115 - "DEFENSA DE PABLO" Hechos 26, 1-23 3o6x3b

Buenas tardes a todos. Bienvenidos a un nuevo episodio de la Sagrada Escritura en profundidad.

Buenas tardes. Como siempre, estamos ya en la charla 115 de los Hechos de los Apóstoles, capítulo 26. Les voy a explicar hoy la relación que hubo entre Pablo y Herodes Agripa II y Berenice. Recuerden que en la última charla yo les dije que Berenice y su hermano Herodes Agripa II fueron a Cesarea a conocer al gobernador de Roma, el nuevo, a Festo. Y entonces Festo les habló de Pablo y ellos, él concretamente, lo quiso conocer. Entonces, al día siguiente lo conocen y ellos ligaron con gran boato, como si fuera verdaderamente una situación importante.

Y aquí, en el texto de hoy, les voy a explicar qué es lo que dijo Pablo frente al rey Herodes Agripa.

Pero tengan en cuenta que no fue un proceso, simplemente fue el hecho de que fue presentado al rey Agripa y él se disculpó. Era un hombre culto, era ciudadano romano y por eso fue bien recibido y oído por Herodes Agripa. Voy a leer el fragmento, capítulo 26, y les voy a leer dos o tres versículos, no más. Antes voy a decirles que tengo este canal, que se llama La Sagrada Escritura en Profundidad, que les ruego que vayan a consultar porque faltan...

Pueden escuchar todos los vídeos y todos los podcasts en mi canal, que se llama La Sagrada Escritura en Profundidad, y también tengo una página en la cual encontrarán una entrevista, que se llama lasagradascritura.com. También pueden escucharlo por podcast, e-books, Spotify, Amazon, en fin, todos los que aparecen en la pantalla. Y antes de esto vamos a rezar, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Señor Jesús, me presento a ti tal como soy. Te pido perdón por mis pecados, me arrepiento de ellos. Por favor, perdóname.

En tu nombre perdono a todos los que me han ofendido. Renuncio a Satanás, a los espíritus maléficos y a todas sus obras. Me entrego por completo a ti con todo mi ser.

Señor Jesús, ahora y por siempre te invito a entrar en mi vida. Te acepto como mi Señor, mi Dios y mi Salvador. Por favor, cúrame, cámbiame, fortaléceme en cuerpo, alma y espíritu. Ven, Señor Jesús, cúbreme con tu preciosa sangre y lléname del Espíritu Santo. Te amo, Señor Jesús, te alabo, Señor Jesús, y te doy las gracias. Te seguiré todos los días de mi vida. María, mi Madre, Reina de la Paz. San peregrino, santo del cáncer, todos los ángeles y santos, por favor, ayúdame. Amén. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén. Bueno, pues empezamos. 26, 1 al 3, dice Agripa, estamos ante la corte y Pablo se defenderá.

Es el discurso de Pablo. Agripa dijo a Pablo, se te permite hablar en tu favor. Entonces Pablo extendió su mano y empezó a defenderse. Me considero feliz, rey Agripa, al tener que defenderme hoy ante ti de todas las cosas que me acusan los judíos. Principalmente porque tú conoces las costumbres y cuestiones de los judíos. Por eso te pido que me escuches pacientemente.

O sea que él tiende la mano dirigida hacia Herodes Agripa, pidiéndole especialmente que tenga paciencia en escuchar todo lo que tiene que decir. Y claro, él capta la benevolencia del rey a través de aludir a lo bueno que tiene el rey. Porque es el hecho de que él es judío y conoce las costumbres y las cuestiones de los judíos. Recuerden que Agripa estaba viviendo el incesto con su hermana Berenice. Agripa II había sido educado hasta los 17 años en Roma, pero conocía la Torah, la ley escrita judía.

Y eso les tocaba mucho a los judíos que estuviese viviendo en pecado con su hermana, puesto que había incesto y la Torah lo dice esto. Por eso les digo que de aquí se puede sacar una enseñanza. Y es el hecho de que toda persona que esté más embelicida o más empecatada, que tenga más pecado, por ejemplo alguien que sea ludópata, que esté tan aficionada al juego que hay perdido toda la fortuna y que pierdes la paciencia con esta persona.