[43] "DEFENSA DEL SALÓN DEL JUICIO FINAL" Warhammer El Fin de Los Tiempos 6g5645

Comenzó como un sordo retumbar. Los enanos, que eran la más unida de todas las razas a las montañas, reconocieron los temblores de tierra inmediatamente. Los skaven, cuyos sentidos subterráneos eran quizá los más agudos, los siguieron de cerca. Sus líderes azotaron a los esclavos para llamar su atención y les pasaron la bebida de antes de la batalla de estimulantes de piedra bruja destilada.

Esta era después de todo la señal que habían estado esperando. Los goblin nocturnos, aunque largo tiempo adaptados en sus vidas subterráneas, no se dieron cuenta de nada hasta que la intensidad de las vibraciones creció.

En el momento en que las vibraciones eran tan feroces que podrían tirar un rompehierro totalmente blindado, incluso a los más lerdos de los trolls de piedra, todos entendieron que algo inusual estaba sucediendo.

El cielo, que había estado espeso con nubes oscuras y nieve, se abría hacia el norte, un signo más del cambio que iba a llegar.

A muchas millas de distancia, Karag Dron, la montaña del trueno, estaba en erupción, arrojando nubes de ceniza a muchas millas por encima de la superficie.

Ecos sacudieron todas las montañas del fin del mundo mientras volcanes menores se unían al coro.

Los hechizos para atraer a Morslief más cerca y los esfuerzos de los Slaan para detenerlo estaban muy distantes, pero sus ramificaciones se dejaron sentir en todo el mundo.

El aire parecía crujir con la energía y las crecientes presiones bajo de la superficie eran presionadas más allá de sus límites mientras la luna del caos se acercaba más que nunca.

La atracción gravitacional de la luna del caos alteró más cosas que las mareas y las presiones sísmicas.

Agitó los corazones de todas las cosas funestas.

Los túneles subterráneos de la ciudad de Los Pilares cobraron vida mientras una marea viva de hombres rata surgía de las profundidades más profundas, chillando entre miles y miles.

La tan esperada invasión había comenzado.

Muy por debajo de cuatro de las montañas que formaban el anillo de Caracocho Picos, los terremotos también dieron la señal a grupos clandestinos.

En absoluto secreto, equipos de tuneladoras de disformidad habían utilizado sus dispositivos del clan Skraer para perforar una red de túneles serpenteantes hasta lo alto de la montaña, aunque las principales obras que habían abiertas por debajo habían sido hechas por enanos hacía mucho tiempo.

Ahora servían como una morada de los goblin nocturnos.

Era un trabajo peligroso hacer agujeros tan profundamente cerca del territorio de Los Piles Verdes.

Detrás de los equipos de fundición de rocas, los acechantes nocturnos se deslizaban a través de estos pasajes recién creados en la roca viva.

Llevaban con ellos barriles de pólvora y complejos dispositivos de zumbantes, ruedas dentadas y engranajes.

Habían trabajado durante más de un mes, tensando los cables y situando muchas cargas.

Durante este tiempo, muchas de las criaturas asociadas con Los Piles Verdes habían vagado a través de estos túneles.

Los cuchillos y estrellas ninja ayudaron a mantener su existencia en secreto.

Con los primeros signos del lejano estruendo, la hora quedó marcada.

En cámaras excavadas en las raíces de la montaña, los náufragos de la montaña los ingenieros brujos conectaron montones de cables, enviando descargas eléctricas hacia arriba.

En algunos casos los cables habían sido cortados, roídos por garrapatos o quitados por los snotling.

Otras conexiones se perdieron debido a los derrumbes, mientras las oleadas volcánicas enviaban temblores por la cadena montañosa.

También hay que decir que algunos de los dispositivos explosivos fallaron al activarse.