Humor Negro 30k15

UACM radio presenta Suculencias Literarias, un programa para degustar los variados sabores de la Buenos días amigas y amigos de La Tortilla Literaria, estamos en una nueva emisión de estas Suculencias Literarias y como habíamos vaticinado justamente hace dos semanas, sí, hace dos semanas precisamente porque nos fuimos de Holgazán Esánganos de vacaciones y vamos a tener un programa especial el día de hoy justamente sobre humor negro y sí, no tengo ningún reparo en decir que esta semana de vacaciones de Semana Santa, a pesar de que yo no sigo a chuchito por todo Iztapalapa mientras lo están azotando, yo estuve en un estado vegetativo en mi cama donde solamente me paraba cuando sentía que ya mi espalda se estaba hongueando completamente llena de telarañas porque el hambre me estaba carcomiendo, entonces si notan en algún momento que estamos teniendo algunos problemas para articular palabras es porque todavía no recupero formalmente mi forma humana, si ustedes recuerdan la película, esa película original de los cazapantasmas donde salía un ser llamado Pegajoso, básicamente estoy así, en ese sentido todavía estoy recuperando mis extremidades, todavía estoy un poco viscoso, todavía no sé muy bien cómo recuperar todas mis memorias y todas mis capacidades cognitivas, entonces ustedes por favor no se fijen si ustedes están encontrando de repente, que decimos incoherencias, más de las debidas por cierto, pero como les decía íbamos a hablar justamente de el humor negro y para eso pues a mí nos vamos a tener que meter un poco con la risa, un poco con el humor, de repente para poder conceptualizar y definir en cierta forma lo que es justamente el humor y el humor negro en específico, como siempre para entenderlo nosotros nos vamos a valer de ejemplos y como su nombre lo dice en este programa La Tortilla Literaria, pues nosotros solemos explicar esos ejemplos desde el punto de vista gastronómico, corría, no voy a decir el año porque si no van a saber que ya tengo dentadura postiza y ya me duelen las rodillas, pero justamente corría hace muchos años en una época en la que yo todavía estaba joven, tenía como 19, 20 añitos, un trabajo, un trabajo en un restaurante justamente donde un amigo me había ayudado a incorporarme a este trabajo en el restaurante, yo estaba agradecidísimo, dije trabajar en un restaurante es como mi sueño, no voy a poder tragar todo lo que quiera, no se ven con esa finta, no es cierto, prácticamente nada más olía la comida, pero lo importante ahí no era la salvajada de la explotación laboral, sino el hecho de que si a uno lo veían completamente imberbe y absolutamente libre de cualquier malicia, le hacían ovatadas, afortunadamente mi amigo, mi amigo este que ya tenía algunos añitos ahí en el restaurante, me advirtió y me dio tips, me dio pistas de no vais a caer en esto, no vais a caer en aquello, no vais a caer en el otro, y yo traté de evitar de alguna manera todas esas ovatadas, como la tercera cuando se dieron cuenta de que yo ya estaba avisado y que no iba a caer, se dejaron completamente en su ambición de burlarse de mí, porque eran ovatadas pesaditas, ahora tengo que decirlo, como cualquier persona corrompible, yo me volví parte del sistema cuando llegaron los nuevos integrantes, después de un par de años al restaurante, y estos nuevos integrantes también se veían chicos, chavitos de 18, 19 años, en su primer trabajo, con la primera posibilidad de llevar dinero y este sustento a su casa, pues mis compañeros obviamente se saboreaban las ovatadas, se saboreaban la ovatada sin mayor problema, y este, ay perdón, se están escuchando mis compañeros aquí, este, pero bueno.