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Descripción de Lunes VII de Pascua 423a4g
Los discípulos, emocionados por la claridad de las palabras de Jesús, confiesan su fe: “ahora creemos que saliste de Dios”. Pero Jesús, con lucidez y ternura, les revela que su fe aún está por ser probada. Él no reprende, sino que prepara su corazón para la crisis que viene: la dispersión, el abandono, el miedo. 1g5738
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Del Evangelio de Juan.
En aquel tiempo los discípulos dijeron a Jesús Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones.
Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten.
Por ello creemos que has salido de Dios.
Y les contestó Jesús ¿Ahora creéis? Pues mirad, está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo.
Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre.
Os he hablado de esto para que encontréis la paz en mí.
En el mundo tendréis luchas, pero tened valor, yo he vencido al mundo.
Los discípulos, emocionados por la claridad de las palabras de Jesús, confiesan su fe.
Ahora creemos que saliste de Dios.
Pero Jesús, con lucidez y ternura, les revela que su fe aún está por ser probada.
Él no reprende, sino que prepara su corazón para la crisis que viene, la dispersión, el abandono, el miedo.
Jesús anuncia que será dejado solo, sin embargo, afirma con firmeza, no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
En medio del abandono humano, su comunión con el Padre permanece intacta.
Esta es su fuerza en la hora oscura y es también un modelo para nosotros.
Jesús ofrece una paz que no es evasión, sino fuerza interior para afrontar las dificultades.
En el mundo tendrán tribulación, y sin minimizar el sufrimiento, añade una palabra decisiva, ánimo, yo he vencido al mundo.
Esa victoria no es una huida del dolor, sino una transformación del dolor en amor y vida.
El pasaje es una llamada a la confianza madura.
Jesús no promete ausencia de pruebas, sino presencia fiel en medio de ellas.
Su victoria no es solo futura, ya es real, ya ha vencido con su entrega, su cruz y su resurrección.
¿Confío en la presencia de Jesús incluso cuando parece desmoronarse? ¿Busco la paz que viene de Él o me refugio en seguridades pasajeras? ¿Estoy dispuesto a seguirlo también en la hora de la cruz?
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