Vivir con Abundancia: Las leyes universales que debes conocer 4i5zw

Hola a todos y bienvenidos a Ideas para Vivir Mejor, el espacio donde te ayudamos a crecer personal y profesionalmente, aunque no tengas tiempo para devorar todos esos libros maravillosos o aunque no tengas tiempo para hacer todos esos cursos que podrían transformar tu vida.

Soy Eugenio Paya Ruiz, lector empedernido, escritor y experto en desarrollo personal, y hoy te traigo el resumen de un libro que se llama Vivir con Abundancia. Está escrito por un gran maestro, por Sergio Fernández. El libro nos dice que la realidad que vemos no es más que una proyección de lo que llevamos en nuestra cabeza. En realidad, lo que vemos es una película que nos montamos nosotros solos y encima nos la creemos. El libro nos dice también que la escasez no existe. De hecho, puedes comprobarlo por ti mismo o por ti misma.

Sal a la calle, mira por la ventana, incluso si no quieres salir a la calle. ¿Está el sol? Está.

¿Respiras? Respiras. ¿Florecen los árboles si es primavera? Pues claro. ¿Y te has tenido que esforzar mucho para que todo eso ocurra? No, ¿verdad? La verdad es que no. Entonces, si eso es así, ¿por qué seguimos pensando que todo hay que sudarlo, que todo hay que sufrirlo, que todo hay que ganárselo con sangre? Pues nos pasa porque nos han programado así, porque nos han dicho que si no hacemos, no valemos. Que si no te esfuerzas hasta reventar, entonces no te mereces nada. Y tú y yo, como buenos ciudadanos obedientes, hemos comprado ese discurso, lo hemos empaquetado y nos lo hemos llevado puesto como si fuera la verdad.

Pero no lo es. La abundancia no es algo que se consigue, es algo que se ve, es algo que se reconoce. Y para eso hay que cambiar el chip, hay que dejar de mirar como siempre has mirado y empezar a aprender. He dicho aprender, que es la única postura digna que se puede tener si es que quieres cambiar algo en esta vida. Hay un cuento que nos da el libro que es muy famoso.

Es un cuento que habla de esto. El elefante encadenado. Cuando era pequeñito, a este elefante lo ataron con una cadena. Intentó soltarse, obviamente, lo intentó una vez, dos veces, veinte veces, pero nada, no podía soltarse. ¿Y qué hizo el animal? Se rindió. Y entonces aprendió, mal aprendido por supuesto, que no podía soltarse. Y pasaron los años y ese elefante se hizo enorme, se hizo fuerte y la cadena seguía ahí. Pero ya no era la cadena lo que le ataba, era la idea de que no podía. Era la condena mental.

Pues un poco así estamos todos, con un cuerpo adulto, con recursos, con opciones, pero creyéndonos débiles, creyéndonos incapaces, creyéndonos atados. Y muchas veces no es la realidad la que nos limita, son nuestras creencias. Así que tenemos que hacernos un favor y actualizar esas creencias. Hay una idea que no es demasiado cómoda pero que tenemos que entender. Tú creas tu propia realidad. No es el gobierno, no es tu jefe, no es tu suegra, eres tú, con tus pensamientos, con tus creencias, con tus historias mentales.

Todo lo que ves, todo lo que te pasa, todo lo que te crees, es simplemente una película que te estás proyectando tú mismo y te la estás tragando entera. Porque claro, como lo has vivido siempre así, piensas que esa es la verdad. Pero no, esa es tu verdad y eso no es lo mismo que la verdad. Eso que nos decimos de no tengo tiempo, no tengo dinero, no puedo, no me da la vida para hacer esto, eso es todo escasez, es una mentira, es una creencia, es una idea absurda que nos hemos repetido miles de veces. Lo que pasa es que como nadie la cuestiona, se convierte en ley.

Pero no lo es. La abundancia es una cuestión de enfoque, es una cuestión de abrir los ojos, es una cuestión de dejar de llorar por lo que no tienes para empezar a ver lo que ya tienes. Porque tienes cosas, todos tenemos mucho más de lo que creemos. Para empezar tenemos el sol que sale cada mañana sin pedirnos nada a cambio. Tenemos también mucha tecnología que nos hace la vida más fácil y que muchas veces ni agradecemos. Y por supuesto tenemos nuestro cuerpo que sigue funcionando pese a cómo lo tratamos muchas veces. Y tenedores.