
DEx 08x40 AGUJEROS EN EL ALMA: El misterio de los cráneos trepanados 5p5i6k
Descripción de DEx 08x40 AGUJEROS EN EL ALMA: El misterio de los cráneos trepanados 1m1i5k
¿Qué sabían los antiguos que nosotros hemos olvidado? En Paracas, Perú, arqueólogos han encontrado cráneos de 2.000 años con ADN imposible... y agujeros perfectamente perforados que sus dueños sobrevivieron. Desde cirujanos prehistóricos con tasas de éxito del 90% hasta hippies holandeses que se taladran el cráneo buscando la iluminación permanente. Una investigación que conecta alienígenas ancestrales, experimentos contraculturales de los 60 y estudios científicos de 2023 que están cambiando todo lo que creíamos saber sobre la consciencia humana. ¿Casualidad que todas las civilizaciones del mundo practicaran la trepanación? ¿O había algo más profundo detrás de esos agujeros en el cráneo? Y además El hombre que creó el Louvre, con Alberto Ausín. Aeronautas de la antigüedad, con Iván Castro. ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/413939 3l2o6l
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Hola amigos, hola amigas, bienvenidos una semana más a nuestra cita en estos días extraños.
Hoy me ha dado por la nostalgia y por recuperar una de las viejas sintonías.
A lo mejor la semana que viene pongo la otra antigua sintonía y ya me decís cuál de las tres os gusta más.
Pero no es de esto de lo que os quería hablar hoy.
Hoy os quería hablar de una plaga, de una epidemia que no afecta al cuerpo sino a la mente.
Una plaga que convierte a personas aparentemente normales, a nuestro vecino, a nuestro compañero de trabajo, incluso a ese político que sale en televisión con aire respetable, al menos en la medida en que la respetabilidad y la política son compatibles, los convierte a todos ellos en seres incapaces de procesar la realidad cuando ésta contradice sus creencias.
Es una infección, una infección que transforma ciudadanos en soldados de causas ciegas, que convierte el diálogo en trinchera, que convierte el desacuerdo en energía.
Esa epidemia existe, se llama fanatismo y está devastando nuestro paisaje político, nuestro paisaje social, sin que apenas nos demos cuenta, porque el fanático moderno ya no es ese tipo desgreñado que grita en las esquinas con un cartel apocalíptico.
No, el fanático del siglo XXI lleva corbata, habla con mesura, sonríe para las cámaras, y es precisamente esa calma impostada la que da más miedo que cualquier exaltación, porque cuando el veneno viene envuelto en papel de regalo, es cuando resulta más letal.
No, ya no hablamos del loco que se sube a una caja de cartón para gritar proclamas en Hyde Park Corner, eso era fanatismo de andar por casa, fanatismo amateur.
No, el fanático contemporáneo es algo mucho más sofisticado y por tanto mucho más peligroso.
Es un auténtico especialista en el desprecio intelectual, un auténtico experto de la intolerancia que ha refinado sus técnicas hasta convertirlas en un arte.
La primera característica que lo define es que desprecia todo lo que no encaja en su cosmovisión particular.
No es que discrepe, es que desprecia.
La diferencia es abismal.
Uno puede discrepar con respeto, hace un minuto acabo de contestar a alguien que tenía sus razones para dejar de apoyar el programa y me lo ha explicado con respeto, y con respeto la he contestado porque era una chica, y ya está, no estamos de acuerdo y cada uno por su lado, no hay problema.
Pero el fanático siente asco físico ante las ideas ajenas, como si fueran excrementos, y siente un asco apenas menor por la moderación.
Uno como es moderado se ha encontrado esto muchas veces, para el fanático la moderación no es una virtud, es cosa de cobardes, cualquier matiz, cualquier pero, cualquier sin embargo le provoca urticaria mental.
Pero este no es su mecanismo neurológico ni más perverso ni más peligroso, el más peligroso es que precisamente se vuelven ellos más peligrosos cuanto más los hostigan, el fanático se crece ante la adversidad, su cerebro interpreta cada contraargumento no como información a procesar, sino como un ataque y como tal es combustible para su indignación.
Para el fanático, negar lo evidente, negar la luz del día si es preciso, no es una contradicción, es una virtud, es su forma de demostrar su lealtad absoluta a la causa, a los colores, es como si hubiera desarrollado una nueva forma de heroísmo, el heroísmo de la ceguera voluntaria.
Le da igual ocho que ochenta, nunca mejor dicho, siente una vergüenza.
Comentarios de DEx 08x40 AGUJEROS EN EL ALMA: El misterio de los cráneos trepanados 6uc21