola para allá, Aharey-mot, Aharey-mot significa después de la muerte mis amados ajin.
Paruhatah Adonai Elohenu melech haolam asher kirishanoveh misbotaveh tzivanu laksoveh dibrei Torah. Bendito es usted Adonai Elohí nuestro rey del universo que nos ha santificado con sus preceptos y nos ha ordenado ocuparnos de las palabras de su Torah.
En el nombre de nuestro melech ha-mashiach yahshua. Amén.
Mis amados ajin, con ustedes Elah Yohanan. Mi número de mi whatsapp es 503-756-4900.
Vamos a comenzar con el tema el día de la expiación aquí en la parasha número 29.
Aharey-mot significa después de la muerte.
Mis amados ajin, el capítulo 16 de Baikran es uno de los capítulos más importantes de la Torah.
En este capítulo, mis amados ajin, se encuentran las instrucciones acerca del día de la expiación de Yonha Kippurín que cae en el 10, en el 10 día del séptimo mes que es Tizrin.
Ese día fue el único de todos los días del año cuando el gran Kohen podía entrar en el lugar Kadosh Kadoshin y presentar el incienso y sangre ante la presencia de Hashem.
El propósito, mis amados ajin, de ese acto es hacer una limpieza general de los pecados y las impurezas de los benei Israel que se habían acumulado en el mishkan durante todo el año.
A pesar de que Hashem dio instrucciones claras acerca de cómo los benei Israel tenían que mantenerse alejados de las impurezas, las impurezas rituales para no contaminar el santuario por medio de ellas, era inevitable, mis ajin, que el mishkan fuese contaminado por ellas.
Si alguien entraba en el santuario estando impuro, lo contaminaba.
Podían haber entrado allí sin darse cuenta de que estaban impuros o alguien podía haberse olvidado de que estaba impuro en el momento de entrar al mishkan.
Por eso, mis amados ajin, Hashem instituye ese día de expiación para purificar los objetos del mishkan terrenal.
Este día, mis amados ajin, es también el día cuando Hashem muestra cómo el hombre puede reconciliarse con su more, con su maestro, con el Todopoderoso.
Es el gran día de reconciliación.
La reconciliación entre Hashem y el hombre es el tema central de toda esta parasha, mis amados ajin.
Y este capítulo muestra cómo esta reconciliación puede ser efectuada.
La ira de Hashem está sobre el hombre por causa de sus pecados.
Esa ira es mortal para el hombre.
Lo único que puede aplacar esa ira es que Hashem muestre misericordia.
Esa misericordia, mis ajin, es mostrada al hombre mediante la reconciliación sobre la base de sacrificios sangrientos de vidas inocentes, como está en Bayikra, capítulo 17, verso 11.
Dice, porque la vida de la carne está en la sangre y yo os la he dado sobre el altar para hacer expiación por vuestras almas, porque es la sangre, por razón de la vida, la que hace la expiación.
Mis amados ajin, este capítulo constituye también uno de los mejores textos que explican lo que pasó con Mashia antes y después de su resurrección al ser introducido en el ministerio Sumukkoin de los Hashamayin, según el orden de Malkisedet.
Él entró en el Mishkan de los Hashamayin y lo purificó con su propia sangre.
Como está en Hebreos, miren Hebreos, capítulo 9, verso 22 al 26, dice.
Comentarios de Parashah 29 Ajarei Mot 4e1243