La financiación del terrorismo. Con Florencio Domínguez y Sergi Moyano 424l6d

Bueno, pues bienvenidos. Hoy tenemos un capítulo de podcast que es un poco diferente.

Pablo, ¿de qué vamos a hablar en este capítulo? Pues hoy vamos a hablar sobre la financiación del terrorismo y va a estar Florencia Domínguez, que es el director del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, que va a hablar sobre la financiación de ETA.

Y contamos también con Sergi Moyano, que es el autor de un libro sobre el secuestro del empresario Luis Uñer de un empresario valenciano.

Con esos dos vamos a hablar.

Bien, la primera mesa de debate es sobre la financiación del terrorismo y tiene la palabra, cuando quiera, Florencia Domínguez.

Buenos días. Muchas gracias a la universidad, a la facultad económicas, por la organización de este seminario y también como complemento de la exposición sobre el atentado de Rolando, que está en la universidad en este momento.

Es una exposición que tiene como base un atentado cometido hace 50 años, en septiembre del año pasado se cumplieron 50 años, que provocó la primera masacre de ETA que causó la muerte a 13 personas, en un episodio terrorista que fue la matanza con mayor número de víctimas de ETA hasta Hipercor.

Me toca en este reparto de papeles hablar de la financiación del terrorismo principal que hemos tenido en España durante décadas, que ha sido el de ETA.

Decía José Manuel en su presentación una cosa evidente, y es que la financiación, el dinero, es lo que hace funcionar a una organización terrorista.

Para tener un grupo terrorista potente, con capacidad de actuación, y además que perdura a lo largo del tiempo, hacen falta cuatro elementos.

Primero, tener una estructura organizativa eficaz.

No todos los grupos terroristas han tenido estructuras adecuadas para desarrollar el terrorismo, han tenido estructuras completamente inadecuadas para su actividad.

El caso, por ejemplo, de los Tupamaros.

Su modelo de columnas era un desastre y así les fue.

El IRA, hasta mediados de los años 70, que tenía una estructura de brigadas, compañías, batallones, una cosa también poco eficaz y que luego reestructuró, por desgracia, con éxito.

En el caso de ETA sí ha tenido una estructura eficaz, una estructura vertical, de células compartimentadas, que no se relacionan unas con otras, que no tienen conocimiento.

Eso es una estructura eficaz para practicar el terrorismo.

Esa es la primera característica.

La segunda, tener militancia, capacidad de renovar a aquellos activistas que van siendo detenidos.

Y esto tiene mucho que ver con el apoyo social que un grupo terrorista tiene en su entorno.

Y el tercero es el armamento.

Si quieres hacer terrorismo, vamos a lo que sea, es como un pezolgrapo a martillazos o a navajazos.

Necesitas armas para tener una actividad terrorista consistente.

Y estos tres elementos tienen como base fundamental el cuarto, que es la disponibilidad de dinero.

Si tienes poco dinero no vas a conseguir muchas armas.

Si tienes unas pocas armas puede que consigas mucho dinero.

Eso es un poco obvio.

¿Y ese dinero para qué es? Pues es para financiar toda la parte operativa.

Desde el sueldo de los terroristas, en el caso de ETA aproximadamente un 10% del dinero se gastaba en esa actividad.

En el sueldo de los terroristas, que era una cosa escasa.

No era lo que se ve en algunas películas.

O cuando vemos la historia de Carlos el Chacal, que anda de hotel en hotel, de fiesta en fiesta.

No es eso.

El sueldo, la financiación de su entorno político, los gastos operativos.

Si hay que alquilar un coche, si hay que comprarlo, si hay que alquilar un piso.

Si hay que sostener la infraestructura para esconder a los de ETA.

Para financiar los gastos que tengan los colaboradores.

Y, por supuesto, para pagarles a los presos y a los abogados de los presos un pequeño ingreso mensual.

Son cantidades importantes.

A veces también para ayudar a organizaciones terroristas afines.

Lo puede contar luego Sergi, en el caso de Suñerno.

Y para comprar armas y explosivos.

En algún momento pueden fabricar ellos los explosivos o pueden robarlos.

Pero las armas, con una excepción, no las pueden comprar.