Castilla en llamas 2u354g

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lo vas a encontrar en la descripción de todos los episodios. Gracias a todos y vamos con
esta edición.
Con Abderramán III cruzando la frontera del reino de Pamplona con el condado de Castilla,
los dados de la historia y la política rodaban por el tablero y absolutamente cualquier cosa
podía ocurrir.
Con la traición de Pamplona y la magnitud del ejército del califa, las posibilidades
de Ramiro II de León eran muy pocas y se centraban en un punto, conseguir ventaja
geográfica para intentar derrotar al príncipe de los creyentes. Soy José María Saiz y
os quiero dar la bienvenida a Medievalia.
La situación interna del reino de León daría para un capítulo aparte. Apaciguado el asunto
sucesorio debido a la decisión de Ramiro II de cegar a su hermano Alfonso y a sus primos
y encerrarlos de por vida en un monasterio, el ocupante del trono había quedado bastante
claro. Además, Ramiro II era un hombre de armas, un veterano que conocía a la perfección
el oficio y lo que representaba la frontera, que siempre prefirió encabezar una carga sobre
mil lanzas enemigas que esperar el envite de doscientas y de esa manera se había manejado
toda su vida y de esa manera iba a gobernar su reino desde lo alto de un caballo, espada
en mano, la cara cubierta de sangre a ser posible de un enemigo y la voz ronca de gritar
órdenes. Por todo ello, Ramiro II sabía que su aventura por Magerit había sido una
apuesta arriesgada, que no le había salido mal pero tampoco le había salido bien y que
en cuanto pudiera Abderramán III viajaría al norte a pasarle unas cuantas facturas al
cobro y precisamente por ello estaba muy alertado. León era un gran reino con unas fronteras
que se acrecentaban con cada generación y por ello, por muy aguerrido que fuera el rey,
no podía resolver él solo todos los asuntos y problemas que daban esas fronteras, lo que
hizo que confiara mucho en uno de los nombres propios más relevantes del reino, Fernán
González, favorito del monarca, que no se quedaba atrás en cuanto al arrojo y con la