
Comisario Antonio Viqueira Hinojosa. La investigación policíal. Turno de Noche de Juan Antonio Cebrian. 1996 261l6a
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Comisario Antonio Viqueira Hinojosa. La investigación policíal. Turno de Noche de Juan Antonio Cebrian. 1996 266064
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No, primero fue el crimen y después el policía, el investigador que intentaba determinar quién había provocado ese crimen.
El crimen nos ha acompañado a lo largo de nuestra historia, siempre ha ido de la mano del hombre.
Es curioso y terrible a la vez que desde el principio estemos matándonos los unos a los otros.
Afortunadamente en algunos casos esos crímenes se resuelven gracias a la eficaz intervención de la policía.
Estos buenos investigadores, mal pagados, siempre mal pagados para la tarea que realizan, pero que desde luego ponen su vida al servicio de los demás.
Durante muchos años el comisario Antonio Viqueira, eso es lo que estuvo haciendo, resolvió innumerables casos.
Estuvo siempre en vanguardia, siempre formó parte de esa élite de policías a la que estamos acostumbrados.
A lo mejor mal acostumbrados de nuestro país, pero lo cierto es que siempre a cambio de muy poco lo dan todo.
Antonio Viqueira estuvo también 20 años en la academia de policía formando nuevas generaciones.
Y ya se le puede considerar como uno de los grandes policías que ha dado este país en su historia.
Maestro de maestros, comisario Viqueira, buenas noches.
Buenas noches.
¿Cómo se encuentra? Muy bien.
Un honor para nosotros recibirle aquí en este programa.
Bienvenido aquí con usted, buenísimo, ¿qué pasa? Muchos años dedicado.
Lo decía aquí, que los policías siempre están mal pagados, ¿verdad? Sí, Antonio.
Me recuerda mucho a veces que no responde la actuación de uno con esas hormigas delfinas que se pongan a perder en el ejercicio de la profesión.
Pero lo que me preocupa es eso.
Se olvidan ahí el prestigio que da una institución.
Sobre todo, nunca jamás mirar hacia atrás.
Siempre hacia adelante, en la vanguardia.
Y además, considerar que su trabajo y que su función no tiene límites ninguno.
Porque no es un trabajador en manual, que fuera de tipo intelectual.
Tiene unos horarios que no existen.
En el antiguo reglamento de la policía, del Cuerpo de Investigación y Vigilancia, en los últimos dos capítulos decía que debe considerarse funcionario del Cuerpo de Investigación y Vigilancia, que era el nombre antiguo que tenía, el actual, de servicio permanente.
O sea, que no puede nunca jamás alegar que tiene que hacer unas cosas, o que está ocupado, que tiene que descansar, porque sería el acto de permanencia de su función y su actuación.
Sin necesidad de que el policía no duerma, el policía no duerme.
Exactamente. No se cuentan y se contaban antes las horas que tenía para descansar.
Todo descanso es un poco lo del romancero antiguo, ¿verdad? Mi descanso son las armas y mi descanso el pelear.
Y así.
Y, de hecho, las dudas peñas, en verdad, siempre me hacen sentir siempre en verdad.
O sea, que si no tenía esa inquietud permanente, con la cual no podía nunca caer y, sobre todo, nunca se podía decidir.
Pues es que ya terminamos de vigilar. Prácticamente terminamos y en ese momento se inicia otro, y no se puede tampoco abandonar.
Lo cierto es que la Policía Española siempre ha dado excelentes investigadores. Usted es un ejemplo.
No, yo no soy ejemplo, pero les digo que ha habido otro y, sobre todo, pues una cosa, que han estado siempre muy ignorados.
Otras actividades, otras actuaciones, pues siempre hay figuras que parecen descoyarse, relevantes figuras, que han tenido una actuación muy beneficiosa para la humanidad.
Yo siempre he puesto de lado la obligación del policía, que yo no sabía si comprado que tenía otras personalidades, la de Dios, la de hombre y la de demonio.
Cuando la persona se encuentra en una situación crítica, comprometida, entonces pues aparece como ser sobrenatural, como ser divino.
Ahí está la figura de policía-Dios.
Cuando ha realizado su trabajo y su función, entonces, cuando se ha conseguido el éxito y las personas han salido, pues, bien satisfechas de su atracción, entonces reconoce al hombre.
Bueno, para uno se le paga, para eso forma parte del cuerpo.
Entonces se reconoce esa divinidad que ya sea anteriormente tenía.
Y, por último, cuando causa una pequeña molestia, o que actúa de forma quizás impulsiva, entonces es policía-demonio.
De modo que tiene, al mismo tiempo, dos personalidades distintas, siendo la misma figura.
Por lo que el policía siempre tiene que demostrar mucho equilibrio, ¿verdad? Mucho equilibrio emocional.
Claro, claro. Eso es fundamental.
Tener correctamente los ánimos ya temperados, no ser impulsivo ni violento, y no confundir la energía con la violencia.
Sí, eso es veráfico, pero nunca jamás violento.
Mucho menos hacer hablar de su violencia ni de su poco desmandada actuación.
Siempre he conversado muchas veces con el que es el víctima, antes que el autor de una situación grave, pero porque han salido a suplar y se han dado nervios.
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