
Descripción de La sobrina fea p5. 1c372e
La sobrina fea parte 5. La tarde pinta interesante, mi hermana encoñada con la dulce Claudia, y mi sobrina, muy necesitada, exigiéndome que duerma la siesta en mi cama. No tenía ni idea de como se lo harían, pero en la cocina, interrogando a mi hermana de como lo había conseguido, Claudia se lo explicaba a su amiga sin darse cuenta de que iba tan cachonda como ella. si quieres y gustas aportar al canal puedes arnos por o el pay pal [email protected] paypal.me/relatossex fuente /autor https://www.todorelatos.com/relato/223167/ 8331x
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Ahora sí, comencemos.
La sobrina fea parte 5.
La tarde pinta interesante. Mi hermana encoñada con la dulce Claudia y mi sobrina, muy necesitada, exigiéndome que duerma la siesta en mi cama.
No tenía ni idea de cómo se lo harían, pero en la cocina, interrogando a mi hermana de cómo lo había conseguido, Claudia se lo explicaba a su amiga sin darse cuenta de que iba tan cachonda como ella.
La tarde pinta interesante. Mi hermana encoñada con la dulce Claudia y mi sobrina, muy necesitada, exigiéndome que duerma la siesta en mi cama.
No tenía ni idea de cómo se lo harían, pero en la cocina, interrogando a mi hermana de cómo lo había conseguido, Claudia se lo explicaba a su amiga sin darse cuenta de que iba tan cachonda como ella.
Que si tía, estábamos hablando y me ha besado de repente, le explicaba recogiendo y plegando las dos el mantel de la mesa. Bueno, ¿y qué? ¿No te ha gustado? ¿Por qué no te has venido a la cocina corriendo? Le dijo su amiga como si nada, porque le importaba un bledo, ella quería más sexo conmigo. Claudia se quedó un poco a cuadros al ver que ni se sorprendía, ni le importaba, y le dijo. Pensaba que estábamos juntas, por eso te lo he contado. Pero si no te importas y que voy con ella, le explico algo fastidiada, pero contenta al ver cómo le sonreía mi sobrina y le guiñaba un ojo. Y lo estamos, pero seguro que te enseña cosas y luego me las enseñas tú.
Le dijo mordiéndole el labio y besándose, con el mantel ya plegado entre las dos. ¡Qué zorra eres, cómo me pones! Vamos a hacer la siesta, le dijo el lado oscuro de Claudia, chafándola contra la pared y mordiéndole el cuello. No puedo, tengo que ayudar a mi tío con el cable de la fibra. Vamos a llevar uno hasta la habitación, así tendré más velocidad, le explico mi sobrina.
Pero Claudia estaba cachonda, aparto el mantel y le atrapo el coñito sobre la ropa, acariciándolo con fuerza y diciéndole. Ya lo hacéis después, venga vamos a la cama, mi sobrina esta vez le mordió ella el cuello, haciéndole dudar un instante hasta que me vio pasar hacia mi habitación. Claudia le flotaba lenta, pero con fuerza y la también la tenía agarrada del culo con sus pechos chafados mutuamente.
Olga escapó después de besarse y le dijo. Vale, espérame. Voy en cuanto acabemos y te despierto mmmh, para loca, buf. Le dijo yéndose a la cocina y mirándose con deseo. Su madre cabeceaba apoyada en la mesa de la cocina y su hija la mandó al sofá. Claudia se fue a la habitación y mi sobrina cogió un rollo de cable de fibra óptica, una grapadora y los dejó en el suelo de pasillo. Se metió en el baño y me escribió contándome su plan.
Yo ya estaba también medio dormido, pero me empecé a reír con la ocurrencia de mi sobrina necesitada. Le felicité y salí al pasillo a clavar con su ayuda unos metros de cable sobre el zócalo. No tarde en reírme en voz baja, ya que estábamos en un pasillo, medio de las otras dos chicas. Las dos dormidas, pero creo que su madre mucho más. Y mi sobrina también reía, pensando en la buena idea que había tenido, hasta que cayó en porque me reía.
Por lo menos he pensado algo, me dijo pegándome un codazo. Eso no te lo niego, venga, sigue grapando tú que me duele la mano. Le dije al rato, dándole la grapadora y cambiándonos de sitio. Lleguemos al marco de la puerta de uno de los baños y lo empezó a subir grapando el cable. Yo se lo mantenía tensado y ella seguía enfurruñada con el fallo de localización de su idea.
Siguió subiendo por el marco hasta que quedó conmigo detrás y mi polla empujando mi pantalón y abriendo los cachetes de su culo de piedra. Oye, que ésta es capaz de salir a buscarme, sépárate un poco anda, me dijo al notar cómo la punteaba sin miramientos. No puedo, date prisa tú, que no sé de qué te vale tanto gimnasio, le dije como si nada. Porque la jodida grapadora te dejaba la mano cansada en poco rato.
Resopló y se intentó dar más prisa. Como mi polla, que cuando llegó a la parte alta del marco se le clavaba en el coñito haciéndole reír y subirse de puntillas. Un saltito, dos saltitos y mis manos soltaron el cable y le bajaron los pantalones haciéndole soltar una risa silenciosa e intentar irse a mi habitación. ¿Dónde vas? Sigue con lo que hacías, le dije cogiéndole de la cintura y apoyándola contra la puerta sacándome la polla. MMMH, puto loco, oh oh, vale, como quieras MMMMH, a mí me da igual MMMMH. Oh oh oh, MMMMH. Me decía, notando cómo le entraba más polla, con cada grapa que ponía. Acabó la parte alta y empezó a bajar con la grapadora, con la polla entera dentro y mis manos sacándole el sujetador hacia abajo.
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