
Europa hundida por la socialdemocracia 596b35
Descripción de Europa hundida por la socialdemocracia 6j5d72
Occidente gira hacia otros modelos porque la socialdemocracia ha agotado sus propuestas y ha traicionado a sus votantes tradicionales. En España, el PSOE de Sánchez, lejos de reformarse o asumir responsabilidades, se aferra al poder con uñas y dientes. Y eso, en última instancia, no hace daño solo a su líder o a su partido. Hace daño a todos, votantes suyos o no. LIBROS RECOMENDADOS "La agonía de Europa", de María Zambrano "El futuro de Europa", de Antonio Turiel "Socialismo, la ruina de España", de Manuel Llamas OTROS PÓDCAST RELACIONADOS 😱 La gran ideologización de Occidente 👓 https://ivoox.pelistorrent.net/gran-ideologizacion-occidente-audios-mp3_rf_100343948_1.html 😱 La Presidencia de un ególatra... sin principios, sin moral. Todo vale, todo le vale 👓 https://ivoox.pelistorrent.net/presidencia-egolatra-sin-principios-sin-audios-mp3_rf_98063410_1.html REDES SOCIALES Síguenos en X (antes Tuiter) @SomosLibro y @hptr2013 Canal en Telegram https://t.me/lol33s ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/1029497 4a2x4h
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
La socialdemografía europea atraviesa un momento crítico. Lo que durante décadas fue un modelo hegemónico de gestión del estado del bienestar, encarnado en partidos como el Partido Socialista Alemán, el Partido Socialista Francés o el mismo PSOE Español, hoy muestra síntomas inequívocos de agotamiento. Sus bases electorales tradicionales se resquebrajan, sus referentes intelectuales han desaparecido o se han diluido en el pragmatismo tecnocrático y sus banderas, la justicia social, la redistribución y el pacto interclasista, han sido sustituidas por consignas identitarias, con políticas de género, agendas climáticas dogmáticas y un alejamiento creciente del sentido común. Recientemente, Portugal se ha convertido en otro botón de muestra, el reciente desplome del PSOE que ha terminado sumido en una crisis interna tras la victoria de la derecha.
Como digo, no es un caso aislado, es parte de un giro general en Occidente donde el hartazgo de los ciudadanos frente a las élites desconectadas y sus recetas ideológicas comienza a reflejarse en las urnas. Italia, Países Bajos, Suecia, Alemania, Rumanía e incluso Francia muestran las mismas tendencias, una derecha en ascenso, una izquierda dividida y una clase media que exige respuestas concretas en lugar de eslóganes progresistas. En España, la situación no es diferente, pero sí más peligrosa, porque el gobierno de Pedro Sánchez, acorralado por múltiples escándalos, por la parálisis institucional y por la pérdida de crédito internacional parece decidido a resistir a toda costa. Mientras las encuestas muestran un declive constante del PSOE en comunidades como Baleares, donde Proenx goza la mayoría absoluta y el socialismo de Armengol se desploma, Moncloa se atrinchera. La pregunta que muchos se hacen es ¿por qué no suelta el poder si el desgaste es evidente y el daño es creciente? La respuesta no es sencilla, pero tiene varias claves.
En primer lugar, el sanchismo no es una corriente política, con ideas claras o un proyecto estructurado. Es, ante todo, una estrategia de supervivencia. Pedro Sánchez ha hecho del poder su única ideología. Para él, gobernar no es servir, sino resistir. Cada decisión, cada reforma, cada alianza no responde a un modelo de país, sino a una necesidad coyuntural para mantenerse en el sillón presidencial. Ese afán de control absoluto se ha traducido en una cadena de escándalos que desgastan no solo al presidente, sino a las instituciones. La doctrina Botín, que pretende blindar judicialmente al hermano del presidente, el caso Ábalos, la corrupción en torno a ADIF o las maniobras con el petróleo venezolano son sólo algunos ejemplos de un sistema que se blinda desde arriba para evitar que se caigan sus pilares. En cualquier país, con una cultura democrática robusta, el cumlo de estas irregularidades bastaría para provocar dimisiones en cadena.
Pero en España no solo no dimite a nadie, sino que se ignoran los debates fundamentales, como el debate sobre el estado de la nación, para evitar la exposición pública de la debilidad del gobierno. Lo más grave, sin embargo, es el deterioro de la confianza social. La escuela pública se hunde, uno de cada cuatro alumnos pasa con suspensos, y los que abusan de las tecnologías han perdido medio curso frente a los que no lo hacen. La transparencia institucional es despreciada por un gobierno que rehúye los controles parlamentarios y las promesas de regeneración democrática quedan en papel mojado mientras se gestiona todo con lógica comunicativa, como si un eslogan pudiera tapar el hedor de la corrupción o la incompetencia estructural. A esto se suma el malestar creciente en las fuerzas del orden y las víctimas del terrorismo, mientras etarras no arrepentidos se cuelan en las listas electorales, y en el mundo rural arrasado por políticas climáticas impracticables y en una juventud que si no se radicaliza, se exilia o se resigna.
Y sin embargo Sánchez resiste, porque tiene un relato, por precario que sea, y porque ha sabido aliarse con todos aquellos que tienen algo que perder si él cae, es decir, los socios nacionalistas, las minorías gubernamentales.
Comentarios de Europa hundida por la socialdemocracia 4hy2b