Identidad y propósito original 4 (Oración final) 4d224q

El viernes en la noche el Señor nos hablaba de los dos recipientes, las dos cestas y que Él está buscando fruto en nosotros, pero también nuestra familia, nuestra iglesia, la sociedad necesita urgentemente a esos hombres. Esta mañana el Señor nos ha estado ministrando de nuestra identidad original, recuperar nuestra identidad, nuestra dignidad.

Nos ha dado una inyección de fe de lo que somos y podemos y tenemos en Él y en esta tarde Él nos ha recordado que si alguno está en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas y qué maravilloso, qué paz tenemos cuando estamos en su voluntad y viviendo para su propósito y yo escucho en mi espíritu una urgencia, una, yo sé que Dios no es así, voy a decirlo de forma antropomórfica, una desesperación, no es que Dios esté desesperado, pero una emergencia de que seamos esos hombres a 47 millones ya de habitantes en España, un pequeño tanto por ciento, un 1% quizás de hombres o menos, de hombres me refiero al sexo masculino, género masculino, que tenemos la luz del Evangelio, qué responsabilidad tenemos, no podemos darnos el lujo de seguir en la vieja identidad, de seguir en esos higos muy muy malos que de malo no se pueden comer.

Cuando el pastor Galindo estaba predicando oía del espíritu una expresión que sólo aparece dos veces en la Biblia una en Job 1.1, otra en Juan 1.6, hubo un hombre enviado por Dios que tenía el testimonio de Dios dice de Juan, hubo en la tierra de Ufaz un varón íntegro, justo, temeroso de Dios, apartado del mar, Dios nos mira en esta noche al final de estas 24 horas y Dios sigue necesitando un hombre para marcar la diferencia, un hombre para hacer que su propósito avance, un hombre para afectar una familia, para afectar un vecindario, para hacer sus obras en la tierra, el siervo nos ha recordado Isaías, a quién enviaré, Dios no va a hacerlo, ya Jesús vino y lo hizo, hecho hombre por cierto, porque todo Dios en la tierra lo hace a través de los hombres pero ya resucitó, nos dejó el espíritu y Él está buscando un hombre, no sé tú pero yo quiero ser ese hombre, yo quiero decirle con mi casa, yo y mi casa serviremos al Señor, pero qué tremendo que fuésemos 138 hombres en esta tarde, en esta noche al final que le podamos decir al Señor con nuestros defectos, debilidades luchando con toda esa herencia, pero somos un recipiente, una nueva criatura en Cristo Jesús tenemos una nueva identidad, tenemos algo, algo que nos va a ayudar, que nos va a ayudar a