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LA INCREÍBLE HISTORIA DEL INVENTO QUE ARRUINÓ AL STEVE JOBS INGLÉS EN LOS 80' (SINCLAIR C5)

LA INCREÍBLE HISTORIA DEL INVENTO QUE ARRUINÓ AL STEVE JOBS INGLÉS EN LOS 80' (SINCLAIR C5) 5m76s

25/2/2025 · 11:13
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El Sinclair C5 fue un innovador vehículo eléctrico lanzado en 1985 por Sinclair Research, la empresa británica fundada por Sir Clive Sinclair, conocido por el éxito del ordenador Spectrum. Este coche eléctrico, catalogado como una bici con pedaleo asistido, era un triciclo monoplaza diseñado para la movilidad urbana, combinando un motor eléctrico con pedales, similar a una bicicleta eléctrica. Con una velocidad máxima de 24 km/h y una autonomía de 32 km, prometía ser una alternativa ecológica y económica, vendiéndose por solo 399 libras. Sin embargo, su diseño futurista no encajó con las expectativas ni las necesidades de la época. 5o2l5e

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Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Si, como yo, fuiste una persona joven, un niño o una niña en los años 80, felicidades.

El mundo eclosionó en los 80.

La electrónica de consumo llegó a nuestras casas y a Michel Jarre impresionaba al mundo con su anuncio de Sony y su piano con las teclas que se iluminaban.

Empezaron a entrar en casa los vídeos, ya fueran VHS o Beta, y también, por supuesto, los equipos de sonido de alta fidelidad, y en el cine vimos pelis como Juegos de Guerra o Cortocircuito, que nos enseñaron cómo la inteligencia artificial y la robótica iba a cambiarlo todo en el futuro.

Los primeros ordenadores personales llegaron a nuestras casas y se nos abrió un mundo absolutamente nuevo, y en el año 1985 se estrenaba la película Regreso al Futuro.

En aquellos tiempos, en el 85, todo parecía posible.

En Inglaterra, un genio de la tecnología, Sir Clive Sinclair, se había hecho millonario.

Empezó fabricando calculadoras científicas para terminar en los ordenadores personales en los PC, y así comenzó con su saga de computadoras, el Sinclair ZX80, el Sinclair ZX81 y, por supuesto, el que nos impactó a todos, el mítico Spectrum, que convivía y competía con otras tecnologías como las de Amstrad, como los ordenadores MSX y toda aquella floreciente nueva técnica que parecía no tener fin, escalando una y otra vez a toda velocidad.

Al mismo tiempo que Sinclair sacaba al mercado su ordenador más potente y ambicioso de toda la historia, el QL, que era capaz ya de tener lo que podríamos decir una especie de office primitivo, se enzarzaba en el lanzamiento de algo que había sido su sueño desde niño, crear su propio vehículo.

Sinclair llevaba desde los años 70 imaginando cómo sería una bicicleta del futuro, un diseño que cambiara todo lo que había en aquellos tiempos, y así lo fue evolucionando hasta crear algo que parecía un pequeño coche eléctrico, pero en aquellos tiempos cambió la normativa y, sin embargo, Sinclair no se achantó, no se echó marcha atrás.

Acabó decidiendo diseñar y fabricar un vehículo eléctrico a primeros de los años 80 que acabó siendo algo así como lo que hoy podríamos definir como una bicicleta de pedaleo asistido, un triciclo carenado y carrozado con un diseño impresionante, espectacular, que encargó nada menos que a Lotus y que iba a revolucionar la movilidad personal, puesto que ya no iba solamente de pedales, sino que además había baterías y motores eléctricos.

Este triciclo de Sinclair, incalificable, que tenía cosas como un pequeño maletero incluso y un diseño tremendamente futurista, se movía gracias a un motor eléctrico de muy baja potencia. Tenía una batería de plomo ácido, lo que había por aquellos tiempos disponible y era capaz de recorrer algo más de 30 km entre recargas de baterías. Además, tenía pedales y una velocidad muy lenta, máxima poco más de 20 km por hora. A la mínima que la carretera se empinaba hacia arriba, ibas a tener que dar pedales sí o sí.

Y era un vehículo, además, podríamos decir bastante precario, aunque muy bien diseñado, puesto que estabas expuesto, tanto en los laterales como por encima, al resto del tráfico que iba muy por encima tuyo e, igualmente, a las inclemencias del tiempo. El motor eléctrico, muy poco potente, venía de Italia y se rumoreaba que era directamente el motor eléctrico de una lavadora de gran tamaño. La verdad es que era un aparato fascinante y al mismo tiempo y, aparentemente, lleno de defectos.

Así que había muchas dudas sobre la viabilidad del producto, pero lo cierto es que era algo rompedor que aquellos más avanzados, los que hoy llamamos Early Adopters, los pioneros, estaban dispuestos a comprar. ¿Cómo sería la experiencia de conducir y de moverse con un Sinclair C5 en aquellos tiempos? Bueno, pues todavía no tenemos la máquina para regresar al futuro, pero lo que sí que podemos hacer es hacernos con uno y movernos en el siglo XXI, movernos en el año 2025 con él. ¡Vamos! ¡Dios mío que miedo! Parece poco estable cuando está parado, cuando te mueves con él, la verdad es que es todavía peor, ¿qué quieres que te cuente? Huele a quemado, ¿eh? ¡Los que van a morir te saludan! Pues está muy agradable. Mientras esto que llevo debajo de mi culo no empiece a arder, todo va a ir bien. Ya le vamos cogiendo el tranquillo, desde luego que es un vehículo precario, pero también es muy divertido moverse. Me lo esperaba peor, ¿eh? Bueno, y todavía no ha aparecido ningún coche de policía.

¡Ay, madre! ¡Pase, pase, señor policía! ¡Ay, qué bien! ¡Se fueron, se fueron! ¡Ay, ha pasado de largo, no me lo puedo creer! Tampoco hay tanta diferencia de ruedas, ¿eh? Con el microlino... ¡Vamos allá! ¡Sin miedo! ¡Coche! ¡Ojo!

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