Trending Misterio
iVoox
Descargar app Subir
iVoox Podcast & radio
Descargar app gratis
Audiolibros Narraciones y fantásticas historias
Dracula Los poderes de la Oscuridad Parte 7 Final y Notas sobre el libro

Dracula Los poderes de la Oscuridad Parte 7 Final y Notas sobre el libro 1x2761

7/5/2025 · 39:58
0
9
Audiolibros Narraciones y fantásticas historias

Descripción de Dracula Los poderes de la Oscuridad Parte 7 Final y Notas sobre el libro 656e18

Parte 7 y Final de Drácula Los poderes de la Oscuridad (Makt Myrkranna) la version perdida de la novela de Stoker que re-escribio junto a su editor de Islandia, en este capítulos se agregan algunas notas de la edición para entender un poco mas esta publicación. Se agradece el apoyo suscríbanse para poder continuar con mas narrativas, Gracias! Los personajes de Jonathan Harker en esta versión pasa a llamarse Thomas Harker, lo mismo con Mina, aquí pasa a llamarse Wilma 961

Lee el podcast de Dracula Los poderes de la Oscuridad Parte 7 Final y Notas sobre el libro

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Capítulo 13 La gente de Carfax.

El capítulo siguiente está basado en un diario escrito por el Dr. Sebaert, el médico director del manicomio de Parflet, que ya había sido mencionado con anterioridad en esta historia. El hospital que dirigía Sebaert se hallaba justo enfrente del edificio Carfax que el Conde Drácula había comprado.

Barrington fue a visitar al doctor y descubrió lo que estaba ocurriendo en Carfax. El Dr. Sebaert le contó que se habían realizado recientemente obras de reforma en Carfax y se habían instalado allí varios muebles muy lujosos. Había visto que con cierta regularidad acudían a la casa carruajes suntuosamente decorados, mucho más elegantes de lo que era habitual ver en aquella parte de la ciudad. Cuando Barrington le preguntó a Sebaert si acaso alguno de esos carruajes destacaba sobre el resto, el Dr. le habló de uno muy extravagante tirado por caballos grises en el que iba una joven bellísima de rostro verdaderamente atractivo y varios criados uniformados.

Por la descripción que de ella hizo Sebaert, Barrington pensó que se trataba de la esposa del embajador francés. Sin embargo, no fueron los carruajes los que llamaron mi atención, sino los extraños y sospechosos individuos que frecuentan Carfax, en especial al caer la tarde. Antes de marcharse, Barrington agradeció la información al Dr. y le pidió que mantuviera un ojo en Carfax y en lo que allí sucediera. Más tarde ese mismo día, cuando el Dr. se disponía a cenar, recibió una tarjeta a nombre de la Condesa Ada Durkeney.

La tarjeta había sido entregada por un criado, junto con un mensaje de parte de la Condesa solicitando que el Dr. fuese a verla, pues sufría un ataque de cierta enfermedad a la que era muy propensa. Se disculpaba por lo tardía de la hora, pero esperaba que el Dr. pudiera visitarla, pues vivía muy cerca, en Carfax. Sebaert sentía mucha curiosidad por echar un vistazo a la casa, que había permanecido deshabitada durante mucho tiempo, por lo que partió sin demora junto al criado.

Cuando llegó a la puerta principal, fue atendido por otro criado que le franqueó el paso, y una vez dentro una doncella sa lo saludó y lo guió a un gran vestíbulo decorado con antiguos tapices bordados. Cuando el médico entró, una mujer se levantó de un diván y avanzó hacia él para darle la bienvenida.

No resulta sorprendente que el Dr., pese a ser conocido por su serenidad y el control de sí mismo, reacio a la frivolidad, quedase tan impactado por aquella mujer que llegó a perder la compostura. Nunca antes había visto a una mujer de tal belleza, extraña e indescriptible. A Sebaert le pareció que era diferente de cualquier otra mujer, como si procediera de otro mundo. Era alta y poseía una buena figura, grácil y radiante.

Tenía el cabello negro y muy tupido, y sus ojos eran inusualmente grandes y profundos, con pestañas muy largas y negras. Pero a pesar de su exquisita belleza, el Dr. sintió una punzada de alarma al verla, como si hubiera posado sus ojos sobre una maravilla de la naturaleza que pudiera acabar resultando peligrosa. Después de saludarlo, la condesa regresó al diván. Hablaba francés con cierto acento extranjero.

Sebaert le hizo algunas preguntas acerca de su estado de salud, y ella respondió con cierto aire despreocupado. El Dr. se enteró de que sufría desvanecimientos e insomnio, arritmia cardíaca y episodios de convulsiones. La mujer le contó que recientemente se había recuperado de uno de esos ataques y que desde entonces le costaba conciliar el sueño, por lo que le gustaría ser hipnotizada. El Dr. Sebaert conocía muy bien esa técnica, aunque muy pocas veces la ponía en práctica.

En esta ocasión, sin embargo, se dejó persuadir, pero le resultó más complicado de lo habitual conseguir que la paciente entrase en trance. De hecho, no lo logró hasta que tomó la mano de la condesa entre las suyas. Entonces le dio una instrucción. Cuando se fuese a la cama, se quedaría profundamente dormida, sin que su sueño se viera interrumpido durante la noche, y despertaría por la mañana sintiéndose descansada y revitalizada.

Tras lo cual, la sacó del trance y la mujer se mostró muy agradecida por su ayuda y le pidió que volviera a tratarla pronto. El tratamiento hipnótico causó un extraño efecto en el propio doctor. Al día siguiente se sintió cansado y no pudo apartar de su cabeza a la condesa y lo que había ocurrido entre ellos en Carfax. Cuando atardecía, fue a visitarla y un criado lo llevó al dormitorio de la condesa.

La mujer yacía en la cama como si estuviera muerta y no abrió los ojos, pese a que parecía estar hablando y su voz sonaba como si brotase del techo.

Buenas tardes, doctor. Ella está muerta ahora, pero usted debe revivirla.

Comentarios de Dracula Los poderes de la Oscuridad Parte 7 Final y Notas sobre el libro 6s4c2x

Este programa no acepta comentarios anónimos. ¡Regístrate para comentar!
Te recomendamos
Ir a Arte y literatura