¿Por qué Donald Trump rechaza la propuesta comercial de la UE? 6j34q

Donald Trump rechaza de frente la propuesta que le acaba de hacer la Unión Europea de eliminar recíprocamente los aranceles que pesan sobre el comercio de bienes industriales como los automóviles.

Pero si lo que busca Donald Trump con esta salvaje guerra comercial no es que la Unión Europea baje sus aranceles, ¿qué es lo que realmente pretende conseguir de la Unión Europea? Veámoslo.

El pasado 2 de abril, el llamado Día de la Liberación, Donald Trump impuso una batería de salvajes aranceles recíprocos a todos sus socios comerciales.

Según se nos ha dicho, el objetivo de esos aranceles recíprocos era que el resto de países del mundo sufriera los mismos aranceles que ellos le imponen a los Estados Unidos.

Y más allá de que este argumento sea un error, porque en el vídeo que dedicamos a explicar cómo se calculó ese arancel recíproco ya expusimos las carencias, las deficiencias de ese cálculo, más allá de esto, lo que podría parecer, y lo que muchos seguidores de Trump sostienen, es que, en el fondo, el objetivo de estos aranceles recíprocos es buscar una negociación con sus socios comerciales para que ellos eliminen sus aranceles a cambio de que Estados Unidos haga lo propio.

Pues bien, resulta que ayer la Unión Europea, por boca de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, le propuso a Donald Trump eliminar recíprocamente los aranceles que graban las manufacturas a ambos lados del Atlántico, incluyendo los aranceles que graban los automóviles. Escuchemos la propuesta de von der Leyen.

Y Donald Trump ha contestado que no, que no le interesa esta oferta de la Unión Europea. Escuchémoslo.

¿Es esto suficiente?, le pregunta el periodista, y Donald Trump responde que no, que no lo es.

Y claro, a tenor de esta respuesta, uno podría pensar que entonces queda descartado por entero la posibilidad de que Donald Trump, con sus aranceles recíprocos, busque un desarme arancelario mutuo. Porque si la Unión Europea ya le ha ofrecido todo lo que supuestamente reclamaba, y aún así Donald Trump dice que no, entonces lo que buscaría Donald Trump son cosas distintas a ese desarme arancelario mutuo. Ya he dicho en varias ocasiones que nadie está en la cabeza de Donald Trump, y por tanto no podemos saber desde fuera lo que realmente piensa o lo que realmente quiere.

Incluso cabe la posibilidad, no es en absoluto descartable, de que lo que vaya queriendo, lo que vaya deseando, lo que vaya ambicionando, evolucione con el paso del tiempo, según las presiones que reciba, según el de los mercados, por mucho que diga que no le importa, etc. Como no sabemos cuál ha sido su objetivo inicial, tampoco sabemos si su objetivo final, que se materializará en algún tipo de acción, coincide con lo que buscaba en un comienzo.

Pero, sea como fuere, que Donald Trump haya dicho que no a esta oferta, aparentemente muy generosa de la Unión Europea, no significa, necesariamente, que no esté buscando un desarme arancelario mutuo.

Puede que no lo busque, insisto, pero desde luego del rechazo de esta oferta europea no cabe inferir automáticamente que no lo busque. ¿Y por qué? Pues porque aunque la oferta de la Unión Europea parece muy generosa, en realidad, y desde la perspectiva de alguien como yo, que desea el mayor libre comercio posible entre todas las zonas del planeta, incluyendo, por supuesto, la Unión Europea y Estados Unidos, en realidad se trata de una oferta muy insuficiente, muy incompleta.

¿Qué más podría querer Trump de la Unión Europea para aceptar no subirles los aranceles al 20% sobre todas sus exportaciones? Pues, en primer lugar, que esta eliminación de aranceles no se restrinja, no se limite a la producción manufacturera, sino que también abarque la producción agraria, que es donde, por supuesto,