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Relatos prohibidos
MI SOBRINA (6ª parte)

MI SOBRINA (6ª parte) 622i4d

15/3/2025 · 14:04
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Relatos prohibidos

Descripción de MI SOBRINA (6ª parte) 5s506h

IMPORTANTE: Este relató se basa en la libertad de expresión. Ni el autor ni el del canal promueve ni aprueba lo hechos que se relatan. Puedes seguirnos también en nuestro canal de Telegram https://t.me/relatosdeincesto30 1n3x3f

Lee el podcast de MI SOBRINA (6ª parte)

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Mi sobrina, sexta parte.

Continúa el adiestramiento como puta de mi sobrina Bárbara.

Mi sobrina, sexta parte.

Solo quedan un par de horas para que llegue Mamen y aún vamos muy retrasadas comenté mientras mi sobrina seguía contemplándose en el espejo y pasando los dedos lentamente por las letras P.U.T.A del collar.

¿Qué más nos queda por preparar? Aún tenemos que decidir exactamente tu ropa para recibir a Mamen.

Aunque ha dicho que te va a comprar algo, no podemos esperar a que lo traiga.

Cuando llegue debemos estar ya preparadas para lo que se tercie.

Y Mamen viene cachonda perdida y con ganas de mucha marcha explique.

Entonces, me visto ya.

Sí, pero aún no te quites el tapón anal, que antes quiero comprobar cómo marcha la dilatación de tu ojete.

A ver.

Dije ojeando toda la ropa que se había ido probando Baby y que había quedado esparcida por la habitación.

Ponte esto.

Ordené tomando de la cama un culote de látex negro con ribetes metálicos y cremallera en la entrepierna.

Vale.

Asintió Baby, colocándose al momento tan ceñida prenda.

Y esto también.

Ordené entregándole la parte de arriba de un minúsculo bikini de color plateado en forma de triángulo, ponte estos zapatos de plataforma también.

Añadí señalando unas sandalias negras con tacón de aguja de 12 centímetros y plataforma de 5.

Baby me obedeció al instante y se puso las prendas que le había sugerido.

Y se miró al espejo, sonriente y orgullosa de su nuevo aspecto de ramera.

Me dio pena no poder verla con un liguero de cuero o con unas medias de vinilo negro que tanto me gusta lucir a mí en mis sesiones de sexo sin límites, pero había mucho tiempo por delante para disfrutar de mi sobrina y adiestrarla en todos los pequeños detalles que debe cuidar una puta de categoría.

Ahora tengo que maquillarte.

Aunque con esa ropa ya no aparentas tener 15 años, tampoco podemos llevarnos a engaño, esa es la edad que tienes y tenemos que tratar de que parezcas mayor para evitarnos problemas legales.

Podrían acusarme de corrupción de menores si alguien da el chivatazo de que una cría de 15 años se está prostituyendo aquí explique.

Pero.

¿No dices que la clienta de esta noche es de confianza? Pregunto.

No me preocupa mamen, sino otro tipo de clientes.

¿Por qué supongo que querrá seguir en esto, no? Por supuesto.

Respondió inmediatamente con total rotundidad.

Por eso te lo digo.

Hoy viene mamen, que no nos va a dar problemas en este aspecto, pero mañana atenderemos a clientes a los que no he visto nunca y la experiencia me dice que hay que andarse con mucho cuidado en estos temas.

Ya en su día, cuando tenía 17 años, amenazaron con denunciar a tu abuela porque unos clientes, que resultaron ser policías, descubrieron mi verdadera edad y quisieron quitarle la custodia explique.

No sabía nada dijo baby, mientras cerraba la cremallera de la braga culote sobre la raja de su culo, dejando apretado el tapón anal en el interior de su ojete.

Sí, baby, sí, cuando eres puta hay muchos tíos por ahí dispuestos a joderte la vida solo porque vendes tu cuerpo por unos euros explique mientras sacaba del armario mi neceser de maquillaje y pinturas y se creen con derecho a usarte y humillarte.

¿Y qué pasó? Tu madre, la abuela y yo tuvimos que estar follando gratis con esa panda de cabrones de la policía durante un año, hasta que cumplí los 18, para que no llegasen a cursar la denuncia.

Recuerdo que tu madre, en aquella época, ya estaba embarazada de ti.

Expliqué con un pozo de rabia en mis palabras.

A mí me tenían súper vigilada cuando salía a hacer la calle.

Iba siempre a un polígono de las afueras de Madrid y no había noche que no se pasara por allí un coche patrulla que les hiciera una mamada o a echar un polvo.

Siéntate aquí, que voy a empezar a maquillarte.

Interrumpí mi relato.

Baby me obedeció, muy interesada por saber cómo acabó todo aquello que me ocurrió cuando aún era menor de edad.

Cuéntame más, tía Carol.

En varias ocasiones aparecían por aquí, por casa, cuando nosotras estábamos atendiendo a clientes, interrumpiéndonos y asustando a la gente.

La clientela de estos sitios busca, por encima de todo, discreción.

Así que imagínate la cantidad de clientela que perdimos por culpa de aquellos policías.

Lo hacían por jodernos la vida, los muy cabrones.

Qué hijos de puta.

Y os quitaban el dinero.

Os pegaban.

Preguntó intrigada.

No, eso nunca tuvieron cojones a hacerlo.

Solo querían sexo y tenernos un poco acobardadas.

A mí follar con ellos no me importaba.

Eran tíos cachas y con buenas herramientas entre las piernas.

Follaban de puta madre, la verdad reconocí.

Lo que me jodía era esa chulería, esa prepotencia, el que quisieran asustarnos y obligarnos a lo que ellos quisieran.

Añadí mientras le colocaba a Baby unas pestañas postizas.

Recuerdo una noche que estaba sola en casa y llegaron siete maderos.

Venían con sus malos modos habituales y exigiendo follar con las tres.

Como solo estaba yo, me los tuve que follar yo solita a los siete.

Exclamó mi sobrina sorprendida, mientras le pintaba una pronunciada raya de ojos con un lápiz de color plata.

Sí, nena.

Fue la caña.

Los dejé secos en menos de media hora.

Aunque aún era un cría por aquel entonces, ya llevaba más de un año prostituyéndome y aprendiendo todos los trucos de la profesión de mi madre y de Alicia, así que aquel día me propuse hacer que se corriesen rápido.

Recuerdo que venían unos clientes un rato después y que intenté quitarme de encima a los polis antes de que llegasen los otros.

Y lo conseguí.

Exclamé con una sonrisa de orgullo.

Joder, tía.

Te envidio tanto.

Exclamó baby al tiempo que espolvoreaba coloretes sobre sus mejillas y lo aplicaba suavemente con una brochita Me encantaría llegar a tu edad y tener tantas experiencias y anécdotas como tú.

Tranquila, baby, te aseguró que las tendrás.

De momento, con solo quince añitos, ya puedes contar cómo te has enamorado.

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