Trending Misterio
iVoox
Descargar app Subir
iVoox Podcast & radio
Descargar app gratis
Psicolabis
Episodio 27. ¿Por qué juzgamos tanto?

Episodio 27. ¿Por qué juzgamos tanto? 4n1y3b

12/2/2025 · 12:39
0
326
0
326
Psicolabis

Descripción de Episodio 27. ¿Por qué juzgamos tanto? b6j3q

¿Por qué emitimos juicios casi sin darnos cuenta? ¿De dónde viene esa necesidad de juzgar sobre todo y todos? En este episodio exploramos el origen de nuestros juicios, cómo influyen en nuestra salud mental, y en nuestras relaciones, y qué podemos hacer para juzgar menos y comprender más. Para sugerencias, dudas, aclaraciones, concertar un cita de terapia online, o lo que necesites puedes arme a: Mi ⁠⁠web⁠: https://nmpsicologia.com/ ⁠ Mi email: [email protected] Mi instagram: ⁠https://www.instagram.com/nataliamontoyanasserpsicologia/ 18m10

Lee el podcast de Episodio 27. ¿Por qué juzgamos tanto?

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Hola, me llamo Natalia Montoya Nasser y esto es Psicolabis, tu nuevo podcast sobre salud
mental. ¿Alguna vez te has detenido a pensar por qué juzgamos tanto a los demás? ¿Por
qué somos rápidos para criticar, pero lentos para empatizar y comprender a los demás?
En este episodio vamos a reflexionar sobre cómo nuestras palabras pueden ser armas o
herramientas. Comenzamos.
Yo creo que no fui consciente realmente de lo popular que es esto de juzgar, criticar
y del daño que se puede hacer hasta que fui madre. La maternidad es un terreno fértil
donde hay muchas personas que se creen que tienen derecho a decirte si les pareces buena
madre o no, donde te pueden hacer comentarios pasivo-agresivos, donde intenten dejar en
evidencia tu papel de madre o donde se metan en aspectos de la crianza que no le corresponda.
La presión social y los estereotipos sobre lo que significa ser una buena madre es tremendo
Yo creo que si le preguntamos a alguna madre que no se haya sentido juzgada o criticada
alguna vez en su maternidad y diga que no, lo veo realmente difícil. Recuerdo que hace
unos meses iba en un avión hacia mi isla, yo soy de Tenerife aunque después de tantos
años fuera, he perdido totalmente el acento canario. Y es una pena, la verdad.
Bueno, pues antes de despegar llevábamos 5 minutos en el avión y una mujer me preguntó
si podía callar a mi hija de dos años, porque si no le iba a dar el viaje. La niña
ni siquiera es que llorase, que tuviese una rabieta, que ya sé que lidiar con las emociones
más incómodas pues por lo general las personas no lo llevan bien, pero es que mi hija solo
se estaba riendo y a la señora le molestaba. Obviamente le dije que no iba a callar a mi
hija y que era sorprendente que me hubiese preguntado eso. A nadie se le ocurriría
en un avión decirle a otra persona que no tiene derecho a hablar con la persona con la
que viaja o reírse, ¿verdad? Sin embargo esa mujer se creyó con el derecho de hacerlo
y de juzgarme a mí como madre por no amordazarla y dejarla ser bebé, que por cierto también
había apagado su asiente y tenía el mismo derecho que esa mujer a hablar, reírse o
llorar si lo necesitase. Yo misma antes de ser madre también he juzgado a otros padres.
Cuando veía a niños teniendo una gran rabieta en un restaurante y sus padres para tener
un rato de tranquilidad le daban una tabla pues me parecía fatal. O pensaba eso de yo
nunca haría eso. Y luego la realidad nos da una bofetada en toda la cara.
Pero no solo nos juzgan a las madres, nadie se salva de estar en la diana de las personas
más juiciosas y criticonas. Sin contar que juzgar es casi como un deporte en redes sociales,
los haters, ¿no? Pero, ¿por qué sentimos la necesidad constante de opinar sobre cómo
otras personas manejan su vida? ¿Queremos ayudar o solo necesitamos sentirnos superiores
y creer que nuestra manera de hacer las cosas es la única válida?
Juzgar es básicamente opinar sobre alguien o algo. Pero desde nuestra perspectiva, nuestras
creencias y nuestras experiencias, es como si todos lleváramos gafas con nuestro propio
filtro de vida y dijéramos, lo que veo con mis gafas es lo único que vale y todo debe
ser como yo lo veo. La crítica es cuando ese juicio lo expresamos con palabras. Hay
algunas personas que lo hacen con buena intención y buenas palabras, pero la mayoría sin filtro.
Juzgar es en parte una respuesta evolutiva. Viene en nuestro paquete básico de humanos.
Nuestro cerebro está diseñado para categorizar rápidamente la información. En la prehistoria
era clave para sobrevivir, necesitábamos evaluar rápido si algo o alguien era una
amenaza. Pero claro, ahora no tenemos que preocuparnos por si hay un león en la oficina
y sin embargo sentimos con esa tendencia de etiquetar todo en segundos. Esta capacidad
nos ayuda a sobrevivir, pero en el contexto actual puede llevarnos a emitir juicios superficiales,
rápidos y muy dañinos.
Recordemos que nuestra mente opera con sesgos, con atajos mentales que le ayudan a procesar
la información, como el efecto de halo, que es cuando tendemos a extrapolar una sola característica
positiva o negativa a toda la persona. Si a alguien te cae bien, tiendes a pensar que
todo lo que hace está bien, pero si te cae mal, cualquier cosa que hagas está mal y
es un desastre. O el sesgo de confirmación, que solo buscamos información que confirme
lo que ya pensamos. Por ejemplo, si crees que tu vecino es molesto, vas a estar atento
o atenta a cualquier ruido, aunque tú generes más, y serán pruebas que confirmen tu hipótesis.
Sabemos que tendemos a proyectar nuestras propias inseguridades, los aspectos que rechazamos
en nosotros mismos en los demás. Por ejemplo, alguien que critica constantemente el aspecto
físico de los demás podría estar lidiando con problemas de aceptar su propio cuerpo
o tener una baja autoestima asociada a la imagen. Juzgar también puede ser un mecanismo para
sentirnos superiores a los demás.

Comentarios de Episodio 27. ¿Por qué juzgamos tanto? 661h47

Este programa no acepta comentarios anónimos. ¡Regístrate para comentar!