Cine y Perros 1kj3x

Bienvenidas, forasteras, a este nuevo El Bueno, El Feo, El Crítico.

¿Qué pasa aquí? ¿Estos cómo han entrado aquí? ¡Que alguien eche a estos perros del estudio, por favor! ¡Por favor! Así no se puede trabajar, hombre.

¡Venga! ¡Tarjetes, fuera! ¡Fuera! Bueno, pues como ya muchas habréis intuido, el tema de hoy es cine y perros.

Me gusta el tema, ¿eh? Pero no particularmente por mi amor a los perros.

No, que no es que no me gusten, claro.

Pero es que en los últimos años, como decía ya Javi, en lo de los gatos, a mí me pasa con los gatos y los perros.

Se me ha ido agudizando una alergia que no me posibilita complacer a mis niños con una mascota en casa.

Eso sí, más o menos yo le digo a mi hija.

Mira, te voy a tener contenta con esto, porque ella fue la que sugerió un cine y perros al final de la última temporada.

¿Lo recuerdas, Javi, o no? Pues sí, claro, y los deseos de Sofía son órdenes para El Bueno, El Feo y El Crítico.

Bueno, sí, y hablando de Sofía, eso, ella que está antojada por un perro, yo lo único que le he dicho para consolarla es, mira, Sofía, vamos a hacer un trato.

Si algún día yo me muero, como soy el que no puede entrar el perro aquí, te puedes pillar un perro.

Y la pobre, la primera vez que se lo dije, se pegó una pechada y lloraba.

¡Joder! Ahora ella bromea, ya me dice, mira, ¿le voy a poner qué nombre quieres? Digo, ponle Slash.

Dice, venga, pues cuando te mueras le voy a poner a mi perro Slash.

Y ya con eso vamos obviando.

Bueno, sí, que pocos son los traumas que estamos creando en nuestros niños, pero bueno.

Bueno, perros en el cine.

Es un tema bonito, pero me gustaría meditar esta duda.

El perro, el mejor amigo del hombre, pero ¿el mejor amigo del cine? Y me baso en que es que no se me ocurren casi pelis buenas de perros.

Seguramente una opinión que no es muy popular, pero en contadas ocasiones las pelis de perros son buenas, casi siempre son reguleras.

Bueno, a ver, hay pelis buenas donde aparecen perros, pero es verdad que no de perros, pelis de perros buenas.

Exacto, las pelis de perros que son buenas son las que no salen perros.

Me explico, perros de paja, Reservoir Dogs, Dog Week, tarde de perros, perros callejeros.

O esta te va a encantar, Braindead, tu madre se ha comido mi perro.

O sea, que el perro sale poco, es verdad, tampoco sale nada.

No hay perros ni nada.

Bueno, pues sin que sirva de precedente, hoy vamos a hacer una especie de podcast dentro de un podcast, ya que para hablar de perros, hemos pensado una persona excelente para hacerlo.

Y esa es nuestra amiga, escritora, profesora, bibliotecaria.

Además, también podcaster, porque tiene un podcast inclasificable, que diría yo que se llama La Matricaria, y que está hoy aquí desde la distancia para hablarnos sobre cine y perros.

Olvido, cuéntanos algo, anda.

Cuando me invitasteis a participar en vuestro podcast, después de la ilusión inicial vino el pánico.

Y ahora, ¿de qué hablo? Sí, claro, bueno, de cine y perros.

Y el caso es que a mí me gustan ambas cosas.

Pero lo cierto es que, de entrada, no me parece una buena combinación.

Cada vez que sale un perro en una película, me pongo en guardia.

Ese perro va a morir.

Ocurre la mayoría de las veces.

El perro es un spoiler en sí mismo.

Las películas en las que no muere el perro es o porque el perro es una especie de payaso o porque es una especie de superhéroe perfectito e insoportable.

Y si muriera, tampoco sería tan terrible.

Bueno, es broma.

He estado pensando en películas protagonizadas por perros.

Y en las que el perro desempeñara un papel importante.

Y me han venido a la cabeza, por un lado, historias que antes de ser películas han sido libros.

Conmigo Blanco, La llamada de los salvajes.

O el chungo de Stephen King, Cujo.

Y me da la sensación de que todos estos perros tienen como más personalidad que, yo qué sé, el San Bernardo Beethoven o Lassie, por ejemplo.

Que no es que sean unos perros cinematográficos que me atraigan especialmente.

Pero por otro lado, también pienso en películas de perros basadas en historias reales.

Estas son, digamos, los biopics de los perros.

Y bueno, yo no soy especialmente antibiópic.

Cuando voy a ver una película inspirada en la vida de alguien, sé que voy a ver la mirada de alguien sobre la vida de alguien.

O sea, que voy a ver más ficción que otra cosa.

Pero en estos casos, en los biopics de perros, voy con un poquito más de reparo.

Porque, dependiendo de la propia naturaleza de la historia, o lo que el perro hiciera que lo convirtió en extraordinario, o la misma mirada del director, estas pelis pueden ser por ejemplo...