PERSONAS NO OYENTES h5v53

Personas no oyentes. Quiero dedicar mi relato esta semana a las personas sordas.

Pero no puedo empezar sin hacer una breve referencia biográfica a Juan Pablo Bonet.

Este ilustre torrero nació en El Castellán, en 1573. Su nombre era Juan y su apellido Pablo Bonet. Se fue a Madrid, casó y tuvo un hijo llamado Dión. Pablo Bonet fue secretario de Juan Velasco y del rey Felipe IV. El segundo hijo de Juan Velasco contrajo una enfermedad que lo dejó sordo y, a consecuencia de esto, Pablo Bonet intervino en la educación del niño.

En 1620, como ya sabéis, publicó Reducción de las Letras y Arte para Enseñar a Hablar los Muros. Se dice que era hombre de gran cultura. Era versado en sociología, historia, filosofía, literatura y gramática. Juan Pablo Bonet falleció en Madrid el 12 de febrero de 1633 y fue enterrado quedando pendiente el traslado de su cuerpo al convento de las monjas de Alagón. Bueno, después de este breve marco introductorio, me voy a atrever a describir periodos de la historia de las personas no oyentes y una pequeña pincelada sobre su gramática, después de haber estudiado tres años lengua de signos español.

Para comenzar, os diré que ellos no son mudos, ya que tienen su propia lengua. Tienen signos y una gramática muy peculiar. Que sepáis que los verbos se ponen siempre, pero siempre, al final de las oraciones y en infinitivo. Para establecer el tiempo verbal, utilizan la articulación del brazo y la gesticulación de la cara. Los adverbios suelen colocarse delante. A ver, para que me entendáis, para decir, por ejemplo, nosotros comeremos mañana, ellos dicen mañana nosotros comer.

Además, la LS, lengua de signos, es diferente en cada país y también en las diferentes comunidades autónomas. Ahora podéis entender la dificultad que tienen para entender correspondencia médica, libros, revistas. Necesitan intérpretes para ir a médicos, abogados y la pena es que no hay suficientes para toda la demanda que hay. Carmen, mi profesora de lengua de signos, nos enseñó a entender su universo. Ellos son sordos, pero tienen más desarrollados otros sentidos.

Si queríamos hablar con ella o que nos contestara alguna duda, pisábamos fuerte el suelo y ella notaba la vibración, se giraba y nos contestaba. Al principio me sorprendía muchísimo, además me encantaba escuchar, entre comillas, sus historias. Nos contaba que teníamos que entender que el colectivo sordo es desconfiado con la sociedad. A ver, normal, pensad el no oír, el no escuchar, el no saber quién viene por detrás, ver solo miradas hacia tu persona.

Ellos tienen en sus casas diferentes aparatos que nosotros. El timbre, en vez de sonido, es un cambio de luz, al igual que el despertador. La televisión la tienen siempre con subtítulos y gracias a las tecnologías o aplicaciones como la cámara del whatsapp pueden establecer comunicaciones instantáneas con otras personas. ¿Sabíais que las personas sordas en algunas culturas y épocas históricas fueron marginadas e incomprendidas? En Grecia, el filósofo Aristóteles afirmaba que las personas sordas no podían razonar porque no podían hablar, lo que influyó negativamente en la percepción de la sordera durante siglos.

Se creía que sin lenguaje oral no había pensamiento. Los espartanos valoraban mucho la fuerza física, la salud y la capacidad para la guerra. Al nacer un niño, los ancianos lo inspeccionaban. Y si mostraba signos de debilidad física o sensorial como la sordera, según fuentes, eran llevados al monte Taygeto y arrojados por un barranco llamado Apotetai.

En la Edad Media, las personas sordas eran relacionadas con el mundo demoníaco y la brujería. Sin embargo, es verdad que en algunos monasterios se usaron sistemas de señas rudimentarios para hacer posible la comunicación. Con Hitler, una de las políticas más crueles fue la aplicación de la ley para la prevención de la violencia.