ECOS DE PROMESAS. - PASTORA AMOR AYALA 303kc

Os voy a pedir que rápidamente todos saquéis vuestros móviles y lo pongáis en modo silencio o en modo vibración. Por favor. Más que nada, no por respeto a mí, no por respeto a la persona que está compartiendo la palabra, sino por respeto a la palabra del Señor.

El Señor hoy quiere hablarte y no permitas que nada te quite la atención. Entonces, por favor, hacedlo. Como suena un móvil, voy a dar permiso a los de media que haga una foto y luego tendréis que hacer una ofrenda especial. Verás como así todos respetamos el ponerlo en silencio. Bueno, pues hoy quiero hablaros de un tema que nació en mi corazón hace unas semanas y pico. Y fue porque estaba hablando con una persona con la que tengo bastante confianza, ella conmigo. Y bueno, ella me comentaba en varias ocasiones, ya la había escuchado decir que en cierto modo había llegado a un acuerdo con Dios.

Esa persona, en varias ocasiones en su vida, le había dicho, mira Señor, si tú me das esto, si tú metes tu intervención en este tema, si tú me ayudas en esto, yo te prometo que voy a hacer tal cosa. En ningún momento ella me comentó lo que ella había prometido a Dios, pero sí algunas cosas que ella había pedido. Una fue que el Señor sanase a su hija. Estaba en una situación un poco complicada y yo que la conozco, intuyo que lo que ella prometió fue, mira, si tú sanas a mi hija, no me voy a apartar de tus caminos porque en ese tiempo estaba un poquito fría.

Esta semana la volví a ver, volví a hablar con ella y me dice, ¿sabes qué? He tenido un conflicto en el ministerio donde estoy sirviendo, pero le he dicho al Señor que si Él mete su mano, que si Él interviene y concede que yo vuelva a estar en el ministerio, nunca voy a dejar de servir. Y cuando una persona hace un acuerdo con alguien, pide algo, que quiere, ¿verdad? Pero también promete hacer algo o dar algo a cambio, ¿no? Y en ningún momento voy a entrar en si esto es correcto o no, no voy a entrar ahí, pero sí me llamó la atención que muchas veces prometemos sobre todo a Dios cosas que por norma son obligaciones nuestras.

Es como el niño que dice, mira papá, si me das una chucha y me lavo los dientes. Papá, si me das un chocolate, me como la verdura que has hecho. Es tu obligación de hacerlo. Y sin embargo, llegamos o intentamos llegar a acuerdos con Dios que son injustos. Siendo sinceros, somos injustos, ¿por qué? Porque sabemos que Dios va a cumplir el 100% de su parte. Y nosotros posiblemente, aunque sea nuestra obligación, solamente cumplamos con un porcentaje o ni siquiera lo cumplamos.

Y el tema de hoy quiero hablar algo que son las consecuencias que puede conllevar el hacer una promesa. El título de la predicación es Echos de las promesas. ¿Por qué ecos? Porque son palabras vacías. Ahí se queda, ¿verdad? Y vamos a ver algunas consecuencias.

La predicación va a ser rápida, cortita, pero quiero que prestéis atención. Primera consecuencia, provocas daño. Segunda consecuencia, hay una vergüenza profunda. Número tres, hay una frustración. Cuatro, autoexigencia y compensación. Y cinco, autocastigo y condenación.

Vamos a verlo más adelante, no os preocupéis. Quiero contaros otro caso, perdón, de un matrimonio muy amigo nuestro, que lo conocemos bastante bien.