ALISTADOS PARA LA BATALLA. - PASTORA SUSY ESCOLÁSTICO 3g1v4e

Vamos a pasar la palabra del Señor en este momento. Recordamos que hay una sala para los niños en nuestro lugar de niños.

Si no quieres dejar a tu niño ahí, la cafetería está abierta para poder ver el culto en directo.

En caso de que haya algún tipo de ruido de niños, son inquietos, ¿verdad? Recordaros que podéis salir para que luego el resto de nosotros podamos atender a la predicación sin ningún tipo de distracción.

Muy bien, pues pastora Susi. Yo siempre digo, he recuperado a mi esposa, todavía no la he recuperado, la he recuperado dentro de una hora.

Porque cuando a ella le toca predicar, ella se encierra en casa durante una semana y yo no existo.

Y cuando quiere pasar de mí, ¿sabe lo que hace? ¿Cuándo voy a predicar el domingo? Voy a subirme para que deje de hablar, porque vamos, me va a poner...

Lo que dice Antonio es un poco cierto, pero porque como sabéis, estar aquí y pronunciar la palabra del Señor para un pueblo entero conlleva mucha responsabilidad.

Y lo que suele pasar también es que nosotros cuando predicamos, y esto yo sé que lo sabéis los que predicáis, que antes de que podamos predicar aquí en Púlpito, Dios tiene que tratar cosas en lo íntimo con nosotros.

Y eso requiere tiempo. Entonces cariño, lo siento, pero yo creo que voy a seguir siendo así.

Cuando me toque predicar, lo siento Antonio.

¿Cómo estáis amada iglesia? ¿Cómo estáis? Bien.

Me alegro muchísimo de veros a cada uno. Me alegro de que estéis aquí.

Creo que es este el mejor lugar donde se puede estar en la casa de papás un domingo, por la mañana, por la tarde, cuando sea.

Decía el salmista, ojalá pudiese estar todos los días de mi vida, porque un día es como una eternidad.

Ojalá nos sintiéramos nosotros igual.

Bueno, vamos a entrar directamente en la palabra del Señor, pero ¿cuánto ya sois bendecidos con este tiempo de alabanza que hemos tenido? Me decía aquí la hermana Mónica, dice, es que ya me siento diferente.

Acabamos de empezar y ya me siento diferente.

Dice que Dios está haciendo algo especial. Dios está haciendo algo nuevo, algo fresco en este tiempo.

Y aquí en Oasis estamos viendo cómo Dios está levantando a personas que estaban derrotados.

Estamos viendo cómo Dios está restaurando a vidas que estaban desanimadas.

Cómo está salvando a personas que estaban perdidas.

Dios es precioso. A mí me encanta. Me encanta cuando nos encontramos los domingos y veo la alegría en las caras.

Me encanta incluso cuando veo a las personas que están quebrantadas en la presencia del Señor.

Porque significa que Dios está haciendo algo.

Y yo lo disfruto, yo no sé tú, pero yo lo estoy disfrutando muchísimo.

Pero en esta semana, aunque yo disfruto siempre que estamos aquí de todo lo que Dios hace y cómo se mueve en medio de nosotros, esta semana el Señor me recordaba algo.

Y yo sé que quizás es algo que directamente no te va a gustar escuchar.

Y es que por mucho que estemos aquí a gusto, disfrutando, celebrando en un Oasis, un paraíso espiritual, ama de iglesia, realmente estamos en guerra.

¿A cuánto le gusta la guerra? Yo creo que a nadie, a nadie le gusta pensar en guerra.

Estamos en guerra.

Aunque estamos viviendo de momentos de gloria, estamos realmente en tiempos de lucha.

Y he titulado la predicación hoy Alistados para la Batalla.

Siento que estoy siendo quizás un agua fiestas.

Pero mi responsabilidad no es que tú te vayas sintiendo bien, sino que tú recibas lo que Dios tiene para ti hoy.

Alistados para la Batalla. Voy a pedir que podáis ir a Eficios capítulo 6.

Vamos a leer unos versículos que yo sé que muchos de vosotros conocéis.

Del versículo 11 al 18. Hoy traigo la nueva traducción viviente.

Si tienes tu Biblia te animo que lo abras, que subrayes lo que tengas que subrayar.

Si no tienes Biblia, muy atento.