[46] "LA EMBOSCADA DEL GRAN VALLE" Warhammer El Fin de Los Tiempos w3d8

Mientras los Skaven irrumpían a través de las defensas enanas, una batalla más grande estaba teniendo lugar a través de Caracochopicos.

Con los enanos del rey Belegar encerrados y casi derrotados, Quick sintió que era hora de poner toda su atención en los Pieles Verdes.

El propio Quick dirigió el primer asalto. El objetivo era barrer las zonas que habitaban los Goblin y las tiendas de campaña de los Orcos que habían sido creadas en la cuenca de la superficie entre las ocho montañas.

El día estaba nublado, pero los Skaven parpadearon profusamente mientras formaban, con los ojos ajustándose a la luz del monótono día.

El plan no era nada sutil. Cuando su ejército se extendiera a través del Gran Valle, comenzaría a avanzar.

Al principio, los Skaven avanzaron sin oposición, como si los Pieles Verdes hubieran sido advertidos y estuvieran escondidos.

Trepando por las pilas de escombros y hueso, el ejército demolió las toscas cabañas de piedra y las tiendas de campaña hechas de piel.

Los lanzallamas de disformidad quemaron los campamentos vacíos y los globos de viento envenenado fueron arrojados dentro de las presuntas guarridas de monstruos.

Se llamaron a las ratas ogro para derribar los ídolos Pieles Verdes, con las musculosas criaturas tirando estatuas primitivas de piedra, madera o estiércol.

La mitad del valle había sido limpiado cuando la ladera de la montaña resonó con cuernos, tambores y el rugido de las bestias.

Por fin, los Orcos y Goblins salían a la batalla. Entraron en el Gran Valle a través de las Puertas Adustas, con Skarsnik a la cabeza de sus masas de Goblin vestidas de negro.

Por encima de las cabezas, los Goblin voladores pasaron a través de las nubes bajas disparadas desde lo alto de las montañas.

Daban vueltas en las corrientes térmicas antes de plegar sus alas y caer en picado.

Los Skaven contraatacaron, ya que habían movido fuera torres de andamios que albergaban cañones de disformidad.

Arcos de rayos negros crepitaron hacia afuera para estallar en explosiones incandescentes.

Enormes agujeros aparecieron en las peñas que se aproximaban.

Estelas de disparo verde revelaron mosquetes Jezail y sonidos bajos dieron cuenta de que los morteros de viento envenenado estaban lanzando esferas de gas tóxico para chocar profundamente en las formaciones vestidas de negro.

Mientras las líneas se cerraban, los Goblin nocturnos lanzaron los fanáticos hasta arriba de hongos.

Quick no sentía miedo ante los pieles verdes, pero había aprendido a desconfiar de los locos que giraban con bolas de metal.

Girando bajo su propio impulso, los fanáticos haraban surcos de sangre, entrañas y hueso roto.

Esto fue suficiente para hacer huir a muchas legiones de esclavos.

Con estos desnutridos y desgraciados Skaven corriendo en todas direcciones y mordiendo cualquier cosa que se interpusiera en su camino.

Algunos Skaven incluso se enredaron en las cadenas de los fanáticos, con sus muertes ayudando sin querer a los Skaven más de lo que sus miserables vidas alguna vez lo hicieron.

Quick y su guardia roja pasaron a través de dos peñas de Goblin nocturnos en rápida sucesión.

Las ágiles alimañas con sus espadas y sus pesadas alabardas eran simplemente demasiado para esos Goblin.

Aunque era difícil maniobrar en medio de la aglomeración del combate,