Este episodio ha sido publicado y se puede escuchar en todos los lugares donde esté disponible su podcast. Abriendo la Sala 4 de Salir para Educar que corresponde con la Participación Proactiva con la Comunidad y el Intercambio en Red, la dimensión colaborativa comunitaria de la persona que educa y esta vez soy yo quien se ocupa. Soy Isabel Miralles, fundadora de Salir para Educar, un espacio de encuentro y formación disruptiva en el camino hacia una Educación para la Sostenibilidad Regenerativa, la coaprende colaborando proactivamente en o con su entorno natural y social. Una plataforma centrada en el apoyo y acompañamiento a la persona que educa, la que mueve el mundo. Hoy os hablaré un poco más de mi trayectoria, la que me presentó esta visión global de la educación y de ahí, a la necesidad de apoyo estable a la persona que educa. Sin enrollarme mucho, el primer paso fue el firme deseo de innovar en la educación, una necesidad de poder dar cabida a la personalización, el aprendizaje estimulante, el dinamismo, el apoyo de los procesos, la comunicación con las familias, con otros agentes de la comunidad...Esto me llevó a conocer y colaborar con diferentes pedagogías y diferentes personas educadoras practicantes del cambio, ya que en ese momento formaba parte activa en una organización social. El siguiente salto cualitativo fue descubrir por mí mismo el modelo de la educación al aire libre....paso de ser algo fortuito a descubrir toda una corriente refrendada y organizada la Federación alemana de escuelas Bosque o de naturaleza, y poder participar en el Primer Congreso Internacional de Escuelas Bosque o de Naturaleza representando a España (piel de gallina era mi estado en ese tiempo, año 2013). Este modelo abre un mundo de posibilidades no solo a nivel pedagógico y por supuesto para el ajuste de las necesidades de la infancia, también lo abre especialmente para la persona que educa y la flexibilización de las estructuras académicas al uso. Este es un movimiento que ha venido para quedarse y no es necesario tener que ser una Escuela Bosque para desarrollarlo, aunque las escuelas bosque son una delicia. Pues bien, es este modelo el que me ha permitido observar y practicar una mirada educativa que abre la escuela a la participación y que el entorno natural, pero también social es devuelto al terreno educativo. Son tantas las posibilidades y riqueza que nos da el entorno, frente a una concepción todavía tan anquilosada del quién educa o puede aportar y el dónde se educa, los espacios, y el cuándo de educa... Por otro lado, esta experiencia y la crianza de mis hijas me ha permitido y me permite, estamos todos en ello, vivir la necesidad de devolver el espacio, la autonomía y la participación a las nuevas generaciones, con nuestro acompañamiento respetuoso, participar en el mundo, al que pertenecen y que necesitan apropiarse, para cuidarlo, proponer construir y compartir una nueva ciudadanía cada día. Bueno, pues este es el resumen, abro esta sección que me permite traer ejemplos sencillos de lo que pueden ser experiencias educativas que participan del entorno y aportan al bien común para una sostenibilidad que necesita regenerarse. Y esta semana, a propósito de la Alegría....se me ocurren cientos de oportunidades, y es que se trata de todo lo que hemos venido comentando que parte del origen de primero de cultivarla dentro, para transmitirla afuera en nuestras relaciones, con herramientas pedagógicas que la fomentan....para ir un paso más allá y salir a la comunidad a manifestarla mediante actividades, actos, gestos que la despierten y desarrollar. Así de sencillo y por ello...así de disruptivo... (entra a escucharlo completo) Suscríbete para estar al día de cada episodio. salimos