La ciénaga de la política: los mensajes privados de Sánchez y Ábalos 2264m

En sus conversaciones privadas de Whatsapp, el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, se nos muestra tal como intuíamos que era. Mentiroso, manipulador, tramposo, mafioso y traicionero. Veámoslo.

En muchas ocasiones se nos intenta convencer de que los partidos políticos son asociaciones de personas que comparten unos ideales comunes y que luchan, conjuntamente, de buena fe, con negadamente, por impulsar esos ideales compartidos dentro de la sociedad. Desde esta perspectiva, ese colectivo de personas agrupado en el partido político lucharía socialmente por promover su visión del bien común, del interés general. Y frente a esta visión inmaculada de la política, muchas veces se contrapone la visión egoísta, crematística, mercantilística, individualista e incluso atomista de los mercados o de la empresa. Un entorno donde, a diferencia de la política, cada uno va por su lado, persiguiendo su interés personal, pisoteando si hace falta a los demás, para terminar engordando su cuenta corriente.

Nada que ver, en teoría, con la política, donde, como digo, se nos vende que todos anteponen el interés general del partido a su interés personal y que, al menos dentro de un partido, de ese grupo con ideales compartidos, nadie intenta pisotear a nadie. En realidad, desde que se formuló la Ley de Hierro de las Oligarquías, es decir, la conjetura de que toda organización siempre está gobernada por una minoría y que, por tanto, es imposible organizar un grupo de manera absolutamente democrática, al final, en cualquier grupo organizado siempre gobierna una minoría y, por tanto, habrá distintas minorías que compitan entre sí Por ser los gobernantes dentro de ese grupo, y si es necesario se matarán entre sí para ascender al poder, al menos desde que se formuló la Ley de Hierro de las Oligarquías, pretender convencernos de que los partidos son un oasis, un remanso de paz y amor entre los militantes unidos confraternalmente para perseguir socialmente su concepción del bien común, no deja de ser un caso más de propaganda estatista.

Ni es así, ni puede ser así, ni en consecuencia nunca será así. De la misma manera que hay competencia entre empresarios, también hay competencia entre políticos. No sólo entre partidos políticos, sino también dentro de un mismo partido político. Hay competencia entre aspirantes a dirigir, a gobernar ese partido político, y por mucho que se nos diga que puedan compartir ideales, anteponen su voluntad de mandar, dentro del partido y, por supuesto, dentro del Estado, a cualquier otra promoción del interés general. El interés personal de cada político, por ser él quien gobierne, por ser él quien detente el poder, desde luego se antepone siempre, porque si no lo hiciera ese político sería competitivamente desplazado por otros que tengan menos escrúpulos, se antepone siempre a cualquier tipo de interés general.

Y esto es algo que podemos ejemplificar con muchísima claridad con las conversaciones de WhatsApp que acaba de desvelar el diario El Mundo entre, por un lado, Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, y por otro José Luis Ábalos, en aquel entonces secretario de organización del PSOE. Es decir, el brazo mafioso del secretario general, de Pedro Sánchez, dentro del propio partido. El encargado de poner orden dentro del partido acallando cualquier disidencia interna que pueda cuestionar el liderazgo de quien en ese momento manda en el partido, Pedro Sánchez. Por ejemplo, conversación del 27 de agosto del año 2020. Pedro Sánchez le escribe a José Luis Ábalos lo siguiente.

No te olvides de hablar con nuestros presidentes para ir todos en línea. Es decir, que nada de voces discrepantes con respecto al mensaje que establece, de manera unipersonal, el líder indiscutible e indiscutido dentro del PSOE, Pedro Sánchez. Y José Luis Ábalos le responde a Pedro Sánchez. Sí, aún me falta alguno. Las declaraciones de Chimo, de Chimo Puig, por aquel entonces presidente del PSOE.