Los dos Eben-ezer 6kg30

Si el Señor le habló esto, cierro paréntesis, a la casa de Lee, no era porque ya estaba el decreto de maldición y de destrucción, sino que era una oportunidad para que Lee llamase a sus hijos, les quitase del sacerdocio, los mandase exiliados a que meditaran en sus malos caminos, y entonces poner sacerdotes fieles, y él mismo delante del Señor humillarse y decir, Sí, Señor, perdóname, yo he honrado a mis hijos más que a Ti, pero de ahora en adelante te temo y te voy a honrar a Ti.

Y el Señor hubiese enviado a otro profeta que le hubiese dicho, He visto cómo te has humillado y has rasgado tu corazón, he visto que tú has recapacitado y ahora bendeciré tu casa por esto que has hecho.

¿Estamos viéndolo? Yo no creo en ese determinismo, como que ya está, ya hay un destino, como en las novelas de García Lorca, que cae sobre nosotros y no tenemos escapatoria.

En Dios siempre hay esperanza, en Dios hay solución, en Dios hay salvación, en Dios hay una oportunidad para tu vida.

Aleluya.

¿Qué es lo que sucedió? Veamos en Jeremías, en 1 Samuel capítulo 3, versículo 10, el tiempo pasa, no hay enmienda, no hay ninguna rectificación, y llega el momento en el que el joven Samuel, Dios lo toma, le habla en una noche, y vino Jehová.

Estáis en 1 Samuel 3, 10.

Y se paró y llamó como las otras veces, Samuel, Samuel.

Entonces Samuel dijo, habla, porque tu siervo oye.

Y Jehová dijo a Samuel, que aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos.

¿Qué estaba Dios anunciando? El capítulo 4.

El capítulo 4, mira, eso es de película.

El capítulo 4, eso lo van a coger los de Angel Studios, y ahí van a hacer una serie, de cómo de mal a peor, dramático.

Versículo 11, le retiñirán ambos oídos.

12, aquel día yo cumpliré contra Elí, todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin.

Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe.

¿Por qué dice lo que él sabe? Porque ya se lo había anunciado a través de un profeta.

Porque sus hijos han blasfemado a Dios, y Él no los ha estorbado.

Los hijos ya eran mayores, tenían su culpa, pero Él no hizo nada, Él no los estorbó.

Él no se puso entre el pueblo, y la ofrenda, y los santos, y aquellos indignos, impíos, y dijo, ya basta, marchaos de aquí.

Os habéis descalificado para el sacerdocio.

Los padres debemos estorbar a nuestros hijos en cuanto al pecado.

Son mayores, toman sus decisiones, o llega un momento en que son adolescentes y se obstinan, pero nosotros tenemos que hacer todo lo posible para que no lo tengan fácil.

Versículo 17, y Elí dijo, ¿qué es la palabra que te hablo? A la mañana le preguntan al muchacho, a Samuel, te ruego que no me la encubras, así te haga Dios y aún te añada.

Si me encubrieres palabra de todo lo que habló contigo.

Samuel sabía que no había palabra buena, y que aquel muchacho probablemente la podía rebajar en cuanto a la dureza, y le pone esa advertencia, así te haga Dios y te añada si me encubres algo.

Versículo 18, y Samuel se lo manifestó todo sin encubrirle nada.

Ahora, mira la reacción del anciano.

Entonces Él dijo, Jehová es que haga lo que bien le pareciere.

Jehová es que haga, si ya no es lo que Él va a hacer, es lo que vas a hacer tú.

¿Qué vas a hacer tú Samuel? ¿Qué vas a hacer tú Samuel? No era para que...