Hipnosis. Caminos del alma 6w6z20

Es una extraña sensación y el otro día ya cuando, vamos a decir, cuando tuve ya el ataque este, cuando todo esto empezó a salir, fue por la mañana, como siempre, levantarme a las 7 por ahí para preparar el desayuno, porque luego Ana entra a trabajar a las 8, etc.

Yo a levantarme ya empecé a notar vértigo, me mareaba y a partir de ahí ya pues ha venido esto, ¿no? Todos estos días con los acúfenos de la otitis esta que tengo en los oídos, el zumbido, los acúfenos, entonces y luego ya es una sensación constantemente, es decir, en todo lo que hago, no hay ningún pensamiento concreto, específico, es una especie de sentimiento, una especie de sensación interna, como yo no sé, por decirlo de la misma manera, que está uno de vacaciones y van avanzando los días, van avanzando los días y a medida que avanzan los días y cada vez tienes más cerca que se terminan esas vacaciones y que tienes que volver a trabajar, etc.

No lo razonas ni lo piensas demasiado, pero lo tienes presente.

Y, claro, unido a eso a la artrosis, pues claro, físicamente en el vivir diario, por las noches, en el vivir diario, me veo con ciertas limitaciones físicas, tengo la intuición, la sensación, es un estado emocional que esto se acaba, que estás llegando, que esta es la última etapa de tu vida, sin angustiarme, pero la vida diaria cotidiana es como, ya no hay una ilusión, antes proyectas, haces cosas, cuando la hipnosis y viajar a México, etc., es una ilusión, los pensamientos, el deseo, la emocionalidad o el sentimiento es, a ver si llegué a lo de México, a ver si viajo, a ver si hago esto, a ver si hago lo otro, en la casa vamos a hacer tal o cual cosa, vives en función de eso, ahora no, ahora es día a día, pasan los días y voy al váter, si estoy haciendo, si estoy meando en el váter, tengo una sensación, esto es lo último, salgo ahí a la calle y al salir a la calle tengo una sensación de, esto dura poco, es que no es un pensamiento racional, es una emocionalidad, un sentimiento que se aproxima, es como si uno está esperando algo que va a llegar, unas noticias o lo que sea que son un poco desagradables, no ha llegado todavía, tú estás haciendo cosas y aunque te sentes tan bien en lo que estás haciendo, y por muy bonito que sea, si estoy viendo una película, si estoy hablando con Ana, si estoy y constantemente desde que me levanto hasta que me acuesto, incluso dormido, siempre, siempre, siempre el ritmo me viene, inmediatamente pienso en Elena, en Dori, claro, en aquello, es un choque bestial en la cabeza, inmediatamente, ahora lo estoy frenando, pero hasta ahora era constantemente como si la pantalla, algo, alguien dentro de mí, algo a nivel emocional, pero que son imágenes, es la casa aquella que yo tenía, Dori, que era mi compañera entonces, y que ya lo veo a mi hija, y todo eso, es milésimas de segundos, todo eso lo dejo por esto, pues allí que tenía, una casa extraordinaria, que costó 10 millones, tenía a Dori que siempre se ha portado muy bien conmigo y estaba muy enamorada de mí, y a mi hija que la veo todos los días, ahora ya no la veo, entonces, claro, pero todo en milésimas de segundos, todo eso lo he cambiado por esto, en la casa ya la tenía, por Ana, es una especie de confrontación, he dejado a una persona, a una mujer, por otra, ha merecido la pena, pero es un sentimiento, no es que empiece, ahora lo estoy razonando, intentando darte la explicación racional, intelectualmente, pero no es como, he dejado aquella casa, la he perdido, y estoy aquí, es decir, todo lo que tenía allí, lo he perdido, pero lo has perdido, ¿a cambio de qué?, ¿has perdido y has ganado qué?, la casa esta no, ya la tenía, la compañía, no necesitaba ninguna compañía nueva, ¿y qué he perdido?, pues que no vea a mi hija, pero, y yo, me siento, me percibo, es un sentimiento, es una emocionalidad, de que se acaba, que me queda ya poco.