La izquierda española descubre la restricción presupuestaria 2us6e

Por fin, la extrema izquierda española acaba de descubrir que el estado no puede gastar ilimitadamente en todo.

Que gastar más en algunas partidas como defensa implica, por necesidad, gastar potencialmente menos en otras como por ejemplo la sanidad o las pensiones.

¿Cuánto tiempo durará esta caída del guindo de la izquierda española y qué otras lecciones importantes se extraerán de ella? Veámoslo.

En una economía donde los recursos no sean absolutamente sobreabundantes, si el gobierno gasta más, es a costa de que el sector privado gaste menos.

Y si el gobierno gasta más en unas partidas, es a costa de que gaste menos en otras partidas.

Esta idea tan sencilla es lo que se conoce como restricción presupuestaria.

El gobierno no puede gastar ilimitadamente más en todo.

Si el gobierno quiere incrementar estructuralmente el gasto público, a largo plazo tendrá que financiar esos mayores desembolsos o con mayores impuestos o con mayor inflación.

Tanto por una vía como por la otra se sustraen recursos del sector privado para que disponga de ellos el sector público.

Y a su vez, respecto al conjunto de recursos que el sector público le extrae al sector privado, si el Estado decide destinar más recursos a unas partidas, lo hará a costa de los recursos que podría haber destinado a otras partidas.

Pues bien, durante muchos años la izquierda española ha negado desde su misma raíz este concepto de restricción presupuestaria.

Por ejemplo, desde Podemos se nos repetía continuamente que el Estado podía gastar más en todo.

Que podía gastar más en pensiones públicas, que podía gastar más en vivienda, que podía gastar más en educación, que podía gastar más en sanidad, que podía crear una renta básica universal que sustentara con un sueldo digno por meramente existir a todos los ciudadanos de España, que podíamos incluso bajar la edad de jubilación y, por tanto, pagar una mayor cantidad de pensiones a un mayor número de gente que dejara de cotizar, etcétera.

Es decir, que durante mucho tiempo Podemos nos quiso convencer de que vivíamos en el país de la piruleta, el Estado siempre podía gastar más en todo, y el único peaje que como mucho había que pagar para que el Estado gastara ilimitadamente más en todo era subirles los impuestos a los ultraricos.

Pero más allá de eso, el sector público podía vivir en una era de sobreabundancia.

Pues bien, como sabéis, ahora mismo los distintos estados de la Unión Europea están planteando la necesidad de incrementar de manera muy sustancial su gasto militar.

De hecho, en un vídeo anterior ya explicamos, desde la perspectiva de la restricción presupuestaria, que este incremento del gasto en defensa resultaría muy costoso por una vía o por otra para la población.

Pero claro, desde la óptica tradicional de Podemos, este incremento del gasto en defensa hasta el 3% o incluso hasta el 5% del PIB debería ser algo muy sencillo de ejecutar.

Si la restricción presupuestaria no existe, si el Estado puede gastar más en todo de manera prácticamente ilimitada sólo subiéndoles como mucho los impuestos a los ricos, pues entonces ese Estado también tendrá capacidad para gastar muchísimo más en defensa sin que el pueblo ya no lo note de manera apreciable.

Pero no.

Tras años de habernos intentado convencer de que el Estado podía gastar más en todo, ahora resulta que Podemos, respecto al incremento del gasto en defensa, ha descubierto el concepto de restricción presupuestaria.

En esta infografía de la formación, de hecho, nos dicen que es algo muy sencillo de entender.

Debe de ser tan sencillo que no lo habían entendido hasta el momento.

¿Y qué es eso tan sencillo de entender? Pues nos dicen que lo que se gasta en esto, en tanques, no se gasta en esto, en hospitales.

Por lo tanto, más gasto en defensa es menos gasto en sanidad o en servicios sociales.

Como si el Estado ahora ya no pudiese gastar mágicamente mucho más en todo.

Como si la única tecla que hubiese que pulsar para multiplicar mágicamente todas las partidas de gasto del Estado ya no fuera sólo subirles los impuestos a los ultraricos.

Un gran hallazgo teórico, desde luego.

Tan es así que desde Podemos están tremendamente orgullosos de este descubrimiento intelectual cierto o correcto.