
Descripción de David Bowie: Vidas y más 3r1243
• “Daniel Deronda” (1876) novela de George Eliot. • “De donde viene el viento” (2024) libro de Manuel Arroyo-Stephens. • “La sombra del Popo” (1942) color Atl sobre celotex de Gerardo Murillo (“Dr. Atl”) (1875-1964). • “Arte moderno de México. Colección Blaisten” exposición en Fundación Casa de México en España hasta el 16 de Febrero de 2025. • “Rafael Argullol. Caminar, pensar, escribir” (2025) libro de Varios autores. • “David Bowie: Vidas” (2017) biografía oral de Dylan Jones. • “Espejo de sombras” (1977) memorias de Felicidad Blanc (1913-1990). • “Cartas a Camondo” (2021) libro de Edmund de Waal. • “Bajo la máscara del placer” (1925) película muda de Georg Wilhelm Pabst. 612u56
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Por qué estoy tan triste teniéndolo todo, vivo sin mañana sangrando palabras, ya no sé quién soy, ni a dónde voy, por qué estoy tan triste teniéndolo todo.
¿Qué tal amigos? ¿Cómo estáis? Aquí comienza Por qué estoy tan triste teniéndolo todo, nuestro programa de referencias culturales con fundamento, mucho fundamento.
Por qué estoy tan triste teniéndolo todo, Radio Vallecas 107.5, Radio Almaina 88.5, de la mano de Carlos Castrosín en la presentación y dirección y de Carlos Baizán en la mesa de sonidos y demás colaboraciones. La magia del instante, la magia de la sonrisa efímera, que está de paso, que no reside sino transitoriamente apenas durante unos segundos en nuestro corazón.
Recordad nuestro podcast para escucharnos cuando y como queráis. Por qué estoy tan triste teniéndolo todo. En el recorrido de esta mirada, sus ojos se encontraron con los de Ederonda, y en lugar de apartarlos, tal como habría querido, fue consciente, muy a su pesar, de que se detenían, ¿cuánto tiempo? La sensación, como un dardo, de que él la estaba evaluando y la consideraba inferior, de que él era de la misma condición que la escoria humana golpeada alrededor de las mesas, de que se sentía en un plano ajeno y superior a ella, de que la examinaba como a un ejemplar de un orden inferior, despertó en la muchacha un cosquillo de rencor que prolongó el momento de una forma conflictiva. La consecuencia fue que la sangre, en vez de subirla a las mejillas, se esfumó de sus labios. Se dominó con la ayuda de un desafío interior y sin otra muestra de emoción que esta palidez de los labios reanudó el juego.
Daniel Ederonda, novela de 1876 de George Eliot, acaba de editarse por la editorial Alba, 960 páginas. Mary Ann Evans, nació en 1819 y falleció en 1880, que siempre firmó como George Eliot en una época en que la autoría de una mujer era cuanto menos motivo de suspicacia sino de inferioridad en la consideración de los lectores de la época, es una de las más grandes novelistas de la literatura inglesa del XIX. Entre sus libros figuran obras imperecederas como Middlemarch, Silas Manor, El molino del Flosch, Escenas de la vida parroquial y esta Daniel Ederonda, la última que escribió.
Daniel Ederonda es su mejor novela, escrita en plena madurez y dominio de los recursos narrativos, y se extiende a lo largo de casi mil páginas. Pertenece, como el resto de la obra de su autora, a lo que conocemos como novela victoriana, pero hay que decir que presenta dos novedades muy importantes dentro de este género literario. La primera que no se atiene sobre el asunto clásico de la novela decimonónica inglesa, cuya intención dramática se centraba en asegurar el futuro de las mujeres de relevante posición social por medio de un matrimonio adecuado.
La segunda es una novedad en su época, su positiva visión del pueblo judío que se muestra en los libros V y VI. Las jóvenes que aspiraban a un pretendiente se hallaban supeditadas al matrimonio y las que no lo conseguían debían dedicarse a oficios como la institutriz, ama de llaves o pariente pobre al servicio de una familia noble.
Gwendolyn Harlett es una joven de buena familia y bastante lista, que juega y pierde a la ruleta en un casino alemán y llama la atención de un apuesto joven que la observa desde lejos con gesto de disgusto. Cuando ella pregunta por él, le informan de que se trata de un tal Daniel Deronda, que se encuentra en este lugar, al que acaba de llegar acompañado de su padre adoptivo, ser Hugo Malinguer.
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