Por qué necesitamos una revolución liberal en España 6n3ek

Muy buenas tardes a todos y muchas gracias desde luego al Andorra Economic Forum por la invitación.

En la charla de hoy pues quiero trasladaros mi perspectiva, una perspectiva sostenida a lo largo del tiempo de por qué es necesaria, por qué es incluso urgente una revolución liberal en España y en el mundo para obviamente ser más libres y ser más prósperos.

Y también entendiendo cómo de alguna manera el Estado moderno nos ha metido en una lógica de síndrome de Estocolmo a través de la cual tendemos a justificar la situación de excepcionalidad por la cual ese Estado cercena sistemáticamente nuestras libertades y ataca estructuralmente nuestra propiedad sin que la mayoría de la población proteste, ni siquiera sea consciente de la excepcionalidad que eso supone.

De entrada, pues bueno, ya entiendo que por la recepción que he tenido esto no sonará extraño, pero simplemente deje que constate cuatro principios o cuatro ideas básicas del liberalismo.

¿Cómo puede una sociedad compatibilizar la vida en sociedad con la autonomía de cada persona para perseguir su propio proyecto de vida sin someterse a una especie de tiranía del uno o de los muchos que anule justamente esa autonomía de la persona para desarrollar su proyecto de vida? Pues los principios básicos que estructuran una sociedad donde se pueda cooperar y se pueda convivir internamente, pero a la vez dentro de la cual cada uno pueda perseguir su interés propio respetando la búsqueda del interés propio de los demás, son, entre otros, estos cuatro principios.

Libertad individual, la iniciativa a actuar sin pisotear la iniciativa a actuar de otras personas, es decir, lo que algunos llaman el principio de no agresión. Puedes hacer todo lo que quieras, pero sin impedir que otros hagan lo que ellos quieran a cambio de que ellos tampoco puedan impedir lo que tú quieras hacer.

Propiedad privada, aquello que has adquirido de manera pacífica, aquello de lo que te has apropiado de manera pacífica sin arrebatárselo a los demás, es tuyo y puedes hacer con ello lo que desees porque eso de lo que te has apropiado constituyen los medios a través de los cuales vas a perseguir tu propio proyecto de vida, tus propios planes de acción.

Si te privan, si te arrebatan arbitrariamente los medios que necesitas para completar tus planes de acción, también están conculcando tu libertad individual a perseguir esos propios proyectos de vida.

Autonomía contractual, puedes llegar a los acuerdos que quieras con terceras personas.

No puedes agredir a terceros, pero sí puedes interactuar voluntariamente con terceros para, entre ambos, acordar lo que deseéis.

Los pactos entre partes son ley privada para las partes, son acuerdos que deben cumplirse por ambos lados y sin que un tercero se entrometa, sin que un tercero les diga a esas partes si está bien o si está mal lo que han acordado, siempre claro que lo que han acordado afecta únicamente a ellos dos o a sus propiedades.

Si afecta a un tercero de manera ilegítima, es decir, sin el concurso de un tercero, ya sería otro tema.

Y, por último, y de manera más amplia, libertad de asociación.

Los individuos contractualmente no solo pueden o no solo deben poder acordar lo que deseen, sino expresamente pueden acordar formas de cómo convivir o formas de cómo organizarse de manera más o menos estable.

Estos principios, como podéis ver, se suele decir que los garantiza el Estado, porque sin Estado no tendríamos un código legal ni tendríamos un cuerpo de seguridad que garantizara la libertad individual, la propiedad privada, la ejecución de los contratos o la libertad de asociación.

Es hasta cierto punto discutible que sin Estado no tuviéramos nada de todo esto, pero, aunque fuera cierto que necesitamos un cierto Estado para garantizar policialmente, el Estado policial originario, estos principios, estas regulaciones básicas de la convivencia social, desde luego lo que no necesitamos es un Estado mastodóntico y gigantesco para meramente asegurar que estos principios que articulan una sociedad liberal y las interacciones libres entre las personas sean respetados.

De hecho, el Estado, cuanto más crece, cuanto más incrementa su presencia dentro de la sociedad, más tiene que cambiar.