La ruta de los Endemoniados_3x12 ly6u

Esta noche quiero traer una de historias de endemoniados. Una de las historias de la España mágica, de Aragón Mágico, que creo que de vez en cuando hay que volverlo a tocar. Hay que volver a mi tierra. Y quiero explicaros, una vez más, seguro que lo hemos tocado en diferentes momentos, pero quiero hablar de lo que se conocían como los enemigos, los enfatuados, los endemoniados.

Aquellas personas, aunque pensemos que parecen de otro tiempo, casi del medievo, como si fuesen tiempos prehistóricos, pero que hace poco más de 50 años, hasta diferentes puntos de España, llegaban familias con aquellos niños, aquellos ancianos, que estaban poseídos por el mal, para que diferentes imágenes, figuras, devociones, les liberasen de esas ideas malignas.

Comienza Abismo. Muy buenas noches. En absoluta soledad, hoy estoy yo solo en este nuevo estudio de Abismo y quería hacer programa, porque al final tenemos muchísima faena, como bien sabéis, son dos programas de Abismo, pero hacemos todo lo imposible porque no se pierda y todavía vaya más. Y es casi como el rincón de pensar y el rincón de reflexionar sobre nuestras historias y donde no existen filtros ni existe nada que se prohíba hablar. Estaba por casa, acabo de llegar de viaje y he visto una pequeña cuartilla, un librito muy sencillo, muy simple, pero que es del año 1956.

Es de las, creo que las últimas que quedan, de las novenas en honor al Santo Cristo de Calatorao. Esto fue un obsequio de la localidad cuando hice un reportaje sobre este Cristo milagroso, esta imagen que hablaré sobre ella, que es espectacular y que tantos miles y miles de personas se acercaban hacia esta localidad zaragozana para buscar la sanación del mal. ¿Por qué digo que es muy importante esta novena? Porque, como digo, está publicada en Zaragoza, Casa Augusta, el 27 de junio de 1956.

Es decir, es previa a 1965, que es el Concilio Vaticano II. Es decir, es previa a todas las prohibiciones que hay de que la gente acuda a las iglesias a ser liberadas por el mal, a ser liberadas del mal por medio de las imágenes. Hasta hace bien poco tiempo se creía de forma muy fervorosa en todos estos milagros. No quiero decir que la iglesia haya huido de los exorcismos, ni mucho menos. Todas las diócesis, es decir, todas la gran mayoría cuentan con un exorcista, cuentan con una persona.

Claro, no imaginemos ese imaginario popular que tenemos, muchas veces por el cine, donde nos trasladan a aquel sacerdote con su sotana, su clériman, esos grandes abrigos, su sombrero de copa, ese rostro pálido, frío, y donde emana diferentes vaos para buscar la sanación por medio de la liberación del mal, como tenemos esas grandes películas, el exorcista, sin ir más lejos, que hemos hecho diferentes programas sobre estos casos. Bueno, pues los exorcistas siguen funcionando, siguen existiendo, porque el mal sigue presente en nuestro mundo.

El mal, no sabemos si es como tal ese diablo que nos han enseñado los textos sagrados, como lo tenemos con esas expresiones malignas, diabólicas, o es algún tipo de creación que el mal se mete en las personas. Y esas personas, bueno, pues tienen diferentes momentos de peligro. O sea, antes tenemos que mirar, yo creo que el panorama internacional, incluso el panorama político, y vemos que el mal está presente en diferentes lugares del mundo.

Bueno, pues esos exorcistas que existen en silencio ahora no tiene nada que ver con los exorcismos antiguos, donde la psiquiatría, como esa medicina, esa ciencia que tanto lo estudia el cerebro, que a día de hoy muchos, la gran mayoría de esos casos, tendrían su explicación. A día de hoy esos casos, pues tendrían su tratamiento, tendrían su pequeño paliativo por medio de la medicina. Pero hay casos que se escapan, hay casos que no se sabe qué son. Hay momentos, hay circunstancias, hay expresiones en la vida de esas personas que sin duda no existen.