Antonio Gramsci 3: Gramsci y la invención del marxismo v1e1x

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Bienvenidos a esta tercera sesión del curso del materialismo histórico a la filosofía de la praxis.

Como sabéis, la semana pasada íbamos a hacer una sesión doble con Mario y con Montserrat Alcerán.

Por unos problemas técnicos, la parte de Montserrat se quedó sin hacer.

Lo que hemos pensado para hoy es que Manuel va a hacer una pequeña introducción de unos 10 minutos, más o menos hemos hablado, y luego ya le dejaremos la palabra a Montse para que podamos completar todo lo que tenía que ver con estos antecedentes, en otras palabras, los huellas del marxismo en Gramsci.

Y nada más, yo creo que con esto le paso la palabra a Manuel y nada, pues le daremos ese orden y luego un turno de preguntas, un debate, como todos los días, y muchas gracias por estar aquí un día más en el curso. Así que adelante, Manuel.

Vale, bueno, pues yo reitero los agradecimientos de Pablo, también a Montse, de nuevo, por acompañarnos, a pesar de los problemas técnicos, por acompañarnos también hoy aquí.

Bueno, como ha dicho Pablo, yo voy a hacer una muy breve introducción o repaso de algunas de las cosas que dijo Mario la semana pasada, que sí que me interesaba destacar porque creo que van a ser muy importantes las dos próximas sesiones.

Bueno, esto es algo que ya creo que dije en la primera y en la segunda sesión, pero que es básicamente un poco un mapa a rasgos bastante gruesos, pero para intentar entender, para tener un marco a la hora de acercarnos a ese marxismo que recibe en Italia Antonio Labriola a finales del XIX y que después va a recuperar Gramsci en los cuadernos de la cárcel y que va a jugar un papel determinante en lo que será la conformación de su proyecto, que es la cuestión de la filosofía de la praxis, que es como el nudo central de lo que yo quería desarrollar en este curso.

Entonces, quizás repito algunas de las cosas que dijo Mario la semana pasada, pero bueno, eso es un poco la intención de lo que quería hacer.

Aún así intentaré no ser muy reiterativo.

Lo que yo quiero contar es una cosa que yo hice en mi investigación, que introducía a modo de propedeutica para introducir esta cuestión, el marco general de este marxismo de Labriola y el marxismo posterior de los cuadernos de la cárcel.

Está inspirado en un fragmento de este parágrafo 3 del cuaderno Cuadro, que tengo la intención de escanear y enviaroslo también para que lo tengáis, por si hay alguien que no tenga los cuadernos en casa.

Eso sí, tengo que pedir disculpas porque hay apuntes míos y subrayados y cosas, entonces tengo que pedir disculpas por eso.

Pero bueno, básicamente lo que me inspiró a mí para hacer ese pequeño marco de introducción, y que también es una de las cosas que ha inspirado el hecho de que tengamos estas sesiones con Mario y con Montse en el curso, es un fragmento de este parágrafo 3 del cuaderno 4, de la sección titulada Apuntes de filosofía, en el que Gramsci va a decir lo siguiente.

Leo, dice, Hegel, a caballo entre la Revolución sa y la Restauración, dialactizó los dos momentos de la vida filosófica, el materialismo y el espiritualismo.

Los continuadores de Hegel destruyeron esta unidad, volviendo al viejo materialismo con Feuerbach y al espiritualismo con la derecha hegeliana.

En su juventud, Marx revivió toda esta experiencia, hegeliano, materialismo,