Cleo Cumple 10 Años: Reflexión Sobre La Paternidad - #287 296c6u

Diario de Joan Gallardo, 28 de mayo de 2025. Querido diario, hoy cumple 10 años mi queridísima hija pequeña, Cleo. Y, bueno, ¿qué voy a decir? Los que me seguís hace tiempo sabéis que ser padre es, de entre todas las cosas que soy, la que más me gusta ser. De largo.

Gozo muchísimo y he gozado siempre muchísimo del regalo de la paternidad y del regalo que siento de son mis dos hijos, el mayor Cristian y la pequeña Cleo. ¿Qué quería decir hoy? ¿Qué quería traer hoy aquí? Pues simplemente para aquellos que aún no sois padres o para aquellos que tenéis hijos pequeños que aún no tienen la edad tan siquiera de Cleo. El mayor tiene 14, Cleo cumple hoy 10. Simplemente contaros un poquito cómo he vivido yo esto. ¿Cómo es? Será inevitable decir algún que otro cliché, porque en parte los clichés reflejan algunas verdades.

No siempre, pero sí que a veces ese cliché está ahí por algo. Ciertas situaciones que parecen estereotipos lo son porque se repiten muchísimo. El primer gran cliché que voy a decir hoy es el de que esto ha pasado muy rápido. Esto ha pasado muy rápido en ambos casos. Y yo sí creo que un segundo hijo lo acelera todo mucho más. Es más trabajo, son más ocupaciones y eso suele provocar esa sensación de que todo va mucho más rápido.

O sea, se me han hecho mucho más cortos los 10 años de Cleo que los primeros 10 años de Cristian. Ahora un poco menos porque por fin he podido volver a casa y llevo ya desde septiembre del año pasado trabajando desde casa y por lo tanto pasando todo el día con ellos. Y esto, gracias a Dios, ha provocado que las cosas se ralenticen bastante más.

Y en gran parte me vine a trabajar a casa precisamente por eso, porque hace no mucho, hace un año y medio o así, me di cuenta más que nunca de que no me quedaba tanto tiempo como padre, a tiempo completo, vamos a llamarlo así. Porque, claro, mis padres, que ambos están vivos por muchos años, son mis padres aún. Aunque no estén conmigo en el día a día, ni recurra a ellos todos los días, ni nada así, siempre serán mis padres. Pero claro, ya no ejercen como ejercían cuando yo vivía con ellos.

Y yo me fui de casa con 18 años, me independicé con 18 años. Pensando en eso, que es la edad mínima, no seguirán con 16 o 17, salvo que sigan a estudiar fuera, que eso ya lo veremos. Pero si no es 18, será 17 como muy pronto. Si tomamos esa edad en consideración, pues imaginaos, ¿no? Del mayor me quedarían unos cuatro años, cuatro años y poco. Y de la pequeña, creo que para mí, la sigo viendo como un bebé, pues me quedan ocho. No es tanto tiempo, no es tanto tiempo.

Y cuando me di cuenta real y verdaderamente de las edades que estaban empezando a cumplir y de los mayores que se estaban empezando a poner, dije, tengo que cerrar el centro, el local en el que yo ejercía mi profesión y me tengo que ir a estar con ellos a casa. Mi trabajo me lo permite, casi todo lo hago online y tengo que aprovechar, tengo que aprovechar, porque esto pasa rápido.

Y si la vida discurre por un camino normal, va a pasar aún más rápido, porque dentro de poco ya tendrán sus grupos de amigos cerrados y serán lo suficientemente mayores como para irse a cenar, ir al cine, a dar vueltas y todo esto como hice yo y como hemos hecho todos, ¿verdad? Y un poquito más adelante se echarán sus primeros novios y novias y ya entonces será todo muy distinto. Así que hay que aprovechar. Y eso lo llevo encima y lo tengo en la cabeza todos los días de mi vida. Aprovechar este día, aprovechar este momento con mis hijos e intentar darles lo mejor de mí. Y lo mejor de mí incluye tanto el educarlos, sino también el educarlos.