118 - "TEMPESTAD Y NAUFRAGIO" Hechos 27, 9-44 5g6i6r

Buenas tardes a todos. Bienvenidos a un nuevo episodio de la Sagrada Escritura en profundidad.

Buenas tardes. Como siempre, estamos en la charla 118 de los Hechos de los Apóstoles, quinto libro del Nuevo Testamento. Y yo les había explicado la semana pasada que Pablo ya, Pablo está ya embarcado en la nave para ir a Roma. Y que había problemas, porque el texto nos dice, en el capítulo 27, versículo 9, nos dice, había transcurrido ya bastante tiempo y la navegación era ya peligrosa, pues incluso había pasado el ayuno.

El ayuno, yo les dije que era el Yom Kippur, la fiesta del Yom Kippur judía, que es el día de la expiación. Y aquí lo que nos explican es que, lo que yo les dije la semana pasada, días de navegación buenos estaban cuatro meses, desde el 27 de mayo hasta mediados de septiembre. Que la gente luego se aviniese a navegar, digamos, el mes que quedaba de septiembre y octubre, eso, bueno, aún, pero muchas naves ya no se atrevían.

Y que las naves empezasen a navegar en marzo, a medios de marzo, empezasen a medios de marzo hasta abril, digo, continuando abril y mayo, podían encontrar todavía problemas de navegación. Recuerden que estamos en el siglo I después de Cristo. Y aquí lo que nos dice es que ya había incluso transcurrido la fiesta de la expiación. Y esta fiesta es en septiembre-octubre, depende de las fechas.

O sea, supongamos que hubiese sido el 5 de octubre, pues plantábamos en el 15 o 20 de octubre. O sea, digamos que estamos más o menos en esta fecha, ya rayando con que no se puede navegar. Entonces dice el texto, continuamos con el texto, dice, bueno, antes de continuar vamos a rezar, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén. Ven Espíritu Santo, llena el corazón de todos los hombres, enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu espíritu para darnos vida nueva y todo será recreado y renovarás la faz de la tierra. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Recuerden esto de siempre que tengo este canal, que se llama La Sagrada Escritura en Profundidad. Después les explicaré inmediatamente una de las cartas que tiene una página y ya empezaremos con San Lucas.

Pero, mientras tanto, tienen ustedes unos fantásticos 117 o 118 vídeos sobre los hechos de los apóstoles que empiezan con la ascensión del Señor y acaban con Pablo llegando a Roma, que es enormemente interesante. Desde los tres viajes de Pablo, todas las aventuras que pasa en Éfeso, los toman por dioses, todos los viajes que realizan y cómo los judíos van en contra de ellos, el concilio de Jerusalén, el capítulo 15, cómo se evangeliza Samaria, cómo se elige al doceavo apóstol de los doce, puesto que Judas ya había muerto.

Todo esto lo tienen ustedes en 118 vídeos. Vayan allí también a mi canal, canal es este, pero quiero decir a mi página web, que se llama también La Sagrada Escritura en Profundidad, y también encontrarán alguna entrevista. Sí que les quería decir también que pueden escucharlo por podcast, o sea, si van en coche o lo que quieran, escúchenlo a través de iVoox, pongan La Sagrada Escritura en Profundidad y les sale. iVoox, Spotify, Amazon, Infinito y todos los demás canales.

Bueno, pues continuamos, vamos a empezar. Sí, les digo también que si alguien les dice que les gusta, envíenlo, envíen estas charlas, porque lo que hacen es oraciones. Lo que hacen es intentar que a otras personas les guste lo que a ustedes les gusta, que es la Biblia. Intentar que la gente no tenga miedo de un libro tan grueso como este, que la gente a veces lo dice, y no se atreven ni siquiera a empezar, porque piensan, uy, es que es muy complicado, ¿entiendes? Entonces yo intento dar lo más sencillo posible.

Bueno, pues empezamos, continuamos. Estamos capítulo 27, versículo 9. O sea, estaban ya con problemas, y dice, Pablo les advertía diciéndoles, amigos, veo que la navegación va a traer gran peligro y grave daño, no solo para el cargamento y la nave, sino también para nuestras propias personas. Pero el centurión daba más crédito al piloto y al patrón que no a las palabras de Pablo. Como el puerto no era a propósito para invernar, la mayoría decidió hacerse a la mar desde allí, pues,