TRANSFORMA TU VIDA con la ACTITUD ADECUADA 412p1z

Hola, qué tal? Soy Pablo Gil y hoy quería hacer un vídeo mucho más personal de lo que suelo hacer.
Quiero hablaros de cómo afrontamos esos momentos claves en la vida
donde creas una ilusión y luego tal vez llega una decepción
o simplemente llega la decepción de golpe.
Cómo? Cómo gestionamos esos sentimientos?
Qué tipo de actitud hay que tener ante la vida y
qué significa ser optimista?
No, no es creer que todo va a ir bien.
Es saber gestionar precisamente los momentos malos
y sacar el mejor el mejor partido posible de circunstancias
que a priori deberían entristecernos y saber salir de ese hoyo
y saber tener una actitud constructiva.
Antes de empezar, lo primero que quiero es agradeceros
el hecho de haber alcanzado la cifra de 300.000 seguidores
en el canal de YouTube y de 100.000 en Instagram.
Siempre que hago contenido, pienso que sin vosotros no tendría ningún sentido,
con lo cual mi más sincero agradecimiento por seguir escuchándome,
seguir viéndome en los canales y sin extenderme mucho más.
Tengo intención de hacer algún tipo de agradecimiento especial,
así que en breve tendréis un vídeo donde explico
algo que quiero hacer con mi audiencia
y que de alguna manera muestre que realmente me toca la fibra.
Así que no os perdáis,
estad atentos al canal que en breve tendréis alguna noticia positiva
por el lado de lo que hablaba antes.
Por qué? Por qué sacó este tema ahora?
Bueno, ó conmigo a través de
de lo que son los s que me seguís, un neurólogo que me preguntó
qué tipo de enfermedad tenía para aquellos que me conocéis.
Ya sabéis que voy en silla de ruedas desde hace más de diez años.
Padezco una creía o parece que es una atrofia espinal crónica.
Ahora mismo están precisamente analizando si es eso o no.
Un estudio genético y un estudio más complejo
y de alguna forma no espero que me cambie la vida,
pero si hay un diagnóstico, si hay un nombre a esa enfermedad,
podría generar la idea de una potencial cura o tratamiento.
De hecho, este neurólogo me dice que a nivel pediátrico,
para un con para una
un estilo de enfermedad concreta de atrofia espinal.
Hay un tratamiento que están aplicando con cierto éxito
y eso ha generado pues la ilusión en mi mujer.
Y aquí os muestro las dos las dos realidades con la que uno vive.
El que tiene la enfermedad y lleva casi seis décadas con ella
y ha tenido que estructurar su vida a lo que le permite hacer su cuerpo.
Y la persona que lo ve como
nos va a cambiar.
Si hay un tratamiento, nos va a cambiar el futuro.
Por qué soy incapaz de tener la actitud de mi mujer?
Por qué no puedo tener ilusión?
Bueno, hay dos temas que son cruciales.
Yo veo este tipo de situaciones como jugar a la lotería.
Yo cuando compro un boleto de lotería para Navidad,
os puedo asegurar y supongo que casi todos de vosotros os ocurre lo mismo.
No voy con la mentalidad de me va a tocar el premio gordo.
Cómo me va a cambiar la vida?
Tienes una esperanza remotísima.
Dices ojalá me tocase.
Claro, ojalá.
Pero tú no estructuras tu vida pensando en que va a cambiarte
a nivel económico la situación en la que estás.
Creo que esa es la forma en la que yo me aproximo a este tipo de revisiones médicas.
Es qué bueno sería que me pudiesen dar la noticia
de que se conoce un tratamiento efectivo contra mi enfermedad,
pero no cuento con ello igual que no cuento con la lotería.
Al principio, sí.
Cuando era más joven, cuando a lo mejor en torno a los 20 años, 30 años,
soñaba con una cura.
Pensaba bueno, la medicina va a avanzar y yo todavía soy joven.
Estoy en una forma física bastante decente.
Seguro que voy a poder contar con la alegría
futura de no se preocupe usted que esto,
pues como ha pasado con distintos tipos del cáncer o operaciones en oculares,
es decir, cosas que antes no se podían hacer, ahora se hacen y se curan.
Si tenía, albergaba esa esperanza, pero pero el tiempo es como una losa.
Iba pasando el tiempo y vas viendo que no,
que los avances en el campo neurológico son lentísimos.
Y la verdad, la verdad es que cuando me he ido a hacer las pruebas,
llevo un mes y medio haciéndome pruebas.
Las pruebas que me estaba haciendo son exactamente las mismas que me hacían
cuando tenía siete, ocho o nueve o diez años.