El pensamiento de izquierdas: ¿intereses o principios? 3o3p5v

La periodista de izquierdas Julia Otero dice en la Televisión Pública Española que ella antepone sus principios ideológicos a sus intereses económicos.

¿Pero es esto realmente así? ¿Y los únicos que se comportan de esta manera son sólo las personas de izquierdas? Veámoslo.

Hace unos días, en una entrevista en la Televisión Pública Española, la periodista de izquierdas Julia Otero efectuó la siguiente reflexión, que se ha viralizado por redes sociales, sobre cómo ella prioriza, al votar, sus principios ideológicos sobre sus intereses.

Escuchemos y analicemos lo que dice y lo que está queriendo decir Julia Otero en este clip.

Tú dijiste, yo voto contra mis intereses, pero a favor de mis principios.

¿Sigues así, Julia? Por supuesto.

¿Nos lo puedes contar otra vez, una vez más? Vamos a ver, yo voto a favor de los principios porque voto pensando en la niña que fui, en la familia en la que me crié, una familia de inmigrantes, de inmigrantes gallegos que llegan a Barcelona, currantes, trabajadores, en un barrio obrero, como era Poplasec, y por tanto, mis principios que se cimientan en la niña que fui, en toda mi historia personal y mi trayectoria, siguen siendo los mismos.

¿Ha cambiado mi cuenta corriente? Sí, muchísimo, pero mis principios siguen ahí, con lo cual, dije que voto en contra de mis intereses porque me interesaría mucho más que un partido que prometa bajar los impuestos, bajar los impuestos, venga, bajar los impuestos.

Claro, a ti te vendría fenomenal.

A mí me vendría fenomenal, claro, pero tampoco te creas, tampoco soy la única que vota en contra de sus intereses, hay mucha gente que gana 800 euros y vota por aquellos que no quieren subirle el salario mínimo en el profesional, o sea, somos muchos los que votamos en contra de nuestros intereses, lo que pasa es que los de un tipo somos un poco más raros que los otros, que son un poco más mayoritarios.

Como decíamos, Julia Otero está haciendo gala de anteponer sus principios ideológicos a sus intereses, y esto, desde luego, invita a una interesante reflexión sobre cómo nuestros principios ideológicos se entrelazan con nuestros intereses.

En primer lugar, cuando Julia Otero habla de intereses en este extracto de vídeo, en realidad está hablando, aunque no lo explicite, de intereses crematísticos, es decir, equipara el interés personal con el dinero que gana, y es en este sentido en el que dice que antepone sus principios ideológicos a sus intereses crematísticos, que prefiere que prevalezca lo que ella entiende por justicia o por moralidad a ganar más dinero.

Y esto, aparentemente, constituye una actitud muy desinteresada.

Yo hago cosas que creo que van a beneficiar a otros aunque me perjudiquen a mí, lo cual en muchos casos, cuidado, puede ser una actitud correcta.

Si yo tengo la oportunidad de robar a mi vecino sin que nadie se entere, es moralmente correcto que yo renuncie a robar aunque crematísticamente me vería perjudicado, porque si le robara sin que nadie se enterara y, por tanto, sin que fuera castigado, yo obtendría ganancias monetarias.

Pero cuidado con reducir los intereses egoístas de una persona a lo meramente crematístico.

Una persona también puede tener intereses ideológicos que no sean desinteresados, que sean tremendamente egoístas.

Por ejemplo, un racista que repudie profundamente otras razas querrá vivir y querrá imponer un tipo de sociedad donde no haya personas de otras razas.

Y querrá hacerlo a lo mejor incluso aunque pierda dinero viviendo en ese tipo de sociedad racialmente homogénea.

Pues bien, ese interés porque haya una única raza dentro de la sociedad es un interés ideológico que no tiene por qué tener ninguna base empática o social, es decir, el racista no tiene por qué pensar que su actitud es mejor para el conjunto de la sociedad, sino que quizás sólo responde a su preferencia racial, que a él en concreto no le guste que haya otras razas dentro de su sociedad.

Por tanto, ya de entrada, cuidado con equiparar ausencia de intereses crematísticos o sacrificio de intereses crematísticos con ausencia de intereses egoístas.

Los únicos intereses egoístas antisociales, si lo queremos llamar así, que existen no son sólo los intereses de tipo dinerario.

En el caso de Julia Otero, por ejemplo, quizá vivir en una sociedad donde haya desigualdad pero mayor progreso económico general le genere desazón, y prefiere a una sociedad más