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UACM Radio presenta Suculencias Literarias, un programa para degustar los variados sabores de la literatura.

¡Buenos días, amigos y amigas de La Tortilla Literaria! Estamos aquí en una nueva emisión de estas Suculencias Literarias.

Y el día de hoy tenemos un tema especial, tomando en cuenta lo que platicamos ayer con el buen Isaias González en Cuentos del Solar y esta relación entre la música y la literatura, pues tenemos un invitado de lujo.

Está con nosotros aquí el insigne doctor Eduardo Sánchez Villagrán.

Yo conocí cuando él sacó su doctorado precisamente en una de esas cantinas del centro donde nos conocimos.

Pero aparte de esos lares, el buen Eduardo Sánchez Villagrán es comunicador de profesión, egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

Es divulgador de cine mexicano desde el 2010, colaborador para la revista digital Cinefagia del 2004 al 2010, es profesor de asignatura de Historia del Cine Mexicano en el Centro de Estudios Cinematográficos, profesor de cine mexicano en Cinespacio 24, promotor cultural y programador del Cineclub de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, aquí en nuestra casa de estudios, y actualmente es productor y conductor del programa de radio y podcast Cine Mexa, transmitido en Radio ACM, y obviamente igual que aquí en La Tortilla Literaria, pasado también por Spotify.

¡Bienvenido mi querido Lalo! ¿Cómo estás Cristian? Y a todo nuestro público que en este momento, bueno, después de este doctorado honoris causas perdidas, pues ya tenemos aquí la presentación, pero pues ya estamos listos.

Doctorado honoris causas y Lolo se escuchó ahí como un cristalito tocándose como alguien que está...

Imagínate.

Sí, sí, ya me imagino. Estás buscando el postdoctorado, yo también lo haría.

Justamente ayer platicaba con este Isaias González, cuando estábamos hablando de la música frantillana, y sobre todo de las letras desde el punto de vista literario, mi querido Lalo, de que la literatura nace justamente con la música, con estos juglares de la Edad Media, que se dedicaban a ir de chismosos de pueblo en pueblo diciendo a todo el mundo, traigo el chisme, pero el chisme candente de lo que pasó en la corte, y se los voy a cantar aquí con mi guitarrita y unas buenas coplas por unos cuantos centavitos.

Entonces, siempre ha habido como esta relación inherente que hay entre la música y la literatura, no por nada la misma poesía debe de tener una musicalidad para funcionar.

¿No estás de acuerdo mi querido Lalo? Sí, yo creo que ambas nacen y van juntas, van de la mano, no se puede entender ambas disciplinas, y bueno, pues sin duda la historia y la evolución de la misma cultura humana nos lo ha demostrado.

Sí, claro, mi abuela, déjame, déjate, platico rápidamente, mi abuela era una magnífica cocinera que ella le ponía las manos encima a cualquier ingrediente o a cualquier receta, la convertía en una verdadera obra de arte, pero ella para cocinar necesitaba música, y necesitaba como música muy específica, necesitaba la rumba cuando estaba cocinando postres, pero necesitaba el danzón para estar ahí cantando y moviéndose cuando estaba haciendo mole con mucha delicadeza, entonces esa capacidad que tiene la música junto con las letras que la acompañan de generar un ambiente para poder hacer otro tipo de actividades, van desde ir de pueblo en pueblo echando chisme hasta cocinar de manera exacta y sin que haya un solo error en el ingrediente y en los tiempos, porque ella medía los tiempos no utilizando el reloj, sino con los compases de la música, y hay veces que cuando uno utiliza esto, pues la gente suele decir bueno sí, pero es como arte menor, no es un arte que la música acompañada con buena letra que tú puedas decir pues merece como premios más grandes, y ahí es donde se da ese impacto.