Creemos en el Padre 5l1672

Y hoy empezamos una nueva serie de predicaciones, hoy como estaba diciendo el domingo pasado, hoy es 18 de mayo, el martes 20 de mayo, pasado mañana, se cumplen 1700 años, 17 siglos, el inicio del concilio de Nicea, el 20 de mayo del 325, fíjate, no ha llovido, y como vamos a estar viendo, no quiero hoy soltaros la parrafada histórica, pero fue un evento muy importante, un evento que no había podido ocurrir antes, por razones más que evidentes, porque hasta hacía poco el cristianismo estaba prohibido, y el rendir culto solamente a Jesús estaba penado con la muerte, de hecho sobre el papel, aunque muchas veces no se llevó a cabo la sentencia, pero otras veces sí, entonces hasta hacía poco no se podía hacer nada como lo que ocurrió en Nicea, y también muy importante porque eso fue una definición de lo que después se quedaría registrado, que es lo que siempre se había creído, pero sentaría un precedente que luego siguió a lo largo de toda la historia de la Iglesia hasta el día de hoy, entonces es algo muy muy importante, y me gustaría que lo celebráramos y que lo celebráramos no como algo sencillamente que ocurrió hace mucho tiempo, sino como algo propio, como algo nuestro, muchas veces viviendo en una cultura profundamente católica y hasta no hace demasiados años obligatoriamente católica, aquí en España y por la misma raíz histórica también en Latinoamérica, el ser evangélico era ser anticatólico en un sentido, y hay ciertos sentidos en los que qué duda cabe, es verdad, pero me gustaría que juntos pudiéramos mirar a ese credo de hace 1700 años, mirarlo y ver nuestra fe, ver la definición de lo que creemos de hace tantísimo tiempo, y ver que seguimos siendo católicos, en el gran sentido de la palabra, en el mejor sentido de la palabra, seguimos perteneciendo a la Iglesia universal, que es lo que significa católica, no somos católicos romanos, y a mí no me representa nada León XIV, nada, ni considero que lo que él diga tiene atributos de palabra divina, ni nada por el estilo, pero sí que somos católicos, así que me siento identificado con lo que ocurrió en Nicea, y con mucho de lo que ha ocurrido a lo largo de la historia de la Iglesia, ¿por qué? porque pertenecemos a la Iglesia que Cristo instituyó, a la Iglesia que sigue la doctrina de los apóstoles, y eso es básicamente lo que vamos a estar viendo, vamos a estar aprendiendo teología, vamos a estar aprendiendo que es lo que de siempre se ha creído acerca de la doctrina, acerca de la Biblia, y porque ahí estamos nosotros, no tenemos que renegar de nuestra historia, sino que debemos reconocerla y entenderla, así que lo que me gustaría que estuviéramos haciendo hoy es, básicamente, vamos a estar viendo la primera de las afirmaciones acerca del credo.

Creemos en un solo Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible e invisible. Esto es algo que lo han dicho millones de voces a lo largo de la historia de la humanidad, esto es algo que se ha dicho en cárceles, que se ha recitado en catedrales, que se ha dicho en bajito, en catacumbas, esto es algo que se ha oído de labios de pecadores, de labios de santos, de labios de ancianos, de labios de niños, se ha dicho en latín, en griego, en quechua, en zulú, en español, en alemán, en lenguas que no sé ni pronunciar. Esta es una afirmación que nos define, esta es una afirmación que nos identifica, que nos dice no solamente quién es a quien estamos declarando creer, sino quiénes somos nosotros. ¿Qué estamos diciendo?