El VERDADERO Origen de DONALD TRUMP | Mafia, Mujeres, Poder 5d6n41

Antes de llegar a la Casa Blanca, Donald Trump ya era el empresario más amado y odiado de Estados Unidos. Era un magnate de ladrillo, una estrella de reality shows y el protagonista de innumerables polémicas. Ojo porque en este vídeo no vamos a hablar de aranceles y chorradas que no nos afectan para nada, no. Vamos a hablar sobre el verdadero origen de Donald Trump. ¿Es un niño mimado o un hombre hecho a sí mismo? ¿Es real su supuesta conexión con la mafia? Y lo más importante, ¿es cierto que cuando era joven conocía las seis palabras para conquistar a cualquier mujer? Donald John Trump nació en 1946 en el barrio de Queens, Nueva York. Era hijo de Mary Ann McLeod, una emigrante escocesa, y de Fred Trump, un constructor que había amasado una fortuna levantando viviendas económicas en los suburbios.

Aunque la familia era de origen alemán, durante la Segunda Guerra Mundial, Fred decidió ocultar sus raíces. Después de la guerra, fundó la Trump Corporation, una empresa dedicada a construir complejos residenciales subvencionados para soldados y veteranos de guerra. Fred no era un innovador y tampoco le gustaba arriesgarse, pero como había trabajado en el mundo de la construcción desde que era adolescente, sabía todo sobre el negocio del ladrillo y supo aprovechar las oportunidades que se le presentaron. El matrimonio Trump tuvo cinco hijos. Fred era frío y exigente con ellos, los valoraba por las expectativas que tenía sobre ellos y por su ambición. No toleraba ningún tipo de debilidad y por eso despreciaba abiertamente a su primogénito, Fred Jr., que no tenía interés en sus negocios y soñaba con ser piloto.

Para su padre era un fracasado y lo humillaba públicamente. Poco a poco, Fred Jr. se fue apartando de la familia hasta acabar hundido en el alcoholismo. Donald, en cambio, era su verdadero heredero, un chico ambicioso, competitivo y problemático. Era, literalmente, un abusón, así que a los 13 años Fred decidió enviarle a una academia militar. Ahí estuvo hasta los 17 años, en un ambiente de disciplina y jerarquía donde se enseñaba a ocultar cualquier vulnerabilidad. Una sobrina de Donald, Mary Trump, escribió un libro titulado ¿Cómo mi familia creó al hombre más peligroso del mundo? Ahí afirmó que su tío era un monstruo fabricado por Fred, un narcisista habituado a salirse con la suya por medio de la mentira. Como curiosidad también relata que cuando Donald tuvo que hacer su examen de a la universidad, pagó a un amigo para que se lo hiciera.

Fuera como fuese, accedió a la prestigiosa escuela de negocios Wharton School of Finance, donde también estudiaban otros cracks como Steve Cohen, Elon Musk o Nassim Taleb, y en 1968 se graduó con el título en Economía. Cuando terminó sus estudios, se incorporó a la empresa familiar y, solo tres años después, Fred se retiró y le nombró presidente. Por desgracia para Donald, poco tardarían en llegar los problemas, ya que un par de años después, en 1973, se enfrentó a una demanda por discriminación racial. El Departamento de Justicia alegaba que rechazaban las solicitudes de apartamentos de las parejas afroamericanas. Supuestamente, esto funcionaba así. Cuando los empleados recibían una solicitud de una pareja afroamericana, las marcaban con una C de Colored y luego la rechazaban por no tener vacantes disponibles.

Solo para dejarlo claro, esta información fue corroborada por ex-empleados y recogían documentos del FBI y del Departamento de Justicia. Ante semejante problema, Donald recurrió al abogado Roy Cohn, el más temido de Nueva York. Había sido uno de los grandes cazadores de comunistas durante el macartismo, la campaña de persecución a los comunistas que seguramente habrías visto en la película de Oppenheimer. Pero ahora tenía una nueva ocupación. Era el abogado predilecto de las principales familias de la mafia de Nueva York, incluidos Tony el Gordo Salerno o John Gotti, y de otros magnates sin escrúpulos.

Cohn era conocido precisamente porque estaba dispuesto a hacer cualquier artimaña, por dudosa que fuera su legalidad, para salirse con la suya. Era famoso por sus tácticas dilatorias y amenazas, hostigaba y contrademandaba a quien se interpusiera en su camino. No buscaba justicia, buscaba ganar. Y por supuesto, Cohn fue una especie de mentor para Trump, le enseñó a negar siempre, a contraatacar y estuvo a su lado en todos los conflictos hasta su muerte en 1986.

Trump aplicó todo lo aprendido desde el principio, presentó una demanda por difamación contra el gobierno por más de 100 millones de dólares y aunque fue desestimada, sirvió para llegar a un acuerdo judicial en el que solo tenían que modificar sus prácticas sin itir ninguna culpa. En 1973, Donald rebautizó la compañía como la Trump Organization y empezó a mirar hacia los rascacielos, los hoteles de lujo y el brillo de Manhattan.

Quería convertirse en una versión mejorada de su padre, que se había quedado estancado en Brooklyn y para eso debía dejar las viviendas económicas y cruzar el puente hacia Manhattan. La oportunidad le llegó en 1976 con el Commodore Hotel, un antiguo edificio en decadencia en el corazón de Manhattan. En los 70, Nueva York atravesaba una profunda crisis. La violencia estaba desbocada, se producían más de 1.000 asesinatos al año y además...