
Descripción de No soy suficiente pi35
"No soy suficiente": cuando la voz interna nos hiere. Detrás de frases como "no doy la talla", "me falta algo", o "nunca es suficiente" suele haber heridas emocionales que no hemos terminado de mirar. A veces, no es solo una frase suelta… es un eco que nos acompaña desde hace años. En este nuevo episodio, exploramos el origen de este pensamiento, cómo puede estar conectado con experiencias tempranas, vínculos significativos o momentos clave de nuestra historia. También hablamos de cómo empezar a relacionarnos de otra forma con esa voz crítica. Si alguna vez te has sentido así, este capítulo es para ti. 2f665m
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Bienvenidos y bienvenidas a Conectando, un podcast sobre psicología. Con los profesionales del Centro de Atención Especializada Conecta al COI.
Hola a todas las personas que estéis escuchando este podcast y bienvenidas una semana más a Conectando. Gracias por estar aquí, por regalarte este momento de pausa, de escucha y de conexión contigo. Hoy me gustaría hablaros de una frase que muchas veces no decimos en voz alta pero que habita en lo profundo de muchas personas.
Una frase que se esconde detrás de la autoexigencia, del perfeccionismo, de la comparación constante o del miedo a no dar la talla. La frase es no soy suficiente. Y no me refiero a un pensamiento fugaz sino a esa sensación persistente que a veces nos acompaña en silencio. Como si todo lo que somos, todo lo que damos, todo lo que intentamos nunca se alcanzara del todo. Como si siempre hubiera algo más que deberíamos estar haciendo o siendo.
Me gustaría preguntarte algo. ¿Te has sentido alguna vez como si por más que hagas nunca es suficiente? Como si fueras una versión emborrador de lo que deberías ser. ¿Te exiges tanto que cuando logras algo apenas lo puedes disfrutar? ¿Te cuesta descansar sin sentir culpa? Si algunas de estas preguntas resuenan contigo, este episodio es para ti, porque hoy vamos a explorar qué hay detrás de esa sensación, de dónde viene, cómo se forma y sobre todo, cómo podemos empezar a mirar esa herida con más comprensión y menos castigo. ¿Me acompañas? ¿Qué significa sentir que no somos suficientes? Cuando decimos no soy suficiente, no estamos hablando sólo de una idea o pensamiento aislado.
Hablamos de una creencia profunda, una especie de filtro desde el que interpretamos el mundo, nuestras relaciones y a nosotros mismos. Es como un eco interno que se activa en distintos momentos, como cuando alguien nos critica, cuando cometemos un error, cuando nos rechazan o incluso cuando nos va bien, pero sentimos que no lo merecemos.
Sentirse no suficiente no significa necesariamente que nos despreciemos abiertamente. A veces se presenta de forma más sutil, como podría haberlo hecho mejor, seguro que esperan algo más de mí, no soy tan interesante como las demás personas, no debería estar tan cansado, otros hacen más. Estas son frases que parecen inofensivas pero que esconden algo más hondo, el temor de no ser válidos tal y como somos.
Esta sensación suele manifestarse de muchas formas, autoexigencia constante que nunca se siente satisfecha, miedo de decepcionar a los demás o a que descubran que no somos tan capaces como parecemos, necesidad de aprobación externa como único regulador del valor propio, comparación crónica, sentir que siempre hay alguien más inteligente, más atractivo, más exitoso. Y lo más paradójico es que muchas personas que sienten esto suelen ser personas profundamente comprometidas, sensibles, empáticas y responsables, pero viven atrapadas en una lógica interna que les dice que todavía no es suficiente.
Pero entonces, ¿de dónde viene esta herida? Nadie nace sintiéndose insuficiente, no es algo con lo que venimos al mundo, es algo que aprendemos, a veces de forma muy explícita y otras tantas de forma más silenciosa, sin que nadie nos lo diga directamente, pero lo sentimos, lo intuimos, lo absorbemos. La herida de no sentirse suficientes suele formarse en etapas tempranas de la vida, cuando en nuestro entorno más cercano, nuestros cuidadores, familia o escuela, se nos dio el mensaje directa o indirectamente.
De esta manera aprendimos que para ser amados y amadas teníamos que ser de una determinada manera. Veamos unos ejemplos cotidianos de cómo se origina esta creencia. Cuando sólo recibíamos la atención si logramos algo, buenas notas, portarnos bien, ayudar, rendir. Cuando nos comparaban constantemente, mira a tu hermana, ella sí que es ordenada, todo lo contrario a ti. Si crecimos en un ambiente donde las emociones no se validaban y teníamos que no molestar, no llorar, no enfadar a nadie.
Si nos sobreprotegieron tanto que nunca sentimos que confiaban en nuestra capacidad. O en el otro extremo, si fuimos niños y niñas que tuvieron que crecer demasiado pronto, haciéndose cargo del bienestar emocional de los adultos. También puede originarse cuando hubo ausencias importantes, la de un padre que no estaba, la de una madre emocionalmente distante o una figura que sí estaba pero no disponible para vernos de verdad.
Veamos ahora el caso de Joaquín, un hombre de 45 años que llegó a consulta sintiéndose emocionalmente agotado.
Comentarios de No soy suficiente 371k1j